IRREVERENTE
Les platico:
Se venden al mejor postor y todo aquél que puede pagarlas, cuenta con un resultado a favor del candidato patrocinador.
Andrés Meza fue el creador de las encuestas políticas cuando sus años en el periódico El Norte.
Creó una marca sustentada en la credibilidad de sus análisis y al consolidarse el producto, hizo lo que los desarrolladores de innovaciones de Palo Alto, California: lo soltó al mercado para enfocar sus baterías hacia otros proyectos.
Y entonces, las encuestas políticas se volvieron lo que son hoy: factores que sesgan la opinión pública hacia los intereses de quienes las pagan. Tan tan.
Muy pocas se salvan de la quema. Ni merecen ser nombradas porque las que presumen credibilidad, a lo mucho encuestan a unas mil personas y las propagandean como si hubieran sido cientos de miles.
Nuevo producto
Andrés Meza está por lanzar un nuevo producto que va a revolucionar ese mercado.
Mediante la aplicación de los más avanzados algoritmos del BigData, los “pilotos” que han salido de su laboratorio son brutalmente impactantes.
No puedo decirnada más, porque formo parte de este esfuerzo.
Solo les puedo adelantar que ni un producto tan revolucionado y revolucionario como del que les platico, supera al supremo poder que representa la voluntad del ciudadano expresado el día de unas votaciones como las que hoy tendrán lugar en el Estado de México y en Coahuila.
El Estado de México es en número de electores, más que países como Bolivia, Uruguay, Ecuador, Paraguay.
La lista nominal rebasa los 12.6 millones de personas que cuentan con su credencial del INE.
Pero la historia dice que en dicha entidad, a lo mucho vota el 45% del padrón.
Ese, y no Morena, es el partido más numeroso de México: El de los abstencionistas.
Quienes van a votar hoy, decidirán por los pusilánimes y conformistas que no ven más allá de las paredes de sus casas.
La gente es más poderosa que los partidos y que incluso, las encuestas.
Cajón de sastre
“Entonces, ¡al diablo con las encuestas!”, remata la irreverente de mi Gaby.
PD El mensaje aplica igual para mexiquenses y coahuilenses.