El miércoles pasado se llevó a cabo el evento donde, por primera vez, dos aerolíneas de bajo costo se unen en la lucha por combatir un delito que lacera a los pasajeros; estamos hablando del fraude en la adquisición de boletos de avión.

Para entender esta campaña, viajemos un poco atrás en la historia de la aviación. En el siglo pasado solamente se podían comprar los boletos de avión directamente en las oficinas de “venta de boletos” de la aerolínea, en agencias turísticas autorizadas, o bien en los aeropuertos del país.

Con la llegada de la tecnología a nuestras vidas, las líneas aéreas abrieron sus páginas web, y posteriormente se habilitaron para poder comprar desde ahí los “billetes de avión”. Pero aparejada a las nuevas tecnologías, llegaron también nuevas formas de delincuencia.

Antes de las ventas por internet, estafar a un usuario de aerolínea era más que complicado, porque era necesario armar todo un “tinglado” para hacer pasar una falsa agencia de turismo por real. Ahora no es necesario, desde un teléfono y con ayuda de una computadora portátil pueden “clonar” las páginas de las líneas aéreas -sobre todo las páginas en redes sociales- y desde ahí estafar a los usuarios de la industria aeronáutica.

Ese es el motivo principal por el que se han unido Volaris y VivaAerobus, para combatir este delito que lastima a los pasajeros; de ellos, muchas veces es la primera vez que viajan. Imaginen ustedes la decepción de que, después de haber ahorrado para su vuelo, al llegar al aeropuerto se enteren que su boleto es falso.

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Volaris y VivaAerobus llevan ya 18 años en el mercado, y es la primera vez que se unen para lanzar una campaña que alerte a la población, y no sean víctimas de este tipo de estafas y ciberdelitos.

En el evento del miércoles pasado se contó con la presencia de ambos CEO´s, Juan Carlos Zuazua de VivaAerobus, y Enrique Beltranena de Volaris; también estuvo presente Mark Michelon, de Accertify, empresa que se dedica a la prevención de fraudes, y brinda sus servicios a las principales líneas aéreas a nivel mundial; y para cerrar la pinza, por supuesto también se contó con la presencia del subprocurador de servicios al consumidor de la PROFECO, Sebastián Hernández.

Momentos previos a la conferencia, pude comentar tanto con la gente de Volaris como de Viva, que a pesar de que tengo años sin volar como sobrecargo, la gente me contacta para preguntarme sí “ese teléfono de WhatsApp que le está pidiendo un depósito es real”. Varias veces he alertado a posibles pasajeros que pueden ser víctimas de fraude.

Por regla general, siempre que me preguntan dónde comprar su boletos de avión, y mi respuesta es la misma: en la página oficial de la línea aérea de su elección. Sé muy bien que a veces portales de venta como “Despegar.com” o “Trivago” (por mencionar algunas) manejan ofertas muy atractivas en boletos de avión, pero nada es mejor que adquirirlos en la página web oficial.

También debemos de tomar en cuenta que, con el auge de las redes sociales, los estafadores están al acecho, y aprovechan las temporadas altas para “hacer su agosto”. Es cuando sacan páginas apócrifas para interceptar a los usuarios de la aviación, y hacerse pasar por las aerolíneas.

Debemos tomar en cuenta que México es relativamente joven en el mercado “low cost”. 18 años se dicen fácil, pero tenemos más de 100 años de aviación comercial.

No importa la edad del probable comprador, muchas veces cree que la página a la que entró es real, porque es la primera que le aparece en su buscador, ingresa sus datos (entre ellos su número telefónico) y posteriormente le mandan un mensaje por “WhatsApp” para concluir la venta, sin saber que ese no es el procedimiento establecido para la comprar de un boleto de avión.

La propia industria se ha transformado, siguiendo las tendencias del mercado, y va dejando de lado los procedimientos presenciales, mutando a los virtuales. Esa ha sido la ventana de oportunidad de los delincuentes, y hay que decirlo fuerte y claro: cada vez es más difícil darse cuenta de que uno está siendo víctima de un fraude cibernético, porque lo hacen de manera muy fina, ya sea en el clonado de la página, o al hacerse pasar por trabajadores de la compañía aérea.

El nivel de engaño es tal que incluso han estafado a gente que trabaja dentro de la industria aeronáutica. Qué podemos esperar de un pasajero, que no tiene contacto con el maravilloso mundo de la aviación.

Por eso me parece fundamental apoyar esta campaña y el esfuerzo que están haciendo estos dos competidores directos, en combatir el fraude en la venta de boletos.

Sebastián Hernández, subprocurador de servicios de la PROFECO, Juan Carlos Zuazua, CEO de VivaAerobus, Enrique Beltranena, CEO de Volaris y Mark Michelon, presidente de Accertify.

Lo primero que debe tenerse claro, es que ninguna línea aérea vende boletos de avión en redes sociales. Lo que sí hace es promocionar destinos, avisa de ofertas de vuelos, e invita a comprar, pero no directamente ahí, sino que uno debe dirigirse a su página web. Por favor, eviten hacer click en los links directos.

Deben cerciorarse de que la página use el nombre correcto de la línea aérea; las faltas de ortografía son un foco rojo enorme; en caso de que se trate de una clonación de la página web, los desarrolladores de este tipo de páginas fraudulentas no cuidan la ortografía, sobre todo en el dominio de la página.

¿Cuál es el dominio de la página? El nombre que está en la barra de direcciones que después del https: (//www.volaris.com/) o (//www.vivaaerobus.com/). Si se topan con un bibaerobus o un bolaris, por ejemplo, están entrando a una página clon, que en apariencia es muy similar o casi igual a la original, pero el nombre en la barra de direcciones es incorrecto. Eso es una de las muchas señales de alerta.

Otra señal de alerta que me parece muy importante, porque en lo personal es la que más veces me han reportado y de la que más quejas he recibido de los usuarios que se me preguntan, es cuando los contactan por mensaje de WhatsApp.

Esto sucede frecuentemente cuando en redes sociales, en lugar de redireccionar al usuario a la página oficial web, les mandan un teléfono de contacto, para continuar con la “atención” al cliente. Es ahí cuando se comete el fraude, pues les piden depositar en una cuenta, y les facilitan la vida diciendo que pueden pagar en un OXXO o en un Seven Eleven, y como el usuario no conoce el procedimiento, pues terminan “llevándoselo al baile”.

Anécdota: justo en el momento en que estábamos viendo la conferencia sobre esta campaña, me contactó un amigo piloto de una de esas dos líneas aéreas, que vio las fotografías que subía en mis redes sociales, y me hizo el siguiente comentario:

“Ahorita que lo mencionas, ayer no abordó una pasajera […] que iba a Tijuana, porque su pase de abordar o boleto era fake. ¡Qué denso!, porque hasta generan el QR, ta’ cañón” Y me preguntó “¿no dijeron o mencionaron qué hacer en caso de qué una página falsa o alguien pide dinero?, ¿dónde denunciarlos?”.

Piloto anónimo

De verdad, si estos fraudes fueran cada campanazo de San Juan, no estarían en el radar de los trabajadores de las aerolíneas, pero no es así. Para que tengan una idea, el promedio de estafas vía redes sociales y páginas apócrifas es de uno de cada cuatro usuarios.

Si ustedes, estimados lectores, o algún amigo o familiar está por comprar boletos de avión, es recomendable que sigan la campaña #UnimosAlasContraElFraude que está ya en redes sociales. En lo personal, como sobrecargo que sigo siendo de la antigua Mexicana, me da mucho gusto que la cara de la campaña de difusión sean precisamente dos tripulantes de cabina, tanto de Volaris como de VivaAerobus.

Ambas aerolíneas decidieron que fueran sobrecargos quienes de manera muy clara, en un video de un minuto y veintidós segundos, informan cómo verificar las páginas oficiales para que se cuiden de las estafas cibernéticas, que recuerden que no venden boletos en redes sociales, ni piden depósitos a cuentas personales.

Como señalé, esto debe ser una pinza que cierre y apriete por diferentes lados, y al mismo tiempo. Se requiere de todos, tanto de las aerolíneas, como de los usuarios, y por supuesto de las autoridades correspondientes, para combatir el delito de fraude. ¡Muchísimas felicidades¡ celebro este gran esfuerzo, al que sin chistar nos sumamos para concientizar a los posibles usuarios, y que puedan gozar de esta bellísima industria aeronáutica, sin dolores de cabeza.