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CIUDAD DE MÉXICO.- En política el simbolismo es muy importante y fuera de toda duda la simbología utilizada por el presidente Andrés Manuel López Obrador en el proceso de transición del poder a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo dice mucho.

La semana pasada estuvimos demasiado ocupados presenciando el espectáculo de la aprobación de la reforma del poder judicial en el Senado de la República para apreciarlo.

En los hechos el traslado del mando militar se realizó de manera satisfactoria con la visita que hicieron el presidente López Obrador y su sucesora Sheinbaum Pardo a las instalaciones del Heroico Colegio Militar y se completó con la ceremonia en conmemoración de los actos de patriotismo de la Niños Héroes en la gesta de la guerra de invasión estadounidense de 1846-47, que terminó con la anexión de lo que hoy son 9 estados al territorio de nuestro vecino país del norte.

Ya ayer lunes, los mensajes del general Luis Crescencio Sandoval y del Almirante Rafael Ojeda, fueron justamente la confirmación de que en las fuerzas armadas mexicanas se ha aceptado totalmente el mandato del pueblo de México y que Claudia Sheinbaum es de hecho la nueva comandanta suprema de las fuerzas armadas.

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Se dice fácil y no lo es, se trata de la primera mujer que asumirá el cargo de jefa del Poder Ejecutivo Federal en nuestro país y para llegar a este punto, México debió pasar por diversos procesos para consolidar primero la incipiente democracia y para vencer al fantasma del machismo y la misoginia.

Me ha gustado mucho el mensaje de la presidenta electa, que habla de que con ella llegan al poder todas las mujeres de México y que ella representa un proceso de cambio, que ha puesto a México a la vanguardia, por lo que su visión siempre será feminista, aportando además esta visión de que en su mandato ahora prevalecerá la visión de que por el bien de todos, primero las pobres.

Pues bien, en la parada militar que se organiza con motivo del 214 aniversario del inicio de la guerra de Independencia, el actual secretario de la defensa nacional, lo dijo con todas sus palabras:

“Manifiesto a los mexicanos que sus soldados, como nunca, se encuentran prestos para seguir cumpliendo las instrucciones que guíe nuestra futura comandante suprema en beneficio del pueblo de México”.

General Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la defensa nacional

Su dicho fue secundado por el titular de la Marina, que agregó:

“Estamos listos para tener como presidenta la primer mujer en nuestra historia; en tanto, la Secretaría de Marina Armada de México celebra el hecho y otorga la demostración de respeto y subordinación a quien será nuestra comandante suprema de las Fuerzas Armadas”.

Almirante José Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina

Esto fue en respuesta al mensaje de Claudia Sheinbaum del pasado 10 de septiembre, cuando refirió:

“En unos cuantos días recibiré orgullosamente la banda presidencial de manos del presidente Andrés Manuel López Obrador en una ceremonia republicana, después de haber sido electa por el pueblo de México el pasado 2 de junio. Orgullosamente, es la primera vez que México tendrá una mujer presidenta y, por tanto, una comandante suprema de las Fuerzas Armadas. Ello refleja, también, la profunda transformación que está viviendo nuestro país”.

Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta electa de México

Claudia Sheinbaum no se detuvo ahí, pues dejó claro que las fuerzas armadas seguirán participando en distintas labores de construcción de la transformación, dejando entrever que la presencia de la Marina y el Ejército en labores de desarrollo de infraestructura, administración de puertos y aeropuertos además de coordinación (por parte de la Sedena) de la Guardia Nacional, serán su responsabilidad.

“Fortaleceremos la Guardia Nacional como parte de la Secretaría de la Defensa Nacional y les convocaré para seguir apoyando en la construcción de grandes proyectos estratégicos como los trenes de pasajeros hacia el norte del país, y los nuevos puertos son y van a seguir siendo los tiempos de las hazañas pacíficas”, dijo.

Y cerró su mensaje acotando un aspecto esencial del acuerdo con las fuerzas armadas de parte de su gobierno: “De algo pueden estar seguros, pues por nuestro origen humanista, por el profundo respeto que tengo a nuestras Fuerzas Armadas, nunca emitiré una orden que vulnere el orden constitucional o los derechos humanos de nuestro pueblo”.

Claudia Sheinbaum tiene muy clara así su misión para seguir adelante con la transformación, utilizando si a la fuerza del Estado y sus instituciones, pero cuidando con prudencia y apego a las reglas el tipo de trato de tendrá en esta relación con los militares.

Claro en este contexto resaltan los nombramientos de Ricardo Trevilla Trejo, próximo secretario de la defensa nacional; y al almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, próximo secretario de Marina, en lo que aparece también como relevo terso y muy relevante para preservar la estabilidad.

El simbolismo es importante, pero también los hechos y en este momento a dos semanas del relevo el presidente López Obrador junto a la presidenta electa Claudia Sheinbaum han conseguido una transición de terciopelo también lo que toca al mando militar.

El primero de octubre esa realidad, ese simbolismo y esos actos que marcarán el rumbo del próximo gobierno hablarán por si solos.

Por cierto mucho me emocionó acudir por enésima ocasión a la plancha del Zócalo a despedir junto al pueblo al presidente López Obrador, y ahí presenciar el otro traslado del poder. Ese que ejerce Andrés Manuel sobre las masas y que en los hechos fue transferido a Claudia Sheinbaum.

Correspondencia: demiandu1@me.com | X: @Demiandu

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