Precisamente por todo lo que han publicado diversos medios de comunicación sobre el AIFA, se vuelve interesante observar que la reacción de la gente, es decir, la postura del receptor de la información, depende de cómo hayan sido abordados los temas publicados. Una misma noticia puede verse desde diferentes ángulos y generar reacciones diversas. Tal vez lo que digo sea una “verdad de Perogrullo”, o algo muy obvio, pero vale la pena tomarlo en cuenta para no perder de vista las razones por las que a los medios de comunicación se les llamó desde hace mucho tiempo “el cuarto poder”.

Hablemos del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, al que -según varias notas periodísticas- “La Secretaría de Hacienda transfirió más de 564 millones de pesos entre enero y septiembre de 2022″. Esta es la información, son los datos duros; si hasta aquí vamos bien, entonces sigamos…

Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), organismo en el que está detrás Claudio X. González, presenta una “investigación” en la que señala que la Secretaría de Hacienda ha subsidiado por completo al AIFA. Y lo hace de tal forma que pareciera que el Estado Mexicano está cometiendo un terrible pecado.

¿Cómo es posible que le den recursos a ese barril sin fondo?, ¿Tanto dinero para el capricho de López?, ¿Para qué más dinero? ni vuelos tiene… y así podría seguir escribiendo la retahíla de reclamos, pero veamos todo desde una perspectiva diferente, no para que me crean ustedes ciegamente, sino para que ustedes, amables lectores, tengan otro ángulo de visión, con mayores elementos con otra información, y al final puedan llegar a su propia conclusión.

Sí, veamos el caso del AIFA desde otra arista. No es que al aeropuerto le estén regalando dinero nada más porque sí, son recursos necesarios para su operación. ¿Ustedes retirarían médicos de un hospital?, no lo creo; ¿Les quitarían el salario a los trabajadores?, tampoco. Nadie debe dar su fuerza de trabajo sin recibir algo a cambio.

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Es necesario que veamos esa cifra publicada como una inversión, en lugar de verla como un gasto, y además frívolo. A pesar de todas las voces que auguraban un rotundo fracaso, el crecimiento del AIFA va bien; despacio, sí, pero así debe ser, a la par de la interconexión vía terrestre. No solo al AIFA le afecta la degradación a Categoría 2, pero es un hecho que a pesar de dicho obstáculo, en materia de aviación civil hemos podido reponernos, como país, y hasta crecer un poco.

No lo digo yo simplemente porque así lo crea; el estudio que llevó a cabo la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), arrojó que México se encuentra entre los tres primeros países de Latinoamérica en recuperarse después de la pandemia de Covid, obteniendo un crecimiento del 114% con respecto a los niveles pre-pandemia en el 2019. Ahora imagínense, si no estuviésemos degradados, nuestros números serían aún más altos, por encima incluso de República Dominicana, que ocupa el primer lugar.

Esto se debe -sobre todo- a que la aviación de bajo costo se ha ido afianzando. Datos de SECTUR nos indican que en plena pandemia (del 2019 al 2021) las aerolíneas mexicanas sufrieron una pérdida del 51% del pasaje; pero en este año la recuperación de líneas de bajo costo como VivaAerobus y Volaris, se ha reflejado en un crecimiento del 32.4%

Los números no mienten, la aerolínea que lidera el mercado es Volaris; tan solo en lo que va de este año ha transportado 22.6 millones de pasajeros, muy por encima de Aeroméxico, aerolínea tradicional que le sigue con 15.6 millones de pasajeros transportados, y pisándoles los talones esta VivaAerobus que comanda Juan Carlos Zuazua con 14.9 millones de pasajeros.

Ahora, lo que sí resulta preocupante y no debemos perder de vista, es el tema del cabotaje, ya que el director del AIFA cree de manera errónea que abriendo este a aerolíneas extranjeras, el crecimiento de las operaciones se aceleraría. Tal vez, pero no todo son matemáticas… ¿Quién está detrás presionando a un crecimiento? Además de que es anti natural, vulnera flagrantemente la soberanía nacional.

En entrevista para Forbes, el General Brigadier en retiro Isidro Pastor declaró que la industria aérea puede competir sin ningún tipo de restricción en el país.

“En caso de que eso ocurra va a ser exclusivamente para este aeropuerto. Así que la industria funciona en 78 aeropuertos, serían 77 los que restarían y los que no tendrían esta prerrogativa, sería nada más para el AIFA. El cabotaje podría salir del AIFA hacia cualquier parte de la República. Todo está en función, del interés y especialmente de la investigación del mercado que haga la aerolínea internacional que pretenda acogerse a esta prerrogativa”.

Isidro Pastor

Como siempre, es mi opinión, totalmente personal, pero alguien muy mal intencionado le está haciendo creer al director del AIFA que eso es “posible”. Me queda claro que desde Palacio Nacional se presiona para dar resultados, pero la aviación no funciona así.

Imaginen un pan ¿Saben el tiempo que se requiere para que este sea comestible? Estarán de acuerdo conmigo que si lo sacas antes de tiempo, porque te están presionando porque los comensales ya tienen mucha hambre, el pan saldrá del horno medio cocido (o medio crudo, según el enfoque) y con altas probabilidades de enfermar a quienes lo engullan.

Pues lo mismo sucede en la aviación. Todo lleva un tiempo, lo vuelvo a repetir: la industria aeronáutica es la más segura del mundo por todos los procesos que se llevan a cabo durante la larga cadena de operación. Un avión no puede despegar sin combustible, y desde la mitad de la pista; pues eso es exactamente lo que están tratando de hacer con el tema del cabotaje en el AIFA.

Los cielos mexicanos no se pueden abrir de esta manera tan irresponsable, y menos cuando la verdadera intención es únicamente aumentar el flujo de operaciones en el AIFA, para que la gente deje de decir que es un fracaso. No es cierto, ni es un gran fracaso ni tampoco es el aeropuerto más fregón del mundo mundial.

Digamos las cosas como son: es una excelente terminal aérea para vuelos de aerolíneas de bajo costo, tanto nacionales como extranjeras, ya que abre la puerta a incrementar otro tipo de turismo en la zona.

Recordemos que están en un lugar que tiene a su alrededor más de 11 pueblos mágicos, pero se tiene que realizar toda una sinergia entre aerolíneas, hoteles, hostales y la Secretaria de Turismo (por lo menos) para atraer a la gente al AIFA. ¡No señores!, no todo es la Ciudad de México, y eje Roma-Condesa…, hay más mundo allá afuera, y no podemos reducir a esto el enorme potencial que tiene el aeropuerto construido en la Base Militar de Santa Lucía.

De nuevo hago un llamado al presidente de la nación a no dejarse presionar, y dejar que el AIFA se tome el tiempo que sea necesario; el dinero destinado al AIFA para su funcionamiento no es un gasto, sino una inversión. Más que abrir a las líneas extranjeras la posibilidad de realizar vuelos de cabotaje desde el AIFA, deben apurarse a la recuperación de la Categoría 1.

Recuerde, compañero Presidente, que a pesar de todos los obstáculos por los que atraviesa la aviación nacional, a nivel latinoamericano somos los segundos en tener el mayor crecimiento después de la pandemia.

Sin filias ni fobias, de manera racional, pero sobre todo sin apasionamientos políticos veamos los hechos y las realidades, los números son fríos y no mienten; así que no abran los cielos, sería depredar a la aviación nacional, y darse un balazo en el pie. Están a tiempo de no cometer un craso error -del que nos costaría mucho salir-, si se siguen empeñando en llevarlo a cabo.