El 21 de marzo de 2023 a la una de la mañana con 35 minutos El Financiero publicó lo siguiente: “Piña ‘eleva’ la confianza: 61% de mexicanos cree en la Suprema Corte, según encuesta EF”.

De tal nota, firmada por el encuestador Alejandro Moreno, destaco el dato del nivel de conocimiento de la ministra presidenta Norma Piña:

  • “De acuerdo con la encuesta, la opinión y el conocimiento que tiene la ciudadanía acerca de la ministra presidenta Norma Piña ha cambiado rápidamente en las últimas semanas: en febrero la conocía 68 por ciento y 27 por ciento manifestaba una opinión favorable de ella”.
  • “En marzo el nivel de conocimiento aumentó a 82 por ciento y la opinión favorable creció a 41 por ciento. Al parecer, la ciudadanía está cerrando filas en torno a la ministra presidenta”.

Horas después de publicado lo anterior, el mismo 21 de marzo pasado, El Financiero dio a conocer otra nota: “Mexicanos confían más en la Suprema Corte que en el presidente, según encuesta EF”. La nueva información ya no la firmaba el encuestador sino la “redacción”, esto es, la dirección editorial y hasta el consejo de administración del propio periódico.

En la mañanera de hoy jueves 23 de marzo AMLO cuestionó a la encuesta de El Financiero y al dueño del diario, el señor Manuel Arroyo:

  • “Ayer un periódico de estos que trafican con el manejo de influencias, El Financiero, saca una encuesta a modo en donde el 60 por ciento de los mexicanos, más, aprueba la labor de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, una encuesta cuchareada”.
  • “Porque las encuestas de El Financiero pues, las hace su dueño, en el escritorio, Manuel Arroyo. Él las hace y está ahora enojado con nosotros porque tenía un crédito que le dieron, (Miguel Ángel Osito) Chong, que ayer tuvo sus asuntos”.
  • “Un crédito de 100 millones de dólares. Todavía no lo ha pagado, no se lo debieron otorgar, no tenía las garantías, pero tienen agarraderas”.
  • “Recuerdo que en vísperas de la campaña (de 2018), estaban Chong, Videgaray y Meade…, El Financiero estaba con Chong aquel entonces, no sé ahora. Había encuestas. Hay cosas que no olvido, yo no odio, pero no olvido”.
  • “Y sale, nos medían a todos y de repente me gana Chong en preferencias, pero lo extraño es que de una encuesta a otra subió, lo hicieron subir, creo que 10 puntos, imagínense el fenómeno, lo que hizo para crecer su popularidad”.
  • En el caso de la encuesta sobre la SCJN “fueron a preguntar a los vecinos del poder judicial, ahí sí puede ser”.
  • “Ahí la encuesta, crece la credibilidad de la corte y yo estoy 54, o sea, me cepilló la ministra Piña”.
  • “Es una vil mentira, que hagan una encuesta buena y van a saber cómo andan”.

La prueba de que la encuesta de El Financiero miente

No voy a discutir qué tan elevada es la opinión favorable a la ministra Piña entre la gente que la conoce. De su reputación como jurista de primer orden no tengo ninguna duda. El problema es saber cuánta gente verdaderamente la conoce.

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Me atrevo a pensar que la mayoría no conoce a la presidenta de la corte suprema. Por más fuertes que hayan sido en las últimas semanas las polémicas sobre su actuación, ella es desconocida. Necesitaría años de fuertísimos debates, crisis, escándalos —lo normal en la vida de las personas populares en cualquier actividad— para que más del 50% de la población supiera de su existencia.

Por lo tanto, considero absolutamente absurdo el dato sobre conocimiento que da la encuesta de El Financiero: que 82% de la sociedad mexicana la conoce.

¿En serio, encuestador Moreno, empresario Arroyo? ¿Casi el mismo conocimiento que tienen en las encuestas de El Financiero la corcholata Claudia Sheinbaum (89%) y el corcholato Marcelo Ebrard (85%)?

Es absurdo señalar que unas pocas semanas de debate público le han servido a la ministra Piña para ser tan conocida como Sheinbaum y Ebrard, que llevan años dando de qué hablar debido a sus tareas en el gobierno —que interesan más a los medios que lo realizado por la corte—, pero particularmente por haber participado en tantas protestas de AMLO, todas ruidosas en extremo desde los tiempos del desafuero.

El encuestador competente que colaboró en Reforma no es el mismo que hoy hace tonterías en El Financiero. Alejandro Moreno está tirando a la basura su prestigio. Si lo duda, que haga una encuesta sin consultar al dueño del diario en el que trabaja, y verá resultados muy distintos. Pero quizá no hay necesidad de que sean tan estricto. Le bastaría para entender que en una reunión familiar amplia preguntara quién conoce a Norma Piña: si lo hiciera se sorprendería de lo desconocida que ella todavía es, sobre todo entre la gente más joven o menos interesada en la política.

No dudo de la calidad como jurista y persona de la ministra Norma Piña, pero es una mentira decir que confía en ella el 61% de la gente que habita México. En el mejor de los casos debería precisarse que se trata del 61% de quienes la conocen, pero el problema con la encuesta de El Financiero es que parte de una falsedad: la de que la ministra presidenta es conocida por el 82% de la gente, cuando lo cierto es que si llegara al 30% sería muchísimo, verdadera hazaña para una persona que apenas ha dado nota fuerte desde hace unas cuantas semanas.

Por lo demás, es absurdo comparar la confianza en la ministra muy poco conocida con la confianza en AMLO, de quien tiene una opinión formada prácticamente toda la comunidad mexicana.

Por cierto, la minoría —de la minoría que ha escuchado hablar de Norma Piña y de otros ministros, como Arturo Zaldívar, este estrella del TikTok—, seguramente no tiene la menor idea acerca de qué es lo que hace la corte suprema. En cambio, la inmensa mayoría de la población más o menos sabe qué hace el presidente, que es dirigir el gobierno del que dependen millones de personas que en el mismo trabajan o que recurren a sus oficinas para diferentes trámites necesarios para la burocratizada vida actual en sociedad.

Al presidente lo conoce para todo fin práctico toda la sociedad mexicana, dividida en dos polos por decisión del propio Lopez Obrador: quienes apoyan a la 4T y quienes la rechazan, que como dice el propio Andrés son millones de personas. Pero no es una división entre dos partes iguales: hay más gente en el equipo de AMLO que en el otro. Lo demuestran las encuestas de preferencias electorales, en las que la corcholata líder en Morena, Claudia Sheinbaum, le gana a cualquiera aspirante de oposición.

Ni siquiera Sheinbaum, con sus excelentes números en las encuestas ganaría a AMLO en un cara a cara con la siguiente pregunta: ¿En quién confía más, en AMLO o en Claudia?

Para ver en quién confía más la sociedad mexicana, en la ministra presidenta o en el presidente, la pregunta correcta a hacer debería ser esta: ¿En quién confía más, en Andrés Manuel López Obrador o en Norma Lucía Piña Hernández?

Con respeto para la ministra, ese enfrentamiento lo perdería por goleada.Y no por falta de méritos jurídicos, que los tiene de sobra, sino simple y sencillamente por desconocida comparada con un monstruo especializado desde hace más de 20 años en robarse el show mediático.

En fin, es una pena que un encuestador reconocido por su profesionalismo cuando trabajaba en Reforma, cargue ahora con un desprestigio tan grande que hasta el presidente más popular en muchas décadas piense que sus encuestas no las hace Alejandro Moreno, sino que los números de las mismas los inventa en su escritorio el dueño de El Financiero, Manuel Arroyo.