El pasado domingo, los gobernadores surgidos de las siglas de la autoproclamada 4T suscribieron un documento por el cual reiteran (como si fuese necesario reiterar) su apoyo incondicional al presidente AMLO. María del Pilar Ávila, Víctor Manuel Castro, Layda Sansores, Rutilio Cruz, Claudia Sheinbaum, Indira Vizcaíno, Evelyn Salgado, Alfredo Ramírez, Cuahtémoc Blanco, Miguel Angel Navarro, Miguel Barbosa, Ricardo Gallardo, Rubén Mocha, Alfonso Durazo, Carlos Manuel Merino, Lorena Cuéllar, Cuitláhuac García y David Monreal expresaron su lealtad incondicional al líder moral y fundador del partido oficial.
En su contenido, la carta contiene la serie de logros alcanzados por la 4T, tales como la erradicación de la corrupción, el combate contra la pobreza, entre otros. Huelga subrayar que cada uno de los éxitos señalados bien podría ser refutado uno por uno mediante la evidencia y los resultados. Sin embargo, no es el tema principal de este texto.
¿Qué lectura debemos hacer del documento? En un Estado auténticamente federal en el cual las entidades federativas son plenamente independientes del poder central pensaríamos que se trata de un mero apoyo simbólico partidista plasmado en un documento.
Sin embargo, dado el caso de México, la citada misiva trasluce plenamente el espíritu priista del presidente y de aquellos que le rodean. El lector recordará, en este contexto, que los presidentes priistas, mediante el ejercicio del poder presidencial y de la jefatura del partido oficial, controlaban a los gobernadores mediante el chantaje político; primero, mediante la selección de los candidatos del PRI a la gubernatura, y luego, por medio del presupuesto. Derivado del paupérrimo federalismo que aqueja a México, el poder central, quien distribuye los recursos federales hacia los estados, detenta el control político de lo que ocurre en las entidades.
Esta antigua práctica priista ha sido exacerbada durante el gobierno del presidente AMLO, pues ahora no únicamente perviven las incapacidades de las entidades federativas de recaudar sus propios impuestos, sino que ahora el liderazgo moral del partido recae sobre el presidente AMLO.
En suma, el documento suscrito por los dieciocho gobernadores de Morena reivindica la lealtad hacia el presidente AMLO. Pero aún más, pone nuevamente de manifiesto la pobreza de nuestro Estado federal, en el cual los estados se ciñen a la voluntad del caudillo. Nos ha recordado a todos de que el presidente AMLO, no obstante sus reiteradas promesas de cambio y de rompimiento con el pasado priista, conserva plenamente las prácticas del arcaico nacionalismo revolucionario.
José Miguel Calderón en Twitter: @JosMiguelCalde4