Nuevamente el polémico Gerardo Fernández Noroña ha aparecido en los titulares nacionales. Sin embargo, para la mala fortuna del país, pues se trata de un legislador federal (mejor sería que escucháramos sobre alguna propuesta legislativa presentada por el diputado en la Cámara en beneficio de la nación) ha sido ahora en el contexto de un encontronazo que sostuvo con una mujer en el City Market de Cuernavaca.

Como es costumbre, pues Noroña suele ser protagonista de discusiones acaloradas en la calle (sea con una mujer o con un par de señores de la tercera edad o un hombre que le agrede en el aeropuerto) el diputado del PT fue acusado de ser hipócrita e incongruente, pues en opinion de la ciudadana, el legislador no debía hacer comprar en City Market pues debía guardar en lo personal los principios de austeridad y pobreza francicana abanderados por AMLO.

En realidad el episodio ha sido anecdótico, y efectivamente, nadie tiene el derecho de recriminar a otro mexicano el sitio donde hace compras o los lugares que frecuenta.

AMLO, por su cuenta, salió ayer en defensa de su correligionario argumentando que él mismo había sido víctima de discriminación, y acto seguido, relató cómo un hombre, supuestamente fifí (este apelativo chocante que hoy desgraciadamente forma parte del vocabulario de la mayoría de los mexicanos) le había sugerido que viajase a Mérida en bus. Enseguida, el presidente aclaró que él no conocía lo que era el City Market (reitero mi admiración por AMLO y su forma de presentarse lejano a las “cosas fifís” con ese extraordinario talento comunicativo que le caracteriza)

En otras palabras, AMLO se solidarizó con Noroña. Yo lanzo cuestionamientos al aire ¿En verdad personajes como AMLO y Noroña son las victimas de discriminacion y del racismo y clasismo de las clases medias mexicanas? ¿Son las clases medias quienes han provocado – y exacerbado- la polarización en México? ¿Han sido los aspiracionistas quien han agudizado los sentimientos de diferencias sociales y raciales entre los mexicanos?

Las columnas más leídas de hoy

¿No ha sido AMLO quien mañana tras mañana se lanza contra cualquier hombre o mujer que busca salir adelante por sus méritos propios? ¿No nos aconsejó el presidente de México a tener solamente un par de zapatos y a seguir los principios franciscanos? ¿No es Noroña quien es protagonista de repetidos encontronazos en las calles y sitios públicos? ¿No es el diputado del PT un provocador profesional?

No nos confundamos. Ellos (léase, los políticos de la autoproclamada 4T quienes no vacilan en profundizar nuestras diferencias con el propósito de ganar votos) son los responsables de haber atizado el encono social. La responsabilidad no debe ser achacada a las clases medias o “aspiracionistas” ni a una mujer que decide enfrentar a Noroña en un aeropuerto o un supermercado, sino los propios políticos que se han apropiado del discurso de la victimización para sumar puntos a su popularidad, y con ello, obtener ventajas políticas.

Hoy los victimarios buscan hacerse pasar por víctimas. No caigamos en el engaño.