El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) hará una “fiestecita” para celebrar el aniversario de su triunfo en 2018, una fecha que considera histórica por el simple hecho de que él ganó. Su administración, efectivamente, está resultando “histórica”, pero más allá de la narrativa y su retórica retorcida, podría ser recordada como el mayor fracaso del México moderno.
Fallas, promesas incumplidas, proyectos trasnochados e inútiles, corrupción, impunidad y un alto grado de cinismo, son las características de este gobierno. Son temas que a diario se mencionan, en medios, en redes, entre la gente, no importa que se nos acuse de pertenecer a la “prensa maligna” o de “fifis” y conservadores.
No es un problema ideológico ni personal con AMLO, el problema es que muchos, y me incluyo, creímos en su palabra y en sus propuestas, lamentablemente ha sido pura saliva mañanera y no ha cumplido con los compromisos asumidos ni con los grandes retos de la nación.
100 compromisos
El primero de diciembre de 2018 dio a conocer 100 compromisos con los que, aseguraba, transformaría a México, pero han quedado en letra muerta.
Primero los pobres, resultó una falacia. De acuerdo con datos de Coneval el número de personas en situación de pobreza al 2020 aumentó en 3.8 millones de personas en comparación con 2018. En ese periodo se pasó de 51.9 millones de personas en situación de pobreza a 55.7 millones. El apoyo para las estancias infantiles y regularización de los CENDIS, otra mentira, por el contrario, cancelaron los programas de estancias y se entrega una partida presupuestal a los CENDIS operados por el Partido del Trabajo. Las universidades Benito Juárez, resultaron un elefante blanco.
En salud se comprometió a brindar atención médica, medicamentos gratuitos y un sistema de salud de primera, pero lo que tenemos es la destrucción del sector, hospitales sin medicamentos y niños con cáncer sin tratamientos. La cancelación del Seguro Popular dejó a miles de mexicanos sin cobertura. Creó el fracasado INSABI y ahora lo sustituye por el IMSS-Bienestar, un refrito de los programas fallidos de López Portillo IMSS-Coplamar y de Salinas IMSS-Solidaridad.
Sin embargo, cada año vuelve a prometer que al siguiente tendremos un sistema de salud como el de Dinamarca.
Proyectos fallidos
Sus obras “faraónicas” otro monumental fracaso, por falta de planeación, estructura y visión y sin impacto real en la vida económica y social del país, aparte de que han costado mucho más de lo que se planteó.
Dos Bocas se presupuestó en 8 MMD y el propio AMLO reconoció que costará 12 MMD, pero existen estimaciones de que podría llegar al doble. La refinería que se inaugurará este sábado no producirá nada hasta finales de 2025, simplemente servirá como oficina administrativa y de almacenamiento de hidrocarburos o productos refinados. Esto, por cierto, lo advirtió su segundo secretario de Hacienda, Arturo Herrera.
El Tren Maya, ya duplicó prácticamente su costo original y su trazo ha sido cambiado en todos los tramos, todo por falta de planeación y previsión en temas medioambientales y arqueológicos, la obra se fue haciendo al “chilazo”, la marca de la casa, y ahí las consecuencias.
El tristemente famoso AIFA, apenas inaugurado, las autoridades aeronáuticas nacionales e internacionales advirtieron que tendría conflictos con el espacio aéreo del AICM. Así fue, algunos incidentes han puesto en riesgo el tráfico aéreo y, en consecuencia, que baje la categoría internacional a México. Es un mini aeropuerto, que difícilmente será considerado Internacional y su operación ni siquiera soluciona la saturación del AICM. Para colmo, haciendo cuentas, resultó mucho más caro que el NAIM, cuyo proyecto era mucho más grande.
Inseguridad, corrupción e impunidad
De seguridad, mejor ni hablamos. Creció la cifra de homicidios dolosos, desapariciones y masacres, pero AMLO se justifica, es culpa de todos menos de él.
Siempre dijo que en su gobierno no habría corrupción, pero su gobierno salió más corrupto; habló de que no habría nepotismo ni compadrazgos, pero en este gobierno “todo queda en familia”: Bartlett y los suyos, Luisa Maria Alcalde y toda su parentela, su particular Alejandro Esquer y su esposa e hija, Octavio Romero y su pareja Elvira Daniel y los hijos de ambos, Zoé Robledo y su hermano el contratista, Adán Augusto López Hernández, que ya se dice que es primo de AMLO y su hermana Rosalinda, quien está casada con el gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón y esadministradora general de la Auditoria Fiscal Federal del SAT, etcétera.
En corrupción la lista es grande y crece, empezando por los hermanos del presidente Pio y Martín, la prima Felipa, la sobrina Úrsula Patricia, sus hijos José Ramón y Andy; pasando por el particular, Alejandro Esquer, el Fiscal Alejandro Gertz, el exconsejero jurídico, Julio Scherer, Ana Gabriela Guevara, Manuel Bartlett, Gabriel García y un larguísimo etcétera.
Mención aparte merece el altísimo grado de impunidad y la sospecha de vínculos de muchos integrantes de Morena y del gobierno federal, ya lo advirtieron Porfirio Muñoz Ledo, legisladores de Estados Unidos, jesuitas y miembros de la iglesia católica y la manifiesta indignación de una buena parte de la sociedad mexicana.
Es el saldo de una gestión fallida, aunque el presidente quiera lavarse las manos y culpar sin ton ni son a quien lo cuestione, ya sea la prensa, las mujeres, los papas de los niños con cáncer, doctores, clase media, el INE, las universidades, incluyendo la UNAM, académicos, clasemedieros y ahora también la comunidad judía y la iglesia católica, el presidente no deja “títere con cabeza”, ¡ah sí!, deja a los que le aplauden.