En el momento de la redacción de estas líneas se discute en la Cámara de Diputados la votación en torno a la controversial reforma eléctrica. En este contexto, la propuesta del presidente AMLO, respaldada por el partido oficial y sus aliados parlamentarios, ha suscitado acalorados debates en torno a su pertinencia, su legitimidad y su legalidad. Para una mejor comprensión de lo que significa la reforma y sus implicaciones sugiero la lectura de la columna de mi colega Javier Treviño intitulada “Diez razones para votar hoy en contra la reforma eléctrica de AMLO”, publicada en este espacio de SDP Noticias.
De acuerdo a las declaraciones de los lideres de los partidos de oposición, la reforma no pasará, pues Morena y sus aliados no alcanzarán la mayoría calificada en la Cámara de Diputados.
La cantada derrota de la reforma eléctrica será el primer gran fracaso legislativo del presidente AMLO; un jefe de Estado acostumbrado a cosechar éxitos parlamentarios gracias al ejercicio de las mayorías de Morena y sus aliados. A pesar del coqueteo presidencial con los diputados del PRI, y no obstante el llamado del presidente al nacionalismo revolucionario de los diputados de este partido, el Revolucionario Institucional ha reiterado que se opondrá abiertamente a una reforma que busca reforzar las competencias del Estado en materia eléctrica.
El fracaso de la reforma eléctrica sentará un precedente para la 4T. Por primera vez, AMLO, con toda la popularidad que le acompaña, habrá perdido la batalla contra un bloque opositor sólido que ha plantado cara y que seguramente repetirá la fórmula una vez, llegado el momento de bloquear la iniciativa para desaparecer al INE.
A reserva de conocer los resultados de la votación en la Cámara de Diputados, y sI procede, luego, en el Senado, la reforma eléctrica no pasará. El primer gran fracaso de AMLO resultará paradójico pues apenas hace un par de semanas tuvo lugar la consulta de revocación de mandato en la cual el presidente resultó victorioso, no obstante la irrisoria participación ciudadana.
Sin lugar a dudas, AMLO, fiel a su instinto, continuará su retahíla de acusaciones contra todos los diputados de oposición. Serán llamados traidores, conservadores y reaccionarios. Poco importará pues el Congreso habrá puesto finalmente un alto a las pretensiones reformistas del presidente.