La economía mexicana se mantiene y no ha colapsado porque a pesar de que a su llegada AMLO pretendió destruir los fundamentos económicos, no lo logró y se ha conservado la estructura. Donde sí metió la mano fue en aspectos regulatorios y de administración, lo que ha generado un nulo crecimiento económico y extremada corrupción entre las empresas de gobierno.
Recientemente, al participar en la Reunión Nacional de Consejeros Regionales de BBVA México, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O destacó las ventajas geográficas y demográficas de México ante el nearshoring, el fenómeno de relocalización de las cadenas de valor. Vamos, pura estrategia neoliberal.
Por su parte Jaime Serra Puche, organizador del evento y presidente del Consejo de Administración de BBVA, de los más criticados por AMLO, pero que no deja de ser un extraordinario economista, comentó que, si bien es probable que al final del sexenio haya cierta incertidumbre política y regulatoria, es muy posible que termine con estabilidad económica y política.
Atole y propaganda
AMLO retrasó el progreso de México.
En materia energética decidió cancelar el gas natural como el energético de transición más importante, fue contra los transportadores, contra la reforma energética de Peña, contra las empresas, inició demandas por supuestos contratos ”leoninos” y formuló mil y un cuestionamientos para justificarse., que si la dependencia de Estados Unidos, que si las energías renovables eran pura basura, que para qué se querían, que si se tenían las hidroeléctricas se cubriría la demanda de energía, puro blablablá.
Al final, las demandas no procedieron, se mantiene la importación de gas natural porque estratégicamente es más conveniente importarlo por ducto y, entendió que ni el carbón ni el combustóleo son la solución.
Hoy, después de haber paralizado el sector energético por cuatro años, reconoció que la reforma energética de Peña Nieto fue la mejor, retomó los principios de esa reforma y las energías renovables, impulsando el mayor parque solar de México y Latinoamérica en Puerto Peñasco, Sonora; la generación eléctrica con gas natural y grandes proyectos de ciclo combinado como el de Yucatán; decidió hacer dos centrales de generación, ampliar el ducto Mayakan y extender el ducto submarino de Tuxpan a Dos Bocas.
Se dio cuenta de que sin la reforma energética de Peña no se pueden aprovechar las ventajas del nearshoring, no se atrae inversión extranjera y se detiene el desarrollo del país.
Zonas Económicas Especiales
Lo mismo con el tema de las zonas económicas especiales que propuso Peña Nieto para el desarrollo del sur sureste del país, para buscar cerrar la brecha entre el norte y el sur, a su llegada AMLO lanzó un decreto para cancelarlas y ahora resulta que las va a revivir tratando de generar polos de inversión con beneficios fiscales para tratar de salvar la viabilidad del Tren Maya y el proyecto del Tren del Istmo.
Lo mismo con las APP, ese mecanismo de aportaciones público-privadas que fueron un buen instrumento para el desarrollo de la inversión productiva. Según AMLO eran un nido de corrupción. Hoy las APP le están sacando al ”buey de la barranca”.
Necedades y caprichos personales
Al llegar al poder, AMLO pretendió que toda la inversión pública se realizara con criterios estatistas, ineficientes e insuficientes. Un ejemplo de las APP suspendidas es el corredor ferroviario García-aeropuerto de Monterrey, un proyecto de 25.000 millones de pesos que se incluyó en el primer paquete. También la expansión y modernización del puerto de Progreso en el estado de Yucatán, cuyo costo se calcula en 4.000 millones de pesos; el viaducto elevado de Zaragoza, por 8.000 millones en Ciudad de México y el tren Ciudad de México-Querétaro, de más de 50.000 millones, entre otros.
Sin embargo, a poco de terminar su sexenio AMLO recula y trata de reactivar una serie de actividades a través de este mecanismo de participación mixta.
Lo mismo con el Seguro Popular que canceló porque, decía, ni era seguro ni era popular y creó el INSABI que definitivamente no funcionó y dejó sin atención a millones de mexicanos. Al final recurrió al IMSS-Bienestar, copia del IMSS-Solidaridad que instauró el neoliberal Salinas.
Se quejó de la militarización de Calderón y terminó peor, hoy todo lo ha puesto en manos de las fuerzas armadas.
Recular a estas alturas es reconocer que las reformas estructurales no fueron malas y fueron lo que permitió que un gobierno como el de AMLO, que se convirtió en un bola de demolición, no pudiera quebrar al país.
Twitter: @diaz_manuel