El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tendrá una oportunidad de oro esta semana cuando se reúna con su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, como parte de la Cumbre de Líderes de América del Norte, junto con el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau.
Entre el amplio catálogo de temas que se tratarán en la reunión presencial del 18 de noviembre en Washington DC, el presidente AMLO debe romper el silencio ante el acoso que sufre su hijo menor de edad en redes sociales como Twitter y Facebook.
El episodio más reciente de la guerra de tuiteros contra la familia de AMLO ocurrió apenas hace unos días, cuando personajes como Fernando Belaunzarán y la abogada defensora de Derechos Humanos, Carla Erika Ureña, comenzaron una campaña de acoso en contra del hijo menor de edad del presidente al asegurar que el joven había viajado con su papá a Nueva York abrigado en una chamarra Gucci de más de 30 mil pesos.
Los ataques de tuiteros sicarios se prolongaron por más de 2 días hasta que finalmente se aclaró que la persona con chamarra Gucci que aparecía junto a AMLO, era en realidad una mujer que se acercó a pedir una foto.
Sin importar la marca de ropa que use, ningún menor de edad debe ser sometido al escrutinio público como parte de loa ataques contra su padre o madre.
Facebook y Twitter no hacen nada ante ataques a menores de edad; que AMLO lleve propuesta
En la primera Cumbre de Líderes de América del Norte de la Cuarta Transformación, el presidente AMLO tiene una oportunidad de oro para plantearle a Joe Biden que ponga en cintura a los empresarios de Silicon Valley, a esos zares del internet que creen dueños de la libertad de expresión y de la verdad.
La idea no es descabellada. Apenas hace unas semanas se dio a conocer el caso de Frances Haugen, una exempleada de Facebook que denunció las irregularidades de la empresa en la información y datos de sus usuarios. El famosos algoritmo de Mark Zuckerberg impulsa al muro de cada persona las publicaciones más polémicas, sin importar que ese contenido pueda afectar la percepción del individuo sobre determinado fenómeno o acontecimiento.
Además, Facebook no se preocupa por los discursos de odio o discriminación que se compartan dentro de su plataforma en países alejados al “mundo occidental”, lo que ha ocasionado diversos conflictos en países de África o Asia.
La revisión de Facebook llegó hasta el Congreso de Estados Unidos, en donde Frances Haugen testificó acerca de los riesgos, sobre todo, para menores de edad. Esto debido principalmente al contenido aspiracional de “influencers” que provoca daños emocionales en los menores, quienes por comparación se ven lejos de esa vida de “ensueño” y entran en depresión ante su rutina.
Otra amenaza a menores de edad tiene que ver con el mundo “fitness”. Frances Haugen descubrió que en Instagram es muy fácil “enganchar” a menores de edad con contenido que promueve la anorexia. En su búsqueda por un estilo de vida más saludable, los menores de edad terminan expuestos a publicaciones o “influencers” que hacen apología de los desórdenes alimenticios.
El testimonio de Frances Haugen fue ante un comité del Senado estadounidense que, precisamente, busca modificar leyes referentes a la privacidad y seguridad de menores de edad en las redes sociales. El peligro es real y universal.
En la mayoría de los países, los ataques a los derechos de menores de edad provienen de cuentas anónimas, o de perversas estrategias de mercado que buscan exhibir sus productos ante ese grupo vulnerable. Pero en México, los acosadores del hijo de de AMLO tienen nombre y apellido, ya sean supuestos representantes de “la oposición” o intentos de periodistas que se escudan en la libertad de expresión; son ellos quienes marcan la pauta para dañar al presidente de la forma más cobarde posible.
¿Por qué Twitter no ha actuado contra persona las personas que acosaron al hijo de AMLO?
Apenas hace unos meses, el CEO y fundador de Twitter, Jack Dorsey, concedió una entrevista al activista digital Alex Gladstein, ante quien aseguró que el futuro de Twitter es una plataforma que no tendrá sus actuales restricciones.
Disculpe pero, ¿qué restricciones, señor Jack Dorsey? Actualmente en su plataforma se puede agredir con total impunidad a un menor de edad, además de que se llevan a cabo otras prácticas como la peste de cuentas troll que, de manera artificial, impulsan falsas tendencias conforme a una estrategia política muy definida. Ese fenómeno de “manipulación” de la opinión pública digital ocurre tanto en México como en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica.
Según Jack Dorsey, Blue Sky, la plataforma en la que se encuentra trabajando para sustituir a Twitter, no estará sujeta a un control corporativo, sino que funcionará libremente bajo un sistema similar al Bitcoin.
En una entrevista de 2020, Jack Dorsey, se mostró muy preocupado por las redes de “cuentas artificiales” que se crean en Twitter y que buscan imponer ideas de gobiernos absolutistas o dictaduras. Según el CEO de Twitter, el principal problema de esas redes artificiales es su compleja organización y las herramientas que utilizan para violar sus protocolos de seguridad.
“Breaking news”, señor Dorsey, para ver si así nos entiende: en México quienes se dedican a vulnerar los derechos de menores de edad tienen nombre, apellido, foto y hasta cuenta verificada. Aquí no les alcanza ni el presupuesto ni la inteligencia para esconder su veneno en contra de personas que no tienen nada que ver en el debate político nacional. ¿Qué otras pruebas necesita para revisar sus protocolos de seguridad en torno a la protección de las infancias y jóvenes?
Los recientes encuentros de alto nivel entre México y Estados Unidos han tenido como principales temas de interés: la migración, el combate al crimen organizado, el control de la pandemia de Covid-19 y el impulso al desarrollo del sur de México y Centroamérica.
Los gobiernos de México y Estados Unidos no han podido ponerse de acuerdo en las medidas a tomar para cuidar de los niños migrantes no acompañados que día con día llegan tanto a la frontera sur como norte. Los niños migrantes duelen en distintas dimensiones y una solución a ese fenómeno requiere un esfuerzo coordinado y humanista.
Pero un espacio de más fácil maniobra son las redes sociales, ¿por qué seguir exponiendo a los menores de edad a contenidos que atentan contra su bienestar y su salud mental, ya sea por el imaginario de una “vida perfecta” o por las burlas en fotos?
Ojalá que el presidente AMLO tome en cuenta su experiencia personal para pedirle a Joe Biden que sus empresarios tecnológicos rindan cuentas. Que quede claro de una vez por todas: ¡con los niños no!