Los medios de comunicación en México –periódicos, revistas, radio, TV y portales informativos– llevan en su mayoría padeciendo problemas financieros desde 2018. Y es que 2018 fue el último año del gobierno federal (de Enrique Peña Nieto) en que se pagaron altas cantidades de recursos públicos a los medios. En ese año, la inversión –publicada– del gobierno federal a medios fue cercana a los $7,000 millones de pesos.

Pero una vez que llegó Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia redujo en aproximadamente 66% lo que se erogaba en medios de comunicación.

Los medios más afectados fueron aquellos que dependían en mayor medida de los ingresos gubernamentales y que no pudieron generar clientes privados para sustituir la pérdida de recursos oficiales.

La reducción de los gastos federales en comunicación, luego de 2018, también empezó a darse en los gobiernos estatales. Sencillamente, desde el gobierno federal lopezobradorista se dio la instrucción de retirar apoyos oficiales a la mayoría de los medios, sobre todo a los críticos. La intentona de reducción llegó a tal nivel que, en la Ley de Comunicación Social, para 2023, se llegó a establecer que en gastos de comunicación ningún gobierno, federal, estatal o municipal, podría erogar más del 0.1% de su presupuesto total. Luego de que algunos gobiernos impugnasen esta norma federal ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), por invadir sus facultades decisorias y autonomías, el artículo fue modificado por la bancada de Morena para concluir en litigios. Sin embargo, dejó ver el intento del gobierno federal para dejar sin recursos a medios de comunicación en todo el país, en particular a aquellos que le eran críticos.

La política de comunicación federal sí generó ahorros importantes, pero no eficientó el gastó en medios, pues varias empresas afines al gobierno, con poca o nula audiencia, siguieron recibiendo recursos públicos. Lo que también terminó siendo un desperdicio.

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Ahora, luego de las elecciones de 2024, pinta que varios medios estarán haciendo ajustes: unos por el desgaste de sus comunicadores, otros por falta de recursos, y otros sencillamente dado que sus directivos ya no están en ánimo de seguir una confrontación permanente, otros seis años, con el gobierno electo. Van algunos ejemplos:

1.- Latinus: Un medio cuya política editorial fue frontal contra la 4T y que tuvo buena documentación e investigación de actos de corrupción de funcionarios federales adelantó la salida de “vacaciones” de dos de sus comunicadores estelares –Carlos Loret y Brozo–, aunque el primero sigue haciendo radio en la W. Asimismo, su noticiero estelar, el nocturno, salió del aire sin tener un reemplazo temporal en lugar de Loret. Además, ha habido recortes de 50% en sus equipos de producción. El futuro de este medio parece estar en duda a pesar de su buen posicionamiento con las audiencias.

2.- Imagen TV y Radio Fórmula: Menciono juntos a dos medios –de distintos dueños– pues comparten a uno de los más relevantes comunicadores del país, Ciro Gómez Leyva quien, por motivos personales, luego de un mediático atentando contra su vida que no ha sido resuelto, ha decidido irse a vivir fuera de México a partir del último trimestre de este año. Gómez Leyva tiene el noticiero más escuchado en las mañanas en radio y en TV ha estado cerca de empatar la audiencia del noticiero estelar de TV Azteca, toda una hazaña dado que, en el programa previo, la televisora del Ajusco trae ventaja de un millón de personas como audiencia. Puesto que Ciro vivirá fuera de México, el hacer televisión se complica, pero hay la posibilidad de que continúe haciendo radio, de manera remota.

3.- TV Azteca: De años atrás viene acarreando algunos problemas financieros con sus acreedores, particularmente en Estados Unidos. Dado lo anterior, está ajustando su programación: será la primera vez, en mucho tiempo, que no lleve los Juegos Olímpicos este verano, en cambio logró cerrar un acuerdo para transmitir los partidos del Club Tigres, de la UANL.

También habrá que ver si el litigio de su empresa hermana, Elektra –que forma parte del mismo Grupo Salinas– afecta su viabilidad, y es que enfrenta un litigio contra el SAT por más de 24 mil millones de pesos en impuestos supuestamente adeudados. La definición de si la SCJN revisará el cobro de impuestos –ordenado a Elektra por un Tribunal Colegiado hace una semana– es una facultad discrecional y extraordinaria de la presidenta de la Corte, Norma Piña, al tratarse de un Amparo Directo en Revisión. La decisión que tome la presidenta de la Corte se deberá conocer en las siguientes dos semanas.

4.- Los medios oficialistas: Varios medios que se han plegado al gobierno han recibido recursos importantes para su labor más propagandística que periodística. Además de insumos, el actual gobierno les de “exclusivas” para intentar generarles mayor audiencia. Por ejemplo, el saliente presidente López Obrador, que no ha dado entrevistas a medios nacionales, informó la semana pasada que daría entrevistas a el “Chamuco, un programa que se transmite a través de varios medios públicos, y a la revista Contralínea.

5.- FoxSports: el canal deportivo, propiedad de Grupo Multimedia Lauman, desde 2021, también entró en crisis. Este corporativo mediático es a su vez propietario de El Financiero. La crisis en este canal llegó por dos motivos: el pago de sumas estratosféricas por los derechos de transmisión de equipos de la LigaMx y de otros eventos deportivos, montos que no logró recuperar vía publicidad ni suscriptores; y, también por la ausencia de recursos gubernamentales con los que este grupo contó en la pasada administración.

El viernes de la semana pasada se anunció que lo recompraría su dueño original, la empresa norteamericana Fox Corporation. Así, las reducciones en los presupuestos públicos acabaron hasta por pegarle a canales deportivos, que no tuvieron una estrategia de crecimiento-financiamiento adecuada y que pensaron apalancarse en recursos públicos.

Falta ver qué política seguirá el nuevo gobierno para con todos los medios de comunicación privados y/o si buscará tener sus propios medios afines. Otra gran duda es qué será de los medios públicos federales –ONCE, 14, 22, el IMER o Radio Educación– dado que su audiencia se ha dilapidado con contenidos más propagandísticos que informativos.

Sin lugar a equivocarnos, se puede adelantar que ya empezó un importante reacomodo en los medios de comunicación en México, como no hemos visto en mucho tiempo.

Sólo tendrán viabilidad dos tipos de medios: los medios que hayan logrado construir una audiencia sólida y tengan, además, publicidad privada; o, en su defecto, aquellos que sean beneficiados –por el nuevo gobierno– con recursos del erario. Estar en este segundo bloque tiene limitantes presupuestales y complica construir una base de audiencia amplia al estar anclado en la narrativa oficialista. Pero veremos qué acontece y cuantos sobreviven.