La gira por Centroamérica y el Caribe - en avión del gobierno- fue mucho más para el ego de AMLO que para enfrentar los verdaderos problemas de esos países y su relación con México.
Aunque no podemos soslayar que la solidaridad con los países de Centroamérica y el Caribe es fundamental en asuntos como la cooperación migratoria con los Estados Unidos y el impacto que este fenómeno tiene en todos los países del norte del continente, comercialmente no tiene trascendencia. Pero el interés del presidente no fue ni lo uno, ni lo otro, sino montarse en las necesidades de los países con fines personales, así lo dejó ver el manejo de la Comunicación Social de Presidencia, que destacó el perfil propagandístico del presidente, es decir, atole con el dedo para los devotos y un distractor para los odiadores.
La gira de la propaganda
La política exterior está ausente de México, con un canciller falto de carácter al que no le importa dejarse mangonear y pasarse de servil con tal de cumplir con sus ambiciones de poder y un presidente quede manera grosera asume sus funciones.
En Guatemala pidió que Estados Unidos aporte los recursos necesarios para frenar el flujo migratorio.En El Salvador, sin solicitar la autorización del Congreso mexicano, anunció el aumento delos apoyos de programas sociales para trabajadores del campo y para jóvenes. En Belice dijo que le quitará los aranceles a productos agrícolas y alimentos básicos y en Cuba, aseguró que él (nuevamente hablando en primera persona) y su gobierno insistirían al gobierno de Joe Biden para que levante el bloqueo y de paso, anunció que traerá médicos cubanos a México.
Política exterior a lo AMLO
El presidente AMLO se ha dedicado a romper los estándares de la política exterior de México y ni queda bien con sus vecinos y aliados del norte y ni con los del sur, a los que intenta”vender espejitos”, tal como se decía que lo hacían los españoles en la conquista.
Su interés es personal, busca el respaldo a su persona a través del chovinismo exacerbado que expresa, vaya, como estudiante preparatoriano de la década de los sesenta. Se siente un revolucionario contra el “imperialismo yanqui” pero, es capaz de doblegarse frente a quien le brindó apoyo a cambio de quién sabe qué.
Lo cierto es que los yerros de la política exterior han dejado al país en un estado de vulnerabilidad en aspectos económicos, políticos y sociales.
AMLO y Trump
Ambos establecieron una relación nada institucional y sí absolutamente personal, así lo demuestra el discurso que pronunció AMLO en la Casa Blanca, totalmente entregado a un loco:
“Como en los mejores tiempos de nuestras relaciones políticas, durante mi mandato como presidente de México, en vez de agravios hacia mi persona (AMLO siempre habla en primera persona y luego es el país) hacia mi país, hemos recibido de usted, comprensión y respeto”.
Pero el mismo Trump dejó ver cuál fue la verdadera relación entre ellos. Recientemente el republicano relató cómo ”dobló” a AMLO de forma gratuita. AMLO, al ser cuestionado sobre las bravuconerías de Trump, lo tomo como chiste: “así es él”, dijo y lejos de “envalentonarse” como acostumbra, lo siguió llamado amigo.
¿Qué le debe AMLO a uno de los peores presidentes de Estados Unidos para que, a pesar de las agresiones y burlas que le propina de manera personal y de los agravios contra México, no lo toque ni con el pétalo de una rosa?
AMLO y Europa
Las inconsistencias de Andrés quedaron claramente expuestas con la respuesta que ofreció al Parlamento Europeo que condenó ( y con razón) la creciente violencia en contra de periodistas y las constantes declaraciones denigrantes en contra de la prensa independiente. La reacción iracunda de AMLO fue emitir un comunicado redactado personalmente por él y su vocero Jesús Ramírez con el que se pasó por el arco del triunfo todas las formas y fondo de la diplomacia.
En el escrito calificó de “borregos”, “reaccionarios” y “golpistas” a los integrantes del Parlamento poniéndose en primera persona y dejando al país en segundo término. Una gran diferencia con el trato hacia Trump.
Lo dijo bien Martha Bárcena, embajadora de carrera quien ha denunciado públicamente que en los nombramientos efectuados por AMLO hay un patrón de política “chavista”, designando como embajadores a amigos, militantes, aliados y personas que lo han acompañado en su movimiento en lugar de profesionales que cumplan con el perfil diplomático.
El Salinismo de Andrés y médicos
¿Será espionaje? ¿Serán sus médicos de cabecera? ¿Será más atole con el dedo?
La política exterior de AMLO se parece a la de Carlos Salinas de Gortari, es más, es exactamente igual. Salinas tuvo una relación con George Bush igual a la de AMLO con Trump, pero quizá con un poco más de dignidad. Salinas vio por El Salvador, incluso firmó los acuerdos de paz con la Guerrilla en el Castillo de Chapultepec, bueno, hasta tenían al mismo jefe de propaganda, Epigmenio Ibarra. Con Cuba fue exactamente igual, Salinas tuvo una gran amistad con los hermanos Castro Ruz, de hecho, Cuba exilió a Salinas.
La propuesta AMLO para Cuba es la misma que tuvo Salinas: “México, Estados Unidos y Cuba deben encontrar puentes que vinculen sus litorales en lugar de muros que los dividan” y al igual que Salinas, se autoimpusieron la categoría de “protectores” de los países centroamericanos y de Cuba e interlocutores frente a Estados Unidos.
Al final, AMLO y Salinas son exactamente iguales, capaces, en su obsesión por mantener el poder, de utilizar a Centroamérica y al Caribe para sus fines propagandísticos.