Estimado lector, como consumidores siempre aplaudimos la llegada de nuevas marcas que se sumen a las existentes, pues eso nos permite un mayor poder de elección. Por ende, la ampliación de oferta de vuelos y aerolíneas siempre es bienvenida.
Permítanme hacer un parangón con el México de mi infancia; un país en el que “había que ir al otro lado”, o sea cruzar hacia Estados Unidos para acceder a otra variedad de dulces y chucherías con las que no contábamos. Habló como lo haría “Carlos”, entrañable personaje de “Las batallas en el desierto” de José Emilio Pacheco. No era lo mismo dar dulces “Laposse”, que un “Milky Way”, o algún otro producto de la infinita oferta que había en el país vecino. La diferencia se volvía abismal en una edad en las que los medios nos bombardeaban día y noche con el “American way of life”.
En materia aeronáutica, la competencia es importante, necesaria y sana. Es bueno tener una vasta oferta de vuelos que nos permita una mejor elección, dependiendo de las múltiples variables de cada viajero.
Por eso, yo sí festejo este reordenamiento del espacio aéreo, que incluye no sólo las aerovías, sino también los slots y las rutas en otros aeropuertos. Hablemos precisamente de cómo está aumentando la oferta de vuelos de diferentes aerolíneas.
Aeroméxico ha sido muy claro, dentro de su propia estructura lo que más le conviene es operar sólo en dos de los aeropuertos que conforman la mancha urbana de la zona metropolitana, esto es, seguir teniendo operaciones tanto en la T1 como en la T2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y desde el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Andrés Conesa incluso declaró en entrevista con Milenio: “La parte que es muy importante, estamos hablando de la zona metropolitana del Valle de México, indudablemente hay gente a la que le está funcionando”.
La situación de Aeroméxico, Volaris y Viva Aerobús
Aeroméxico sigue ampliando su oferta de vuelos desde el AIFA; a partir de septiembre se inaugurarán vuelos hacia Acapulco, Cancún, Guadalajara, Monterrey y Oaxaca, en adición a los ya operados con destino a Mérida, Puerto Vallarta y Villahermosa.
Sabemos que hasta el momento la aerolínea que realizará dichos vuelos será su filial Aeroméxico Connect; tal vez veamos en un futuro la incorporación de la troncal.
Por otra parte, las bajo costeras VivaAerobus y Volaris, no sólo expanden sus vuelos al AIFA, sino que también han puesto sus ojos en el Aeropuerto Internacional de Toluca (AIT). VivaAerobus tendrá salidas a Cancún, Monterrey, Mérida y Puerto Vallarta: Por su parte Volaris tendrá vuelos a Tijuana, Puerto Vallarta, Cancún, Guadalajara, Los Cabos y Huatulco.
Algunos vuelos comenzarán operaciones a partir del mes de julio, y en el mes de septiembre se irán sumando otros, con lo que se amplía la oferta en materia de transporte aéreo.
Y sin duda, esto es bueno para una sana competencia, y que el usuario decida qué es lo que más le conviene, desde qué aeropuerto salir, evaluar costos-beneficios; porque cada cabeza es un mundo y lo que para unos puede ser práctico, para otros no tanto.
La aviación va en franco crecimiento. Datos de la Agencia Federal de Aviación Civil del país nos muestran una comparativa entre el año 2019, y la situación actual. Podemos observar la reestructura que hizo Aeroméxico, “achicándose” para una vez apuntalada la empresa, comenzar a crecer de manera sana. En 2019 Grupo Aeroméxico tenía una participación en el mercado aeronáutico del 19.6% y ahora en 2022 se encuentra en 18.9%.
El caso de Volaris es muy diferente a lo experimentado por la aerolínea del Caballero Águila, pues a pesar de los dos años de pandemia, pudo sostenerse bastante bien, y no tuvo que hacer grandes cambios; en 2019 tenía una participación del 20.2%, para este 2022 llega con 26.6% del manejo del mercado.
Viva Aerobús por supuesto que no se queda atrás, y de estar en 2019 con tan solo el 10.5%, en 2022 creció a 17.5%.
Las aerolíneas extranjeras también han tenido un importante crecimiento, pues pasaron de tener en 2019 el 32.5% del pasaje, para este 2022 han crecido para alcanzar un 35.7%.
Resiliencia en la aviación con el AIFA y el AIT
Sin duda el ser humano es reacio a los cambios; somos animales de costumbres y de rutinas; desapegarnos del AICM va a costar, pero si tenemos la infraestructura, es para utilizarla, no para dejarla en el olvido. Una palabra que está de moda es “resiliencia”, que se parece a lo que hace unos años llamábamos “capacidad de reinventarse”. Como sociedad nos conviene ser resilientes, colocar estos aeropuertos dentro de nuestro radar, y darles uso; ubicados en la gran zona metropolitana, forman un conjunto muy interesante por su potencialidad. Si las aerolíneas están apostando por el AIFA y el AIT ¿por qué no darles, como usuarios, el voto de confianza?