El domingo pasado tuvo lugar un evento sin precedente. Por primera vez en la historia del Estado de México, un priista fue oficialmente postulado por el Partido Acción Nacional para encabezar la candidatura rumbo a las próximas elecciones estatales. Con la apuesta de Alejandra del Moral, Acción Nacional sumará fuerzas con el PRI y el PRD para evitar el ascenso de una de las más connotadas delincuentes electorales: Delfina Gómez.
El evento tuvo verificado en Huixquilucan y contó con la primera plana del PAN, léase, personajes como Marko Cortés, líder nacional, y Santiago Creel, conspicuo miembro del partido y Presidente de la Cámara de Diputados.
Alejandra del Moral es priista de pura cepa. Ha sido militante del PRI durante años. Sin embargo, ahora buscará reunir apoyos para lograr la hazaña de vencer a Delfina, quien cuenta, bien se sabe, con todo el apoyo de la cúpula morenista y del mismísimo AMLO, quien no ha titubeado en alabarla como mujer sencilla, impoluta e incorruptible; como si los mexiquenses estuviesen dispuestos a olvidar los escándalos provocados por los diezmos exigidos a los funcionarios de Texcoco cuando la ex secretaria fungía como presidenta municipal.
La incógnita reside ahora en si los panistas mexiquenses estarán dispuestos a votar por una priista. Si bien es cierto que la cúpula del PAN ha abierto las puertas a Del Moral, muchos simpatizantes de Acción Nacional no podrán olvidar los años de combate contra la corrupción priista en el Estado de México; lucha que dio origen al PAN y que marcó, durante años, el discurso del partido, y muy principalmente, en el Estado de México, tras el paso por Toluca de polémicos personajes como Emilio Chuayffet, Arturo Montiel y Enrique Peña Nieto.
En adición, no es mentira que la alianza PRI-PAN puede ser acusada, desde el origen, de anti-natura. El PAN, surgido en el siglo XX con el propósito de combatir al partido del Estado y sus principios revolucionarios -considerados radicales por el panismo- alcanzó el poder, tanto a nivel estatal como en la presidencia con Fox en 2000, gracias a su identificación ideológica como antítesis del PRI.
Esta batalla histórica del PAN ha sido más intensa en el Estado de México; una entidad que ha sufrido la corrupción del PRI, anclada en una sucesión interrumpida de gobernadores surgidos, muchos de ellos, de las filas del clan Atlacomulco.
Sin embargo, ahora todo ha cambiado. Tras el ascenso de Morena y la reproducción de las peores prácticas priistas, sumadas a las más perniciosas formas de gobernar, la apuesta por la alianza PRI-PAN en el Estado de México se antoja como una opción viable para poner un obstáculo a la primacía de Morena y a los visos autoritarios de AMLO y de su camarilla.
Por tanto, Alejandra del Moral, candidata de la alianza, será para muchos panistas como el mal menor ante la amenaza presentada por la impresentable Delfina y las huestes que la siguen.