Aunque la democracia debería ser un asunto de proyectos, propuestas y resolución de problemas, para el presidente López Obrador es un asunto de confrontación, de división y, sobre todo, de ambición por el poder, de ahí su desesperación porque la oposición nombre a uno o veinte candidatos, da igual, lo que le importa es tener con quien enfrentarse y poder mantener su discurso de que él y nada más que él, es el bueno. No la tendrá tan fácil.

Desde hace varias semanas lanza anzuelos a la oposición porque le urge que se pronuncien los aspirantes a la presidencia, como en el boxeo, exhibe el “músculo” de los suyos, Sheinbaum, Ebrard, Adán Augusto e increpa a sus “adversarios”, quiere ponerlos a pelear, como si de eso se tratara la democracia.

Nunca ha dejado de estar en campaña

Las mañaneras son supuestamente el instrumento para informar a la población sobre los resultados que guarda la administración pública, pero en realidad sirven como el principal medio propagandístico de AMLO. No informa, no resuelve los problemas del país, no gobierna, solo le importan las campañas proselitistas y su ego.

Provocaciones

Aunque faltan dos años para la elección presidencial, desde su púlpito ya conminó a la oposición para que empiecen a seleccionar a sus candidatos, porque –aseguró– se necesita tiempo.

“Ya estoy viendo que hay quienes manifiestan que van a participar, la señora Lilly Téllez, Quadri, pero también seguro la señora Margarita Zavala, hay tres, Santiago Creel, a lo mejor Loret de Mola, Carmen Aristegui, el presidente del PRI, cómo se llama, Alejandro Moreno, hay otro del PAN que también ya, Marko Cortés, al fin ya, Claudio, sociedad civil, en fin, ya que empiecen porque no es nada más el tiempo de la campaña, lo que está haciendo Quadri y la señora Lilly Téllez, porque se necesita tiempo y van a salir otros”.

AMLO

Como no hay respuesta de la oposición, AMLO avienta a sus “gallos” como dice él, los “destapa” y, además de los tres de primera línea, menciona también a Zoé Robledo y hasta a la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez y a Ricardo Monreal, el líder de los senadores de Morena.

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Crece su desesperación cuando ve que cada vez se habla más de lo mal que están haciendo sus delfines, de cómo se pelean por ser el elegido, le urge que sus “adversarios” se suban al ring:

“Nosotros tenemos muchísimos con posibilidad de llegar a ser presidentes, mujeres y hombres, el problema lo tienen ellos, ¿de dónde los van a sacar? ¿Quién? ¿Claudio? ¿La esposa de Felipe Calderón? ¿Quadri? ¿Va a regresar Diego? ¿Chong? ¿Quién, Loret de Mola? Porque puede ser, ¿o Krauze?, ¿o ¿Aguilar?, ¿de dónde?”.

AMLO

Los tiempos de la oposición

Hace bien la oposición en ignorar los anzuelos del presidente, porque es momento de mostrar principios y empujar un programa de gobierno y no a un iluminado y la clave está en dónde y cómo surja el abanderado de la Alianza.

Cobra entonces especial importancia el método de selección del candidato opositor y, como bien lo han propuesto voces de la propia 4T, como Ricardo Monreal y Alejandro Rojas Díaz Durán, podría salir -qué mejor- de un proceso democrático organizado por el INE.

Sería una gran muestra de congruencia y voluntad política el anteponer el bien de la nación a los intereses de los partidos que se integren a la Alianza opositora.

Porque fuera de Morena y del vínculo con AMLO, existen hombres y mujeres capaces de conjuntar fuerzas en torno a un verdadero proyecto de gobierno que responda a las necesidades del país, no se necesita un iluminado, se necesita un personaje que en los hechos haya demostrado su valía y sí, hay hombres y mujeres capaces de lograrlo, como Enrique de la Madrid, Patricia Mercado, María Elena Pérez-Jean, Margarita Zavala, Lilly Téllez, Mauricio Vila, Mauricio Kuri, Idelfonso Guajardo, Angélica de la Peña, Xóchitl Gálvez, José Antonio Meade y otros que aún no están en la escena pública.

Mientras tanto AMLO ve desesperadamente la forma en que sus “corcholatas” se están dando hasta con la cubeta, por ejemplo, Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, responsabilizándose uno al otro por la tragedia de la Línea 12, ya no lo disimulan. Ricardo Monreal, descalificado por Adán Augusto y el pleito entre el exconsejero jurídico de presidencia y el Fiscal General, Alejandro Gertz.

Pero fue el propio AMLO quien propició el pleito entre los suyos, les sembró la ambición de poder y ya no puede controlarlo, le salieron muy “aspiracionistas”, por eso su urgencia por conocer a los aspirantes de la oposición, para que sean ellos los que se confronten, incluso, tuvo la desafortunada ocurrencia de que uno de sus más devotos aliados en la oposición, el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, se “diera con todo”, con el líder del PRI, aun cuando se sabe que uno de los asesores de Alito es, precisamente, el padre del gobernador, José Murat Casab.

Morena, el gabinete y las “corcholatas” se están literalmente matando por la candidatura presidencial y el costo será alto, eso lo sabe AMLO, que llegarán al 2024 divididos y exhibidos por sus fechorías y actos de corrupción.

En ese sentido la oposición ha permanecido callada, quizá ya entendieron que no vale la pena hacerle el juego a Andrés, que es un asunto de proyectos y de atención a los asuntos que requiere el país, aunque eso moleste al presidente.