Hace tres días, en Zacatecas, el presidente AMLO dijo que Ricardo Monreal “avala la falsedad, hipocresía y politiquería del conservadurismo de México”.

Después, Andrés Manuel visitó a Jalisco. Aquí, en uno de los eventos, abrazó al gobernador Enrique Alfaro, militante de Movimiento Ciudadano. La foto de tal caricia —sí, de enorme significado político— la difundió Alfaro en su cuenta de Twitter.

¿Qué es la carta de libertad en el futbol?

Cito a Wikipedia para entender correctamente ese concepto, imprescindible para mi columna: “Es el documento por el cual un futbolista queda deportivamente desvinculado de su club, en el momento en el que este lo expide. A partir de entonces, el jugador puede ser contratado por cualquier otro club sin necesidad de indemnizar económicamente a su entidad de origen por motivo de traspaso”.

Normalmente se entrega la carta de libertad a los futbolistas muy caros que nomás no rinden en la cancha. De esa manera se les invita a ir a cobrar a otro equipo.

Monreal no justifica su costo

Ricardo Monreal es un político mucho muy caro. Para empezar, necesita mantenimiento excesivo. Exige, por ejemplo, que el presidente López Obrador lo invite a desayunar con frecuencia y, cuando esto no ocurre, hace berrinche en el Senado que controla.

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Por si no fuera suficiente con tales exigencias desmesuradas, amenaza un día sí y otro también con dividir a la 4T si no se le garantiza la candidatura presidencial.

Sin duda, es elevadísimo el precio que el gobierno de AMLO debe pagarle al senador Monreal a cambio de unos servicios que, la verdad sea dicha, no valen gran cosa. Y es que Monreal vende como el mayor servicio a la patria su operación en la llamada cámara alta, pero lo cierto es que eso no es ciencia oculta, así que cualquier grillo con cierta experiencia lo puede hacer.

Andrés Manuel López Obrador se cansó de las rabietas de Ricardo Monreal y decidió entregarle a este su carta de libertad. Ya puede contratarse con el partido político que se le pegue la gana.

Como el más interesado en el fichaje de Monreal es Dante Delgado, de Movimiento Ciudadano, el presidente de México —siempre muy hábil en la negociación— ha decidido trabajar para sumar como aliado a alguien que ha sido rival en los últimos años, pero que en cierta época trabajó en el mismo proyecto que AMLO, el gobernador Enrique Alfaro.

El abrazo de López Obrador a Alfaro ha sido una invitación: “Deja a MC, donde quieren más a Monreal que a ti, y ayuda a Morena a operar en Jalisco en la elección presidencial de 2024″.

Todo tiene que ver con el 2024, aunque no necesariamente el pacto sería tan amplio que implicara la elección local de ese año —desde luego, esto no debe descartarse a priori: en política todo puede pasar; ojo con ello, ya que podría pavimentarle el camino a la gubernatura jalisciense a quien parece el candidato más adelantado del partido de izquierda, el papá de Checo Pérez—.

Desde luego, Andrés Manuel manda señales para reclutar a Enrique Alfaro consciente de que hay políticos que no necesitan cartas de libertad porque son dueños de sí mismos. Es el caso del gobernador de Jalisco, quien no es subordinado de Dante, sino su socio en MC… y bueno, si el dirigente de Movimiento Ciudadano insiste en entregar sus estructuras a un oportunista carísimo y ni tan eficaz como el senador Monreal, lógicamente le quita motivación a Alfaro para seguir en ese proyecto.

En fin, ya se verá en qué momento —si ocurre, como pronostica todo el mundo— entrega el presidente AMLO a Marcelo Ebrard su carta de libertad para que se contrate con el partido político que mejor el embone.