En menos de diez días he ido dos veces al AIFA —una de ida y vuelta, la otra solo de ida—. Ambas ocasiones entre semana, es decir, con el tráfico normal de la Ciudad de México.

√ De Santa Fe al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, a las 2 p. m., el traslado en coche duró 50 minutos.

√ Del AIFA a Polanco, a las 7 p. m., tardé una hora y 10 minutos en llegar —más que por la distancia o el tráfico, por la fuertísima lluvia antes de entrar a Polanco—.

√ De Polanco al AIFA a las 11 a. m., apenas ayer viernes, el recorrido fue de 40 minutos.

¿Habría hecho menos tiempo al Aeropuerto de la Ciudad de México? Desde Polanco, seguramente sí: alrededor de 15 minutos menos. Pero, desde Santa Fe —ruta que he transitado muchas veces— de lunes a viernes siempre he tardo mucho más de una hora en llegar.

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Hay que pagar peaje para llegar al AIFA, es verdad, pero vale la pena hacerlo.

Loret, maleta como analista

Ayer, en El UniversalCarlos Loret de Mola se quejó de que es muy tardado el proceso de recibir las maletas en el AICM. Según él, eso es algo que “antes no sucedía”. ¿Habla en serio?

Supongo que Carlos, o es muy maleta como analista o utiliza muy poco el aeropuerto Benito Juárez y, por lo tanto, no tiene la información correcta.

Yo he sido un usuario muy frecuente del viejo aeropuerto, sobre todo de su segunda terminal. Durante años, por cuestiones de trabajo, llegué y salí del mismo hasta tres veces en una semana. Fue el costo de fundar, desde Monterrey, una revista y un periódico (Milenio) en la capital mexicana.

Muchas veces he viajado sin equipaje, pero muchas otras he tenido que volar con maletas, paquetes de periódicos y revistas, materiales de impresión y hasta con computadoras bien empacadas.

Esa ha sido sido mi rutina desde 1997 y, me consta, en no pocas ocasiones he esperado bastante tiempo por los velices, y no ha sido raro que me hayan robado toda clase de artículos. A diferencia de lo que le ocurrió recientemente a Adela Micha, a mí no me devolvieron lo robado.

El AICM ha estado saturado desde aquel año, el del nacimiento de la revista Milenio. Saturado, sin duda, pero no solo eso: también mal administrado y en pésimas condiciones.

Una vez iba a salir a Madrid; no pude hacerlo porque esa noche el aeropuerto se inundó. Milenio pagaba la renta de un apartamento en Polanco para que yo durmiera en el mismo, así que la molestia para mí fue menor, comparativamente hablando: tomar un taxi y volver a aquel edificio. Pero muchas personas que habían llegado de Guadalajara, Monterrey, Hermosillo para viajar a España se las tuvieron que arreglar buscando hoteles, que Iberia no sabía si iba a pagarles o no.

Aguilar Camín y sus números sobre el AIFA

Ayer, en Milenio por cierto, Héctor Aguilar Camín presentó una estadística relacionada con los vuelos que operan en el AIFA: muy pocos, sin duda.

Parte del problema del AIFA es que no pueda haber vuelos a Estados Unidos por el tema de la famosa degradación aérea.

Espero que el presidente AMLO, en su visita al presidente Biden, proteste fuertemente por tal degradación, ordenada por la  Federal Aviation Administration, que es una dependencia del gobierno de ese país.

Leí que Joe Biden planea cambiar al administrador de la FAA.

El presidente de Estados Unidos ha pensado en Phillip Washington, director del Aeropuerto Internacional de Denver, para sustituir a Billy Nolen. Al mismo tiempo, el gobierno de esa nación ha anunciado que invertirá 1 mil millones de dólares para mejorar la infraestructura aeroportuaria.

En el contexto del tratado comercial existente entre México y EU, debe Andrés Manuel hacerle ver a Biden que la FAA daña a las economías de ambos países, ya que complica el intercambio de mercancías y de pasajeros que se trasladan por trabajo o por turismo.

AMLO debe demostrarle a Biden que nosotros tenemos un aeropuerto muy funcional —y bello, en mi opinión— que está en apuros en gran parte debido a la decisión de la FAA.

Debería el presidente mexicano contarle al de Estados Unidos que una empresa tan importante en la logística internacional como DHL ha dicho que solo utilizará el AIFA cuando México recupera la categoría 1 que la Federal Aviation Administration le quitó, indudablemente por grilla.

¿Grilla? Gente importante de Estados Unidos relacionada con los aeropuertos quedó lastimada cuando AMLO canceló el proyecto de Texcoco, que seguramente iba ser muy buen negocios para alguien allá de aquel lado de la frontera.

En México, sin duda, está llegando el momento al que se no se quería llegar: obligar a las aerolíneas comerciales a utilizar muchos más el AIFA.

El presidente López Obrador no es partidario de hacer las cosas a la fuerza —lo ha dicho muchas veces al hablar de la negativa de las líneas aéreas a ir al Felipe Ángeles—, pero todo tiene un límite, y ya lo rebasaron empresas como Volaris, Aeroméxico y Viva Aerobus, que sí han mandado unas cuantas de sus operaciones al nuevo aeropuerto, pero evidentemente solo para taparle el ojo al macho, esto es, para tratar de esconder algo inocultable: que el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles está siendo saboteado por las aerolíneas nacionales.