IRREVERENTE
Les platico: En vez de trabajar, la gente hoy a festejar y a gritar. No tengo nada contra los festejos y menos de nuestra tan raída independencia, pero no la jodais, todavía la tormenta veis y no os hincais.
No le hace que la semana coja a millones sin un quinto para la segunda quincena de septiembre, porque se van a gastar la primera este larguísimo fin de semana.
A festejar, a gritar, que la vida va a acabar.
El culto a la huevonería, al arrastramiento y a la flojera, es promovido ancestralmente por nuestros gobiernos.
Mañana a la fiesta y a volver al trabajo -si acaso- hasta el martes de la otra semana.
Lo importante es ir a la noche a ver a los Tigres del Norte en el Zócalo capitalino; a Pesado en la Explanada de los Héroes del palacio de gobierno de NL o a los carperos de 4ª que van a presentar los cortesanos de Colosio Riojas en la Plaza Zaragoza de Monterrey y de Miguel Treviño frente al palacio municipal de San Pedro Garza García.
¿Qué hoy hay ley seca? Qué soberana tomada de pelo.
Los mexicanos somos rete buenos planeadores y desde anoche, las hieleras y los refrigeradores están hasta la madre de cervezas y los bares caseros de otras bebidas espirituosas.
¿Testigos presenciales de esta fiesta a la noche y mañana en el desfile?
Por el lado del presidente López Obrador, anoten por favor, muchachos:
· Stella Moris, esposa de Julian Assange, fundador de Wikileaks, Gabriel y John Shipton, padre y hermano del “héroe” al que para defenderlo, López Obrador promovió retirar la estatua de la libertad que sigue saludando bien campante a la entrada de Nueva York.
· Aleida Guevara, hija de Ernesto “Che” Guevara.
· Evo Morales, ex presidente de Bolivia y próximo a recibir un “doctorado honoris” causa en sabrá el Dios de Spinoza qué ciencias ocultas.
Esos son los coqueteos del presidente con quienes representan a los adversarios de nuestros principales socios comerciales, los Estados Unidos.

¿Y mañana?
El desfile militar, donde el gobierno federal, la Sedena, la Marina, la Guardia Nacional, mostrarán urbi et orbi el poderío armamentista mexicano que no le hace ni cosquillas al crimen organizado, ni siquiera al desorganizado.
Esos son los contrastes de un país donde la fe mueve más al conformismo y al valemadrismo que a las descomunales montañas de inseguridad, educación de 4ª, economía devastada, salud quebrada e ineptitud de un gobierno que no llena con seis años para mostrar su ineficiencia, sino que amenaza con exigirnos y apropiarse de más tiempo.
Entonces, a la noche aguas con los cuetes, los que truenan y los que toman… alcohol, el poder y la hegemonía económica.
CAJÓN DE SASTRE
“De todos modos, ¡Viva México, cabrones!”, remata la irreverente de mi Gaby, alistando su atuendo de china poblana… y yo de chinaco, ambos tricolores…