En el marco de la inauguración del AIFA el pasado lunes, Alfredo del Mazo Maza, gobernador del Estado de México, estuvo presente -como podíamos esperar- en cada uno de los momentos claves del evento. Al lado de AMLO y de figuras destacadas como Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y el resto del gabinete, Del Mazo no escatimó en recursos para elogiar la construcción y hacer propaganda al presidente.
Si bien resulta comprensible que la inauguración del AIFA beneficie directamente a Del Mazo pues se trata de la entidad donde opera el aeropuerto (y lo que ello implica para los mexiquenses en términos de empleo para los que trabajarán diariamente en el AIFA) el gobernador mexiquense se deshizo en elogios hacia un proyecto de infraestructura que no únicamente polariza la vida pública nacional, sino que levanta cuestionamientos en torno a su pertinencia.
Por otro lado, en tanto que primer mandatario de la entidad, y siguiendo las reglas de la diplomacia política frente al presidente AMLO y sus ministros, bien hizo Del Mazo en apoyar públicamente la inauguración de uno de los principales proyectos del gobierno federal. Sin embargo, Del Mazo fue quizá demasiado lejos en sus loas hacia el presidente y la autoproclamada 4T.
“En defensa de la libertad y la justicia, Juárez encabezó una de las transformaciones sociales más profundas de nuestra historia… 216 años después, con el mismo espíritu resuelto y determinado, nuestro país da con firmeza un paso rumbo a ese destino justo e igualitario... el nuevo aeropuerto refleja la visión del país, del Benemérito de las Américas… el nuevo aeropuerto es una proyecto con visión transformadora”, expresó ufano el gobernador Del Mazo.
Se hubiese esperado este tipo de expresiones colmadas de simbolismos reivindicados por la 4T en palabras de algún gobernador de Morena, de miembros del gabinete presidencial o de algún correligionario de AMLO. Sin embargo, escuchar un discurso de corte populista en voz de un gobernador surgido del priismo mexiquense de pura cepa resulta alarmante, y a la vez, abre la puerta a múltiples especulaciones.
¿Habrá renunciado Del Mazo a su continuar su carrera política? ¿Se retirará, una vez concluido su mandato en Toluca, a su casa en Huixquilucan, o buscará dejar el PRI para buscar espacios en Morena? ¿Engrosará eventualmente Del Mazo las filas del partido oficial? Esta última alternativa no sería sorprendente, especialmente en un país carcomido por la ausencia de verdaderas convicciones políticas y plagado de intereses personales.
Como he señalado, el discurso de Del Mazo y la alusión a la “visión transformadora inspirada por Juárez” contenida en el proyecto trasluce una renuncia del mexiquense a cualquier aspiración dentro del PRI, o quizá, un coqueteo con los morenistas. Del Mazo, sabedor de la popularidad de AMLO y de las altas posibilidades de que Morena se alce nuevamente con la presidencia en 2024… buscaría un rincón. Al tiempo.
José Miguel Calderón en Twitter: @JosMiguelCalde4