Recientemente en este espacio de opinión nos hemos enfocado en los traspiés que Boeing ha cometido durante todo este año, los que han dejado muy mal parada a la empresa en cuanto a seguridad aérea se refiere. No exagero, hemos presenciado el extremo de que la armadora de aviones estadounidense se ha declarado culpable porque, por increíble que parezca, le sale “más barato” tomar esa decisión.
Sin embargo, Airbus no se nos escapa del ojo público y en algunas columnas pasadas les mencioné el caso del “titanio falso”, que fue usado por Boeing, pero también por la francesa Airbus en su modelo de A220, pues curiosamente es Spirit AeroSystems quien también le manufactura fuselajes a Airbus. Sí, me refiero a la misma compañía que en fechas recientes compró Boeing.
Evidentemente el escándalo del uso del titanio falso también le pega a Airbus, esta fabricante francesa de aviones que es la competencia directa de Boeing. Los escollos han venido aparejados de una disminución en la entrega de equipos. Originalmente tenía una proyección de colocar más de 880 unidades en este año, sin embargo, no podrá cumplir con esa meta.
Han realizado un reajuste y si bien les va, tal vez puedan cerrar el año entregando poco más de 750 aeronaves. Esto por supuesto trae aparejada muchísima presión, pues las líneas aéreas siguen en espera de aviones para aprovechar la recuperación post-pandemia, y el auge en los vuelos de avión, por lo que tendrán que esperar aunque eso limite su crecimiento, pues muchas opciones no hay.
Todo empezó cuando Boeing dejó de cumplir con los plazos de entrega, y cuando se vio en el ojo del huracán, muchas líneas aéreas voltearon sus ojos hacia Airbus para satisfacer su demanda, pero de acuerdo con la información disponible, no podrán cumplir con la cantidad de aviones que les han solicitado.
A todo lo anterior hay que sumarle un conflicto bélico entre dos naciones que no se ve para cuándo termine; mientras Rusia y Ucrania sigan en guerra, la falta de materia prima para la construcción de aeronaves seguirá escaseando, y en consecuencia, se seguirán retrasando los planes de las armadoras, y lamentablemente Airbus no será la excepción.
Eso no es todo, China sigue impulsando su avión modelo C919, fabricado por su empresa estatal Corporación de Aviones Comerciales de China (COMAC), que a pesar de no contar todavía con las certificaciones necesarias para operar tanto en Europa como en los Estados Unidos de Norteamérica, sí está presionando al informar que ya tiene alrededor de mil solicitudes, por lo pronto dentro de su propia aviación, que no es un dato menor.
Aunque Airbus no ha tenido que acudir a tribunales, como su competidor Boeing, el uso del titanio falso no es nada inocuo, y no podemos perder de vista que la armadora francesa se quedó con las ganas de adquirir a Spirit AeroSystems. No tener esa pieza en el tablero, se traduce en aumentar la presión de las compañías que rentan aviones, y de las líneas aéreas a nivel mundial.
Aunque todavía no se puede confirmar, parece que todas estas desavenencias tienen su origen en una mala gestión dentro de la fabricante de aviones, ya que no solo es la falta de materia prima, sino que carecen de un buen control, que les ha traído como consecuencia que los proveedores se quejen amargamente por su mala administración.
Otro dato a observar es el revés que Airbus sufrió en sus pretensiones de que sus aviones vuelen solamente con un piloto, ya les he hablado de la intención que tienen los fabricantes de aviones para complacer a los dueños de las líneas aéreas que buscan tener menos personal, para abaratar costos operativos.
Por eso las fabricantes se han dejado la piel en desarrollar nuevos equipos con sistemas que puedan gestionarse con una sola persona, y no requieran dos, como lo es en la actualidad.
El asunto está así: los sindicatos europeos de tripulantes de aviación como el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA), así como la canadiense Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas (IFALPA), la Asociación Internacional de Pilotos de Líneas Aéreas de los Estados Unidos (ALPA) y la Asociación Europea de Cabinas (ECA), han señalado con firmeza el despropósito de esta empresa.
¿No aprendieron nada? Si se priorizan las ganancias por encima de la seguridad aérea los resultados son funestos. Debe quedarnos claro, las máquinas y los sistemas no son cien por ciento confiables.
No dejemos de lado el reciente fallo de Microsoft a nivel mundial, que trajo como consecuencia el caos en la aviación, -entre otras industrias que también fueron afectadas-, y que aunque ya han pasado varios días, todavía al día de hoy la aviación no se ha podido normalizar por las demoras y las cancelaciones sufridas.
El Parlamento de los Países Bajos rechazó de manera “unánime” la pretensión de volar con un solo piloto en la cabina, lo cual ha sido una noticia muy bien recibida entre los sindicatos que representan a los pilotos.
Consideraron que sería un peligro para la seguridad operacional en los vuelos, por lo tanto se requieren “sí o sí” de dos pilotos en la cabina de mando, porque ya pudimos comprobar que los sistemas no son infalibles. Vía de mientras esperamos que las aguas retomen su cauce, y que se privilegie la seguridad aérea antes que las ganancias económicas.