Sin que hasta el momento se haya configurado de forma contundente algún delito en que hubiere incurrido José Ramón López Beltrán, hijo del presidente de México; tanto su entorno, como el de su padre, y el de los amigos de este se vuelve cada vez más fatídico derivado de los más oscuros pasajes que se han encontrando prácticamente cada día transcurrido desde el 27 de enero pasado, cuando a través de Latinus se dio a conocer la investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), que supone sin conceder, una posible irregularidad en la conducta y modo de vida de la familia del primogénito de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quedando la impresión de que ambos se encuentran parados sobre arenas movedizas que entre más se mueven más se hunden.

Si bien el trabajo periodístico termina siendo ambiguo dado que en ningún momento exhibe claramente el conflicto de intereses, tráfico de influencias o elementos contundentes para presumir actos de corrupción por parte del mayor de los hermanos López Beltrán, la forma en la que se ha gestionado la crisis al interior de Palacio Nacional y desde la denominada Casa Gris de Houston, ya era motivo suficiente para que estuviésemos viendo “rodar cabezas” de asesores y de todo aquel que haya sugerido las fallidas estrategias con las que la situación ha empeorado súbitamente.

El tema de fondo es que, tres semanas después de que el periodista Carlos Loret de Mola presentó el material que generó la especulación sin comprobar algún delito, tanto José Ramón como su señor padre López Obrador se han puesto la soga al cuello y se la han colocado a otros quienes ya sea por compromiso, pago de favores, obligación o mera ignorancia supina, han salido mal parados y unos cuantos más han comprometido hasta su tranquilidad.

José Ramón, en un intento por justificar que su súbita riqueza no es producto de algún acto de corrupción y mucho menos es mantenido por su esposa, no solo no salió del hoyo en que lo metió Loret sino que cavó mas profundo al presentarse como asesor legal de desarrollo y construcción en la empresa KEI Partners, toda vez que al presumirse que incumple con la importante serie de requisitos que marcan las leyes del Estado de Texas y de la propia Unión Americana para desempeñar tal cargo en aquel país, habría puesto en riesgo no solo su visa, que ya a estas alturas perderla sería peccata minuta frente a lo que puede resultar si las autoridades del país vecino del norte comprueban que ostentó de manera ilegal el cargo de abogado, pues López Beltrán no está registrado como abogado para trabajar como asesor, ni cuenta con una visa para tal actividad en Estados Unidos.

Y qué decir de la empresa KEI Partners, que habría aceptado servir de fachada para sostener la coartada de Ramón, toda vez que desde el primer momento en que usuarios de Twitter intentaron ubicarla resultaron inconsistencias con su página web, que sospechosamente había sido creada un día antes y solo mostraba un “vídeo promocional” sobre uno de sus desarrollos, “Royal Pines”, siendo que los propios tuiteros convertidos en investigadores, se percataron que más de la mitad de las imágenes que lo integran fueron robadas de los sitios de internet de otras empresas o, incluso, de Pinterest, quedando pendiente saber qué medida emprenderán los dueños de las imágenes por el plagio, que son empresas como The Kor Group y Kennedy Woods o creadores como Guy Oliver, cuyo diseño para el restaurante Claridge fue plagiado para el material; y Kelly Wearstler, autora del restaurante Villon de San Francisco, cuyas imágenes también fueron utilizadas para promocionar otro complejo.

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Aunado a lo anterior, un corresponsal de la empresa Telemundo, Edgar Muñoz, acudió al domicilio donde supuestamente se encuentran las oficinas de KEI Partners, sin que alguien le brindara información ni pudiera constatar la existencia de la empresa.

Pero además, en las indagatorias de usuarios de redes y periodistas, se encontró que KEI Partners pertenece a un hijo de Daniel Chávez Morán, amigo y asesor de Andrés Manuel López Obrador, dando pie a un nuevo presunto conflicto de intereses, dado que aún cuando en su conferencia mañanera el presidente, tras confirmar que efectivamente su hijo trabaja en la empresa ya señalada, se apresuró a negar cualquier “problema de interés” con este empresario, fundador del consorcio Vidanta, y a quien según publica un diario de circulación nacional en primera plana de este jueves 17 de febrero, el gobierno de López Obrador le ha entregado entre 2019 y 2020 la ampliación hasta por 15 años de tres concesiones para ocupar playas de Nayarit, Jalisco y Guerrero, así como un permiso para construir un teleférico sobre el río Ameca, que conectará dos megaproyectos turísticos en Jalisco y Nayarit.

En todo este asunto, el presidente ha jugado mal; se ha enfrascado en un conflicto con los periodistas que ya genera preocupación por los tintes que ha tomado. López Obrador ha arremetido de forma personal contra el periodista que dio a conocer la primera investigación en torno a la denominada Casa Gris y ha violado Leyes para hacerlo ver como un mercenario de la información. Se confrontó con el Instituto Nacional de Acceso a la Informacion (INAI), tras negarle su petición de investigar los emolumentos que percibe Loret así como dar a conocer la información que presume poseer.

AMLO ya llegó al grado de llorar frente a las cámaras para defender a sus vástagos, pero la señal no fue bien recibida; se le criticó de intentar victimizarse para manipular a la opinión pública.

Aquellos que intentaron apoyarlo, entre ellos los senadores, gobernadores y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, todos de Morena, quienes emitieron comunicados para patentar su respaldo al presidente, también resultaron raspados. Claudia Sheinbaum fue señalada por el consejero Ciro Murayama, después de que la funcionaria se quejara de que el INE no podía obligarla a “renunciar” a sus convicciones, siendo que el Instituto había ordenado bajar el comunicado por estar en veda.

“Se le ordenó desde el @INEMexico respetar la Constitución, no renunciar a sus convicciones. Claro, en el entendido de que entre sus convicciones no esté violar la Constitución”, publicó en su cuenta de Twitter el consejero.

AMLO y José Ramón pareciere se encuentran entre arenas movedizas que entre más se mueven más se hunden, y los que intentan salvarlos corren el riesgo de sumergirse en el lodo con ellos.

Salvador Cosío Gaona en Twitter: @salvadorcosio1

Correo electrónico: Opinión.salcosga@hotmail.com