Ciudad de México (2 de octubre de 2024)

El Airbus A319 de la Fuerza Aérea Brasileña que transportaba al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sufrió un “problema técnico” tras despegar del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), lo que obligó a la tripulación a permanecer en patrón de espera durante casi cinco horas antes de poder regresar a la misma terminal aérea.

El presidente Lula, quien había asistido a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta de México, se dirigía de vuelta a Brasilia cuando la aeronave presentó una falla que, de acuerdo con el teniente brigadier Marcelo Kanitz, fue manejada según los protocolos de seguridad establecidos.

“La tripulación realizó exitosamente los procedimientos de seguridad para solucionar el problema”, detalló Kanitz en un comunicado. Sin embargo, antes de poder aterrizar, el Airbus A319, con matrícula BRS1A319, tuvo que sobrevolar en círculos el espacio aéreo del AIFA para consumir la cantidad de combustible necesaria y así asegurar un aterrizaje seguro.

El Airbus finalmente aterrizó en la misma terminal aérea de donde despegó, sin que se reportaran incidentes adicionales. Tras la revisión técnica, el presidente brasileño abordó una aeronave de reserva de la Fuerza Aérea Brasileña para continuar con su viaje a Brasilia, a fin de cumplir con su agenda oficial.

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Que vaya susto nos pegó Lula”, expresó un funcionario brasileño que acompañaba al presidente en el vuelo, aludiendo a las largas horas de incertidumbre en el aire. La situación generó preocupación tanto en México como en Brasil, pero todo concluyó de manera favorable.

Hasta el momento, el gobierno brasileño no ha brindado más detalles sobre la naturaleza exacta del problema técnico, mientras que las autoridades mexicanas tampoco han emitido un comunicado oficial respecto a las acciones coordinadas para el aterrizaje de emergencia en el AIFA.

Este incidente ocurre tras una jornada diplomática intensa para Lula da Silva, quien se reunió con diversos mandatarios de América Latina y líderes internacionales en la Ciudad de México. A pesar del retraso, el presidente brasileño retomó su vuelo hacia Brasilia poco después de aterrizar nuevamente en el AIFA.

En conclusión, fue un momento de tensión que dejó en suspenso a quienes seguían el regreso del presidente. Al final, todo resultó bien, y Lula continuó su viaje sin mayores complicaciones.