Nuevamente, Twitter se coloca como la plataforma de mayor relevancia política en México. Desde su origen, su presencia ha crecido hasta volverse una herramienta de comunicación política indispensable; a tal punto que hoy quien no está presente en esta red, no existe en el mundo digital.
Sin embargo, este crecimiento exponencial ha generado múltiples desafíos. Por la inmediatez que lo caracteriza, cualquier información en Twitter puede volverse viral con la misma facilidad con la que puede quedar en el olvido, lo que implica un enorme reto para estrategas y comunicadores por igual; sobre todo , ante el creciente uso de los tuits para difundir información sin sustento con el objetivo de incidir en la percepción social sobre un tema en particular.
La red favorita de Trump
En este sentido, quienes interactuamos en medios digitales sabemos que Twitter puede ser una plataforma ideal para la comunicación política; y al mismo tiempo, una de las mejores herramientas para amplificar la desinformación. No es casual que, en Estados Unidos, Twitter, fuera la red social favorita del expresidente Trump.
Es tal la fuerza de Twitter que en la nueva sección del espectáculo matutino del presidente se leen, se visualizan y se discuten los tuits que tuvieron incidencia en la opinión pública. Sin duda, esto demuestra la importancia que ha alcanzado esta red social en nuestro país, a la hora de expresar opiniones y comunicar; así como la falta de seriedad del actual gobierno.
Otro ejemplo de su relevancia está en el Congreso de la Unión, donde Twitter prácticamente se ha convertido en un foro de debate paralelo a las sesiones de la Cámara de Diputados y del Senado de la República; en el que activistas, periodistas, líderes de opinión, ciudadanos, e incluso los propios legisladores redactan hilos, comparten contenidos o retoman tuits donde expresan y argumentan sus coincidencias o desacuerdos en torno a lo que se dice en tribuna.
Para un amplio sector de la sociedad civil organizada, Twitter es una herramienta invaluable para llamar la atención sobre el mal desempeño en el servicio público o denunciar los abusos de las autoridades. Para actores con otros intereses, es muy útil para difundir información falsa o sin verificar. En algunos casos, las cuentas oficiales de las instituciones se han convertido en un mero canal propagandístico, más que en un instrumento para informar a la ciudadanía.
En el mundo digital queda registro de todo
En su afán de manipular la narrativa en las redes sociales, la 4T no ha tomado en cuenta los errores y vicios del pasado; se han olvidado de que, en el mundo digital, queda registro de todo. Desde sus burdos intentos por controlar la opinión pública, hasta los evidentes fracasos, como el pésimo manejo inicial de la emergencia sanitaria. Sin embargo, si hay algo casi imposible de borrar es la huella digital: una vez que algo es subido a Internet, estará para siempre en Internet, aunque lo “eliminemos”; o como sentencia la frase: siempre hay un tuit.
Prueba de ello son las múltiples ocasiones en las que el presidente ha sido confrontado con sus propias palabras del pasado: con las críticas que manifestó como opositor; con las promesas que hizo como candidato; con los compromisos que acordó como presidente electo, e incluso con las declaraciones que ha hecho como mandatario. Tantas han sido las contradicciones, que se ha popularizado la exigencia de que el AMLO del pasado venga a poner en cintura al AMLO del Palacio.
Twitter como altavoz de las denuncias
Hoy Twitter se ha convertido en el mejor altavoz que podemos tener como ciudadanos y como actores políticos; pero, al mismo tiempo, puede ser nuestro peor enemigo, si no sabemos cómo reaccionar para adaptarnos a la forma en que evolucionan las redes sociales.
La mañanera, en su nueva sección, seguirá mostrando los tuits que llaman la atención del presidente y de su equipo. Sin duda, algunos detonarán la conversación pública y marcarán una agenda más allá de la red social.
“No utilizar la libertad de expresión como negocio” es una frase que ha reiterado el presidente. Desde la ciudadanía, el llamado es a que tampoco se utilice la libertad de expresión como pretexto para imponer una sola visión, usando el aparato gubernamental de comunicación para atacar a las personas que se expresan libremente, sólo porque nuestros tuis no comparten la visión del “nuevo régimen”.
Mi Twitter: @Alberto_Rubio