“La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos fue promulgada en el teatro de la República de la Ciudad de Querétaro por el entonces Presidente Venustiano Carranza Garza, el 5 de febrero de 1917, y es el documento más importante que se originó como consecuencia de la lucha revolucionaria de 1910, en el cual fueron consideradas las demandas que dieron origen a la Revolución Mexicana.
En ella están plasmadas los principios y objetivos de la Nación. Establece la existencia de órganos de autoridad, sus facultades y limitaciones, así como los derechos y obligaciones de los individuos y las vías para hacerlos efectivos”.
Portal único del gobierno
Con estas palabras, el gobierno de México expresaba en su portal oficial, hace tres años, su respeto hacia la Constitución mexicana en su 104 aniversario.
Antes, en 2019, el siguiente extracto formaba parte del texto del mismo portal del gobierno, en alusión al 102 aniversario.
“La Constitución de 1917 fortaleció nuestro sistema político y garantizó los derechos sociales de las personas al incluir, por primera vez en el mundo, garantías sociales a una constitución, rompiendo los paradigmas liberales de que las constituciones sólo debían integrarse por garantías del individuo y parte orgánica, lo que le otorgó el reconocimiento de ‘la primer Constitución social del Siglo XX’.
La promulgación de nuestra Carta Magna fue el resultado de largos e intensos debates en los que participaron personas comprometidas con el proyecto de Nación que querían forjar, al reconocer las libertades de culto, expresión y asociación, la enseñanza laica y gratuita.
Entre sus mayores contribuciones está la de proclamar al municipio libre como la base de la organización política territorial y establecer un ordenamiento agrario relativo a la propiedad de la tierra.
Refrendó la división de poderes en Ejecutivo, Judicial y Legislativo; este último se dividió por primera vez en cámaras de Diputados y Senadores. También ratificó el sistema de elecciones directas y anónimas, y decretó la no-reelección.
Nuestra Constitución nos fortaleció como Nación y convirtió al Estado en el gran actor de la vida política al asumir como su responsabilidad la vigilancia el cumplimiento de las garantías plasmadas en ella”.
Portal único del gobierno
En 2022, el entonces ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Saldívar Lelo de la Rea, quien hoy aconseja al presidente en los ajustes que debe hacer a la carta magna en perjuicio del máximo tribunal de justicia, plasmaba en su discurso en el marco del 5 de febrero, lo siguiente:
“Conmemorar un aniversario más de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos tiene un profundo significado para nuestra vida pública. Es celebrar una historia común, que nos da identidad y cohesión como Nación; es celebrar las luchas y las conquistas de quienes han soñado con un arreglo social más justo e igualitario; es refrendar el compromiso con una forma de vida democrática, en la que todo el poder dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste.
Conmemorar la Constitución es mirar al pasado, para entender nuestro presente; pero al mismo tiempo, es mirar hacia un futuro comprometido, anclado en la voluntad de regir nuestros designios conforme a este pacto fundamental.
En el pasado, están las mujeres y hombres que han luchado por un país democrático, libre e igualitario. Están quienes lucharon por los derechos laborales, por el reconocimiento y la autodeterminación de los pueblos y comunidades indígenas; quienes lucharon por la tierra y por la reforma social.
En las páginas de nuestra Constitución está plasmado el anhelo de un país en el que el color de la piel, la condición social, la etnia, el género, la diversidad sexual, o la discapacidad no determinen el destino de las personas, sino que éste pueda ser forjado a partir de la posibilidad real de perseguir los propios sueños”.
Arturo Saldívar Lelo de la Rea
El pasado lunes 5 de febrero, se conmemoró el 107 Aniversario de nuestra carta magna, y muchas situaciones, actitudes y posturas de las citadas líneas arriba fueron modificadas.
El titular del ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador, que anteriormente celebraba como un logro del constituyente la división de poderes, ahora pretende desaparecer o en el mejor de los casos apoderarse del poder judicial y reducir a una mínima expresión al poder legislativo.
López desairó el acto conmemorativo en Querétaro. En tanto, presentó su propuesta para una nueva Constitución, “su propia Constitución”.
Anunció un paquete de reformas que van desde el aumento al salario mínimo por encima de la inflación hasta revertir las reformas de los gobiernos de Ernesto Zedillo y Felipe Calderón para garantizar la jubilación al cien por ciento. Y propuso la creación de un fideicomiso de 64 mil millones de pesos, que por cierto, no precisó de donde saldría el recurso.
“Como reformas políticas, propuso reducir el número de diputados federales a 300 y de senadores a 64, así como reducir el gasto de los partidos políticos y a las campañas electorales. Además, eliminar las diputaciones y senadurías plurinominales, y elegir por voto a los consejeros y magistrados electorales.
Respecto al Poder Judicial, López Obrador ratificó su propósito de que los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sean elegidos por voto popular y que los candidatos sean propuestos por el presidente, el Congreso y el Poder Judicial, tal y como publicó Proceso el sábado pasado.
Insistió en un su propósito de que la Guardia Nacional quede bajo la jurisdicción de la Secretaría de la Defensa Nacional, a pesar de que una iniciativa anterior en el mismo sentido ya fue rechazada por el máximo tribunal del país.
López Obrador aseguró que con sus propuestas busca desterrar las reformas del periodo neoliberal porque “son contrarias al interés público” y las “adulteraciones que niegan el sentido general de la Carta Magna” que fue fruto de un movimiento popular, revolucionario y concebida desde el inicio con un espíritu nacional, social y, subrayo, público”.
Proceso 05/02/2024
De alguna manera, el mandatario consigue poner en la agenda las pensiones, el incremento al salario mínimo y una serie de ‘atractivos’ beneficios para engañar una vez más a la gente y sacar raja política en tiempo electoral.
Pero él sabe que no cuenta con los votos de la oposición para lograr dichas reformas, que el tiempo se le agota, que es tarde para lograr que pasen. ¿Qué pretende entonces? Lo mismo que cada vez que atraviesa una crisis; cambiar la atención, colocar cortinas de humo, hacer que la gente voltee a otro lado para ocultar la corrupción, la impunidad, los cientos de miles de muertos bajo su égida, el desabasto de medicamentos, el despilfarro del erario público, y su gobierno fracasado.
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