“Cadenas desherradas, eslabones,

tablas rotas del mar en sus riberas,

tronchadas astas de alabardas fieras,

reventados mosquetes y cañones;

ruinas de batidos torreones
a cuya

vista forma blancas eras 
el labrador,

jirones de banderas,
 abollados

sangrientos morriones;

jarcias, grillos, reliquias de estandartes, 
cárcel, mar, guerra,

Argel, campaña y vientos

muestran en tierra o templos

suspendidos.

Y así mis versos en diversas partes mi amor cautivo, el mar de mis tormentos 
y la guerra mortal de mis sentidos”.

LOPE DE VEGA

Utilizó el dinero de los fideicomisos, los ahorros de Hacienda, se acabó los fondos para las contingencias; recortó de cuanto programa pudo para alimentar a Pemex y a la CFE. Trató de vender el avión presidencial y, luego, cuando fracasó, hizo una rifa para obtener recursos a través de la aeronave; acabó perdiendo dinero. Creo la Banca del Bienestar, el INSABI y el Gas Bienestar, rotundos y sonoros descalabros a costa del erario. Ha endeudado al país (aunque lo niegue), y mismo así no le alcanza. Viene ahora la propuesta de la ‘Financiera del Bienestar’.

El jueves pasado, en su mañanera, López Obrador anunció sin más que planea crear la Financiera del Bienestar usando en una primera etapa, entre otras cosas, las existentes instalaciones de Telecomm-Telégrafos (si bien se tendrá que crear una nueva estructura burocrática para que atienda las mismas, claro está).

Ya dije: ese sería solo el primer paso; luego vendría el establecer todo un sistema virtual/digital/en línea, que no requiriera de los espacios físicos para recibir y transferir remesas. Una especie de MoneyGram o Western Union de Estado que termine por prohibir la operación de estas compañías, tal como sucede hoy en día en Cuba o Venezuela… Pero me estoy adelantando…

¿De qué tamaño es el “pastel” de las remesas que el gobierno se quiere apropiar —a mediano/largo plazo en su totalidad-? Algunos números para dimensionarlo:

  • Representan el 4.1% del PIB nacional proyectado para 2022.
  • A finales de este año equivaldrán a más del doble de los ingresos obtenidos por la exportación de crudo (y eso que ha sido un magnífico año para la exportación).
  • En el 2020 entraron 40,625 millones de dólares vía remesas.
  • El año pasado se rompió récord: 51,594 millones de dólares en remesas.
  • En el 1er trimestre de 2022 van 12,521.4 millones de dólares, un incremento de 18% a tasa anual.
  • Hay 38.5 millones de mexicanos en Estados Unidos —nacidos o que se identifican como tales— (censo 2020 de EEUU); ellos son quienes envían las remesas a sus familiares en México.

De hecho, aunque después de una década y media de caída en la migración mexicana, ésta empezó a crecer de nuevo en 2018 y en 2020 registró un aumento explosivo y supondría mayores remesas (si bien también es cierto que las expulsiones expeditas de mexicanos se incrementaron de igual medida).

Las columnas más leídas de hoy

Mes con mes desde la palestra de Palacio, Andrés Manuel comenta lo que ingresa de remesas, números impresionantes, las presume como si fuese un logro de su gobierno en lugar del trabajo de millones de compatriotas que radican y trabajan en el extranjero. La razón la conocemos de sobra: el gobierno, a través de los años (sexenios), no ha creado las condiciones necesarias para que nuestros connacionales puedan quedarse en nuestro país. La propuesta de la la 4T es una opción —sobre todo si se obliga a los migrantes envíen sus remesas a través de la misma— para quedarse con el porcentaje que se cobra por el trámite (comisiones) y, en una de esa, incluso se administre el dinero a través de la apertura de cuentas en el fallido Banco del Bienestar. Después de todo, López Obrador vislumbra que en dicha financiera se reciban ahorros y se entreguen “créditos a la palabra” y “tandas para el bienestar”…

El presidente vislumbra que los cerca de 1700 cajeros automáticos de dicha banca (¿existen, sirven?, ¿dónde están?) sean sustituidos —en una primera etapa, como ya dije— por esta nueva propuesta de espacios físicos. Dada la precaria seguridad e infraestructura que caracteriza a nuestro país, estas “sucursales” resultarían un auténtico peligro, máxime cuando dichos trámites ya se hacen —reduciendo costos— de forma automática vía otras compañías dedicadas a ello.

La red de Telecomm se creó en 1989 (periodo neoliberal) y en sus redes de comunicación ya hoy ofrece algunos servicios financieros. De acuerdo a la Revista del Consumidor, el 31% de sus usuarios cobra ahí los programas sociales a los que están inscritos y un 12% lo utiliza para recibir remesas. Ahora tendrán, además, un centro de atención a migrantes que deseen regresar a México. Sí, no importa que los migrantes estén es Estados Unidos… así las incongruencias…

Pero estas poco importarán cuando el gobierno de la 4T prohiba los otros servicios existentes para el envío y recepción de remesas (la mayoría virtuales, que opera en cliente a través de una app) y monopolice todas las transferencias, creando un inmenso mercado cautivo.

El tamaño del mercado de las remesas que opera hoy de manera presencial/físicamente en sucursales es pequeño (un 1%; en efectivo, especie o money orders), el restante, el 99% del total de ingresos bancarios por remesas se obtiene a través de transferencias electrónicas (de celular a celular, o de institución financiera a otra, algunas de las cuales ya funcionan en los centros de Telecomm). Y controlar todo ello es el objetivo del régimen federal.

¿Qué hará con las ganancias? Lo mismo que ha venido haciendo con el resto de sus programas y recortes por “austeridad”, ausentes de planeación, estructura, financiamiento y capital y plagados de una deficiente operación, focalización y resultados: comprar voluntades. Alimentar —sin ningún tipo de rendición de cuentas o mecanismo de transparencia administrativa de por medio— sus programas de corte clientelar, disfrazados de desarrollo social. Financiar sus niveles de popularidad a costa del erario, de necesidades verdaderamente apremiantes para el país —las hay muchas y de diversos tipos— y del esfuerzo de los contribuyentes cumplidos.

La diferencia ahora, que no menor, es que si la 4T consigue eliminar/prohibir las transferencias de remesas por lo que a la competencia se refiere, tendrá un nuevo universo cautivo de casi 40 millones de mexicanos.