Mi hermano Rolando fue ciclista —sus hijas también lo fueron; una de ellas, Sofía, sigue activa en la práctica de este deporte—. Él ha escrito en SDPNoticias algunos artículos; empezó a hacerlo en los días finales del Tour de Francia de 2022 y ahora comenta lo que ocurre en cada etapa de la Vuelta a España.
Ayer me envió un texto no relacionado con las grandes competencias europeas de ciclismo, sino con el robo e intento de secuestro, en Puebla, a pedalistas de alto rendimiento. Para no contaminar con una tema policiaco su serie de columnas sobre el deporte más extremo de todos, reproduzco aquí lo que me mandó —en una columna política como la mía sí tiene sentido hablar de inseguridad—. Lo que sigue fue escrito por Rolando Arreola, no por mí.
Intentan secuestrar y roban a ciclistas de alto rendimiento en Puebla.
El equipo de ciclismo Petrolike, de Jalisco, fue despojado por una banda de secuestradores en una carretera cercana a Acatzingo, Puebla. Los deportistas realizaban entrenamientos de altura antes de cumplir con dos compromisos internacionales: la Vuelta a Guatemala y la Vuelta a Colombia.
Los pedalistas y sus acompañantes —ciclistas seleccionados mexicanos y de Colombia, acompañados por el staff técnico— fueron bloqueado por un vehículo y sus integrantes encañonados con armas largas, en la misma zona donde ya antes habían asaltado a una camioneta llena de bicicletas de triatlón. Era un intento de secuestro, pero por fortuna escaparon. Sus bicicletas, costosas, ya no las volvieron a ver.
El problema de inseguridad que tenemos en nuestro país es tal que ahora hasta los atletas se han visto afectados en su desarrollo deportivo. Los afectados son:
- Ramón Muñiz, seleccionado nacional, quien recientemente llegó de los Campeonatos Panamericanos de Pista Elite.
- Jorge Ramírez, subcampeón de la pasada vuelta a Guatemala.
- Ricardo Ramírez.
- Enrique Rocha.
- Fidel Álvarez.
- Jordán Parra (colombiano), multimedallista nacional, panamericano y mundial.
- Staff técnico: Luis Alonso Rodríguez e Ignacio Mosqueda, este exciclista y ganador de etapas en eventos internacionales.
Policías del municipio Felipe Ángeles, Puebla —me cometa Luis Alonso Rodríguez— han atendido el caso, pero…
Las propias víctimas encontraron la camioneta que los asaltantes les quitaron, pero por la burocracia que hay en este país, tal parece que los robados —y que estuvieron a punto de ser secuestrados— son los que cometieron el delito, pues en la reclamación que ellos hacen para que les entreguen el vehículo se le dio audiencia hasta el día 24 de septiembre, ¡cuando ellos son los afectados!
Desde luego, las bicicletas robadas no han aparecido. ¿Cómo van a competir?
La Comisión de Cultura física y Deporte, CONADE, que dirige Ana Gabriela Guevara, debería apoyar a estos atletas y proporcionarles las bicicletas e implementos deportivos que necesiten para que continúen con sus prácticas y no resulten más dañados. Con el susto de haber sido asaltados —y de haber escapado de un evidente intento de secuestro—es más que suficiente.
Rosa Icela Rodríguez, como encargada de la seguridad pública en el país, debería de apoyarles con los trámites burocráticos en las dependencias que tratan a las víctimas como delincuentes. Y también, si nadie más se ocupa del asunto, interceder ante la CONADE para que estos deportistas de alto rendimiento puedan seguir en lo suyo: el durísimo ciclismo por etapas. Menciono a Rosa Icela porque su prestigio de mujer honesta la llevará a hacer algo por los mencionados ciclistas que solo cometieron un pecado: pensar que las carreteras mexicanas son seguras.