Los moluscos y los insectos no son lo mismo. Se trata de animales invertebrados, pero tienen diferencias sustanciales.

Los insectos más repugnantes son los que tienen el cuerpo gelatinoso. Pero quizá ninguno sea tan asqueroso como el molusco llamado baboso —en realidad le llaman babosa, pero ya es hora de quitarle lo ofensivamente machista a la lengua española—.

Leo por ahí que los babosos son moluscos gasterópodos terrestres, sin concha externa, que cuando se arrastran dejan abundante baba. En ese sentido, el de dejar una huella de baba nauseabunda, utilizo la palabra gelatinoso para aplicarla al más feo contrato que Xóchitl Gálvez firmó y que AMLO exhibió.

No me refiero a los contratos de las empresas de Xóchitl con el gobierno, que seguramente son legales... Un momento, legales, quizá sí, pero inmorales. Lo dijo muy bien en Twitter el señor Demetrio Sodi:

Tuit

Probablemente las empresas de Xóchitl no fueron contratadas por dependencias en las que ella ha tenido responsabilidad directa, pero como ha sido una mujer influyente desde el año 2000, cuando Vicente Fox la invitó al gobierno, los servicios que ella presta al sector público fácilmente podrían caer en la categoría del conflicto de interés.

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Pero eso no es lo grave ni lo que AMLO pretendió exhibir. El presidente, más bien, lo que subrayó es otro contrato de Xóchitl Gálvez: el pacto —sí, un pacto emparentado con lo diabólico— que ella firmó con Claudio X. González y lo que este tipo representa:

  • La corrupción de Carlos Salinas de Gortari.
  • La incompetencia de Vicente Fox.
  • El fraude electoral de Felipe Calderón.
  • Las cuentas bancarias ilegales en Andorra del abogado de la mafia política, Juan Collado.
  • La utilización del presupuesto público para agradar a intelectuales y periodistas.
  • Los excesos del capitalismo de cuates que caracterizó a México durante demasiados periodos presidenciales.
  • Los cárteles inmobiliarios en la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Los Cabos, Cancún, Puerto Vallarta…
  • El crecimiento económico sin justicia, esto es, solo para favorecer a unos cuantos potentados.
  • La espantosa realidad de que, en un país con decenas de millones de personas en la pobreza, existan algunos de los hombres más ricos del mundo.
  • La guerra perdida contra el narco.

Andrés Manuel no está en realidad mostrando contratos de los negocios totalmente privados de Xóchitl —tampoco amenaza a la candidata de la derecha empresarial—. Simple y sencillamente utiliza las actividades empresariales de la panista para que a la gente le quede claro que ella está ligada a una de las asociaciones fundadas por Claudio X., Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, que ha sido el principal instrumento de la oposición para golpear a la 4T.

De ahí, en algún momento —cuidando ciertas formas para que el INE no le dé lata excesiva—, el presidente López Obrador demostrará que Xóchitl depende para su estrategia de otra de las asociaciones en la que Claudio X. tiene un papel relevante: el Consejo Nacional de Litigio Estratégico, que ha estado detrás de todos los juicios con los que se ha buscado impedir que el primer gobierno de izquierda avance, como los relacionados con el plan b electoral, el INAI, el derecho de réplica de Xóchitl Gálvez y los amparos para obstaculizar el Tren Maya y el AIFA.

¿Qué hace Claudio X. en la asociación civil que supuestamente se interesa en el litigio estratégico por el bien de la nación? Participa en su consejo y es presidente del consejo consultivo. O sea, es el jefe de jefes.

Creo que Xóchitl se equivocó al pactar con Claudio X. González y todo lo que este representa

Pudo Xóchitl Gálvez haber sido una potente candidata de oposición a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México sin necesidad de entregar su alma —políticamente hablando— a los malignos poderes fácticos.

En lugar de permanecer como política independiente, Xóchitl se entregó a Salinas, Fox, Calderón, los promotores de la guerra perdida contra el narco, los desarrolladores inmobiliarios abusivos y todo lo que está detrás de Claudio X, quien no es quien manda, sino nada más el operador de la mafia del poder.

Solo para entender lo que hizo Xóchitl y que AMLO ha exhibido citaré un trabajo de Alberto Ortiz, de la Universidad Autónoma de Zacatecas, “El contrato con el diablo según la tradición literario-demonológica”. De este ensayo tomé las siguientes expresiones para entender la terrible equivocación de la vendedora de gelatina, que por ambiciosa firmó un gelatinoso —por asqueroso— contrato con las fuerzas del mal, que no vencerán a la gente que ya les tiene tomada la medida y sabe cómo enfrentarlas:

√ “El pacto diabólico forma parte del mito abigarrado y complejo que describe a la brujería como un sistema antagónico al orden religioso deseable”. Sí, Xóchitl anda en la brujería política, y le costará. No merece esta mujer honorable y valiente la derrota brutal que sin duda va a sufrir. Perderá, y mucho, por no haber controlado su codicia política.

√ El contrato con el diablo “en sí mismo constituye una execrable etapa necesaria para la captación de acólitos que, de acuerdo a un ficticio plan diabólico, el mal ha emprendido a fin de dominar en la batalla cósmica que mantiene contra los representantes del bien”. Cuando, por ejemplo, Claudia Sheinbaum habla de que se están enfrentando dos proyectos políticos, lo que debe entenderse es el combate de siempre entre el mal —que financia a Claudio X. y a Xóchitl— y el deseo de, al fin, estar del lado del bien, que fue lo que llevó a la 4T al poder.

√ “Desde la moral religiosa el episodio constituye el punto de quiebre del libre albedrío”. Es verdad, en la vida política de Xóchitl ella ya no decide por sí misma: ella ahora hace lo que le instruyen desde el Consejo Nacional de Litigio Estratégico y su aliado, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, ambas asociaciones controladas por Claudio X.

Tomás de Aquino consideraba ilícita la asociación con los demonios. Ojalá Xóchitl reflexione en las siguientes palabras del Doctor Angélico:

  • “Que toda adivinación en que se recurre a la invocación de los demonios es ilícita por dos razones”.
  • “La primera, por parte del principio de tal adivinación, que no es ni más ni menos que un pacto expreso que se hace con el demonio por el mismo hecho de invocarle”.
  • “La cosa sería más grave todavía si al demonio al que se invoca se le ofreciesen sacrificios o se le honrase y reverenciase”.

√ “De acuerdo con los tratados demonológicos que en sus planteamientos y explicaciones siguen la línea ideológica trazada por el Malleus maleficarum desde finales del siglo XV, hay dos maneras generales de acordar transacciones, intercambios y relaciones interesadas con el diablo, el censurado ‘comercio ilícito’: mediante un pacto implícito, también llamado tácito, o a través de un contrato explícito o expreso”. Xóchitl pactó implícita y explícitamente con lo peor de la derecha mexicana; no supo lo que hizo.

√ No es difícil imaginar a Xóchitl diciendo lo mismo que María de Sains, quien firmó el pacto diabólico con su propia sangre:

  • “Yo te prometo, ¡oh Belzebú! (¡oh Claudio!, ¡oh Salinas!, ¡oh mafia del poder!) que te serviré toda mi vida y que te entregaré mi corazón y mi alma, todas las facultades de mi alma, todos los sentidos de mi cuerpo, todas mis obras, todos mis deseos y suspiros y todos los afectos de mi corazón, todos mis pensamientos”.
  • “Te entrego todas las partes de mi cuerpo, todas las gotas de mi sangre, todos mis nervios, todos mis huesos, todas mis venas… y lo que una criatura os podría ofrecer”.
  • “Pongo mi vida a tu servicio, y si llegara a tener mil vidas, todas te las daría… porque tú las mereces, porque tú lo quieres así y porque tú me amas…”.

√ Sí veo a Xóchitl jurando así:

  • “Por el presente renuncio ahora a mi cuerpo y a mi alma y se los entrego al poderoso dios Lucifer, de modo que pueda disponer de mí a toda su guisa y talante”.
  • “A cambio de lo cual él (Claudio, Salinas, la mafia) me promete no acortar ni alargar mi vida, ni tampoco imponerme suplicio alguno a la hora de mi muerte o en el infierno”.
  • “Me entrego a Satanás (Claudio, Salinas, la mafia) para ser suyo en cuerpo y alma”.
  • “Una cosa debe prometerme Satanás (el narco, empresarios, Fox, Calderón), a saber: que se me aparecerá cada vez que yo quiera y en cualquier forma que yo desee”. Ingenua, Xóchitl piensa que la defenderán cada vez que se meta en problemas. Pobre, no sabe que le están aplicando la lógica de un producto estrella de la empresa de Claudio X., el Kleenex: la están usando, la van a ensuciar y cuando no ya sirva la desecharán.
  • “A cambio, ese espíritu, el Diablo (derecha empresarial), se compromete a darme dinero para mi sustento cada vez que lo necesite, de modo que seré rico toda mi vida y dejaré de vivir en esta miseria”. No dudo que Xóchitl les crea sus promesas. Pronto verá que solo ha sido un instrumento para presionar a la 4T, no con la esperanza de vencer en las elecciones presidenciales, sino nada más para ver si algo negocia la mafia del poder con el próximo gobierno de México, que seguirá siendo de izquierda, si no por otra cosa, porque la gente no ha terminado de perdonar a los corruptos del PRI y del PAN, hoy tan falsamente demócratas ellos.

Xóchitl no aprendió de lo que le hicieron a Lilly Téllez. A esta mujer la usaron para golpear a AMLO y, cuando se desgastó, simple y sencillamente la traicionaron. Es el destino de la vendedora de gelatina.