Hoy formalmente Alejandra Cuevas, hija de la esposa del hermano del Fiscal General Gertz Manero, quedó en libertad. Leo en redes sociales que mucha gente celebra y aplaude su aparente libertad.
Yo no y les diré porqué.
Por supuesto que me alegra que la señora esté libre porque sabemos todos que el Fiscal hizo todo tipo de triquiñuelas para que Alejandra estuviera presa, por temas meramente personales y familiares. Me alegra que esté fuera de la cárcel, pero yo no lo llamaría “en libertad”.
Y esto, porque en las primeras declaraciones de la señora Cuevas, lo primero que pidió fue tener una audiencia con el Presidente de la República, cosa que a todos nos da a entender que si lo solicita es porque se siente muy insegura y desprotegida.
Tal vez dentro de la cárcel quizá sentía una especie de protección. Suena contradictorio pero probablemente pudiera ser real, ya que ahí, en la cárcel, su agresor no entraba.
Pero ahora que ella está fuera de prisión y el que la quiso hundir esta libre, él sí libre, sin ningún tipo de restricción para no acercarse a ella o algo así, es decir en total impunidad y bajo la total protección de su Jefe, pues entonces aquí: ¿quien es el que está verdaderamente libre?
Me preocupa lo que pueda pasarle a la señora Cuevas o algunos de sus hijos. Este presidente ha sabido muy bien cómo manejar los odios de la gente que le sigue para sus fines, al final de cuentas la señora Cuevas y sus hijos me parece están en una total indefensión. Ahora bien, la señora Cuevas pide audiencia con el Presidente AMLO y este tiene solamente dos opciones: o le brinda la oportunidad de hablar con ella (cosa que tampoco sería un favor pues es obligación del presidente velar por la seguridad de una ciudadana altamente en riesgo) o ignora la petición de la señora Cuevas y dirá que en eso él no se mete, que por favor no lo involucren y dejará sin protección al familiar político del Fiscal Gertz Manero, de su amado y admirado Fiscal General.
Supongo que el presidente está en una encrucijada que nunca vio venir. Si le da audiencia a la señora Cuevas sería como traicionar al gran Fiscal, pensará él.
Y si la ignora, la gente no se lo perdonará.
Aquí lo importante es que así como está libre Gertz Manero, así consiga esa misma calidad de libertad la señora Cuevas. Que pueda dormir en paz, salir en paz, vivir en paz.
Pero la ira de Gertz Manero sigue por ahí, en cada esquina de este país… y entonces me pregunto otra vez: ¿de dónde es libre Alejandra Cuevas?
Lo dejo para la reflexión.