Tantos brincos estando el suelo tan parejo. Se consumó la simulación de proceso “democrático” del PRIANRD y, a la mala, cepillaron a la priista Beatriz Paredes Rangel con el fin de imponer a la candidata de la oligarquía, Xóchitl Gálvez Ruiz.
El “fenómeno Xóchitl” no pudo con el pragmatismo y el largo y retorcido colmillo político de doña Beatriz, la mujer del huipil original, que le dio un par de lecciones a la dicharachera emprendedora con presuntos conflictos de interés durante su gestión en la Ciudad de México.
A “Alito” Moreno y a su jefe, Claudio X. González no les cayó mucho en gracia que Beatriz Paredes estuviera, en algunas encuestas, a 3 o 4 puntos del falso “fenómeno” Xóchitl, es decir, en el rango del margen de error.
Ahora el PRI, (RIP, le diría el legendario monero Eduardo del Río, Rius), de forma vergonzosa, no presentará ningún candidato o candidata a la presidencia en un siglo de existencia, sellando prácticamente su desaparición a escasos 5 años de detentar el poder gracias a la invención mediática Peña Nieto.
El bloque neoliberal no pudo, de nueva cuenta, con Andrés Manuel. Hace más de dos meses informó que Xóchitl sería impuesta y eso ocurrió. La expuso -antes de que lo censuraran las “autoridades” judiciales- cómo una funcionaria corrupta, con casos obvios de conflicto de interés.
AMLO ganó esta apuesta y se despedirá con un enorme triunfo: garantizar la continuidad de la 4T, al menos una década más, por lo visto.