“El hombre que mueve montañas empieza apartando piedras pequeñas.”

Confucio

Hace seis años en México celebramos la llegada a la presidencia de un hombre que cambió la historia de nuestro país: Andrés Manuel López Obrador.

Hoy, en el Zócalo capitalino, lugar emblemático de su lucha, donde conviven los pobres y los ricos, los niños, niñas y adultos, los jóvenes combativos, los que no descansan, los que transforman y los que jamás claudican, AMLO rendirá su último informe de gobierno, con el que cierra su ciclo como primer mandatario.

Mucho se debate si se irá o no a descansar y la verdad, lo mismo da.

López Obrador fue el primer presidente de México que llegó al poder porque el pueblo lo eligió por convicción, hartos del engaño que por décadas vivieron con los gobiernos neoliberales que solo saquearon al más pobre para enriquecerse.

Con Andrés Manuel el pueblo, los olvidados, los herederos de nuestra historia, los que fueron pisoteados en el pasado, tuvieron voz.

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El presidente más amado y respetado por la mayoría de los mexicanos prometió ver por los pobres y no les falló.

Por medio de una política social humanista llevó el pan a la mesa de millones de ancianos que antes no tenían recursos para subsistir, elevó el salario mínimo de los trabajadores, dio capacitación a jóvenes para que supieran ganarse la vida y jamás abandonó a los indígenas, a los discapacitados, a las madres solteras.

El éxito del gobierno de Andrés se debió a que comprendió de la A a la Z que solo anteponiendo el bien común al interés personal y mezquino se consigue el bien colectivo, fórmula inversa a lo vivido en el pasado, donde lo individual y el egoísmo era lo esencial, de ahí la frase que lo inmortalizará y que sentó las bases de la Cuarta Transformación: “Por el bien de todos, primero los pobres”.

Qué difícil ha sido y qué difícil será para un buen número de la población (cada vez menos, por fortuna) entender los conceptos que AMLO defendió y puso en práctica durante seis años: amor al prójimo, respeto, honestidad.

Así fue que aprendimos a vivir con un gobierno honesto y en una sociedad que hoy es distinta. Todos apostamos al cambio verdadero para tener un mejor país que seguiremos trasformando con Claudia Sheinbaum, nuestra próxima presidenta, con A.

Para aquellos que aún insisten en que Andrés Manuel no se va, les diré con mucho gusto que tienen razón: AMLO se queda con nosotros, en su legado, en la mente y en el corazón de todos los que hicimos nuestro el lema: “Es un honor estar con Obrador”.