Ya hablé sobre los dilemas a los que se enfrentan los votantes del Estado de México previo a la elección por la gubernatura.

Pero quizás la paradoja o ironía más simbólica es la que se les plantea a los detractores del priismo.

Definitivamente un buen número de votos que capitalizará la candidata oficialista serán fruto del descontento generacional de millones contra la hegemonía priista en el estado. Pocos serán los que votarán por Delfina Gómez Álvarez por lo que es ella. Más bien la votarán por lo que representa y por quien la postula y la apoya.

En cambio, sí serán cientos de miles que expresarán su rechazo al PRI mediante su voto a Morena.

He ahí la ironía.

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Y es que quienes voten a favor de Delfina creyendo que lo están haciendo en contra de Alfredo del Mazo, se equivocan. No podrían estar más lejanos a la realidad.

Lo cierto es que cada sufragio que se le anote a Morena será un premio al actual gobernador del Edomex; pues ya es sabido que, de triunfar el oficialismo, al actual mandatario mexiquense se le condonarán sus deudas con el pueblo del Estado de México, se le absolverá de todos sus pecados y seguramente se le premiará con una embajada, dejándole a salvo sus millones de euros en un banco de Andorra.

¿Lo entenderán los mexiquenses? ¿O necesitan que se los siga explicando?

Por eso la paradoja. Por eso el dilema. En el Estado de México se vota por el PRI o a favor del priista. No hay cambio ni manera de sortear este cruel destino electoral inexorable. O se vota por Alejandra del Moral o se vota porque Alfredo del Mazo se salga con la suya.

En el Edomex se votará contra una hegemonía; o a favor de la instauración de un nuevo predominio. Morena es la mutación del priismo. Es la exaltación de los vicios del PRI sin sus virtudes.

Por eso Alejandra del Moral es la mejor opción. Ofrece continuidad con cambio; estabilidad con progreso; paradójicamente, la candidata aliancista representa una opción disruptiva, que al mismo tiempo garantiza continuidad democrática.

Votar por Alejandra del Moral no significa hacerlo a favor del PRI. Significa hacerlo en contra de Morena y de los peores priistas.

Resulta indudable que Alejandra ha trascendido sus partidos. Quienes voten por ella, lo harán por la mujer de carne y hueso que busca la gubernatura. No estarán dándole su voto a un proyecto de instauración de un totalitarismo selvático e ignorante.

Ya se verá.