“Fraternalmente, Ernesto Zedillo”

Esa fue la última línea de una carta que el entonces coordinador de la campaña presidencial del PRI de 1994 envió a su jefe, el candidato Luis Donaldo Colosio.

El 19 de marzo de ese año Colosio recibió la misiva. Pocas personas en la campaña conocieron su contenido. La carta se hizo del dominio público en el diario Reforma el 3 de octubre de 1995.

Sobran analistas que comparan la sucesión presidencial 2023-2024 con la de 1993-1994. Es así porque ambos procesos comparten algunas semejanzas. Las dos principales:

  • 1. La traición de hace 30 años de Manuel Camacho y la actual traición de un discípulo de aquel hombre, Marcelo Ebrard.
  • 2. Dos presidentes muy fuertes, aunque uno demócrata y honesto —el actual, Andrés Manuel López Obrador— y el de hace tres décadas corrupto y déspota, Carlos Salinas de Gortari.

A Zedillo se le puede acusar de muchas faltas graves, pero nadie negará su excepcional inteligencia. En lo que sigue haré algunas reflexiones acerca de la campaña presidencial de Morena basado en lo que Zedillo le dijo a Colosio cuatro días antes de que a este candidato lo asesinaran las balas de la traición. Por cierto, no deja de llamar la atención que siga siendo tan importante una campaña brevísima como la de Donaldo. Nos sigue proporcionando enseñanzas, a pesar de que duró muy poco:

  • 22 días de enero
  • 28 días de febrero.
  • 23 días de marzo.

“Considero indispensable externarte algunas reflexiones”

Así empezó Zedillo su carta. “Lo hago por este medio para ordenar mejor las ideas y tomarte menos tiempo”.

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A Zedillo le parecía oportuno hacer un balance “dado que estamos cerca de concluir el primer recorrido por el país y además el entorno de la campaña continúa siendo particularmente complejo”.

Zedillo reitera “lo muy sabido”, aunque negado públicamente por todos en la campaña y en el gobierno.

Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum sabrán que es ahora lo muy sabido, cuya existencia por razones políticas no pueden reconocer, al menos no en público.

¿Qué era lo muy sabido en marzo de 1994? Zedillo lo comenta en 10 puntos:

1.- Que “las condiciones de campaña han resultado ser sustancialmente distintas a las que, quizás imprudentemente, previmos en diciembre” de 1993.

2.- “Yo supuse que una vez descontando la nueva pluralidad mexicana, esta campaña contaría con las condiciones más propicias en varios sexenios”. Creo que Luis Donaldo, y todos y todas en su equipo, partieron del mismo supuesto. Me pregunto si AMLO y Claudia verdaderamente estarán ante condiciones propicias para no solo ganar, sino para tener un segundo gobierno que consolide a la 4T. Objetivamente no se puede pensar otra cosa con la oposición que hay:

  • MC renunció a tener un candidato serio y entregará la representación naranja a un niño mimado de la vida, Samuel García.
  • Lo más penoso ha sido el único plan que Xóchitl Gálvez sí ha podido ejecutar: acaparar todas las tonterías posibles.
  • Tonterías como poner pilas chinas de segunda mano al teleprompter, con lo que se le borró el discurso más importante, ¡y además celebrarlo como si hubiese sido la gran ocurrencia!, lo que por supuesto da igual porque en cualquier caso nada relevante decía la candidata de la derecha.
  • Tonterías como elogiar a carcajadas las panochas, pero no las de la cocina yucateca, sino las otras, o bien que muerta de risa haya comido pepinos disfrazados de penes; dos hechos que la alejan del electorado panista más conservador.
  • Tonterías como decir verdades cuando deben callarse, como afirmar que es un tipo de lo peor el impresentable dirigente del PRI, Alito Moreno, lo que debe tener más que molesto al priismo ortodoxo.

3.- El caso es que todo parecía perfecto hace exactamente 30 años, el 13 de noviembre de 1993, 15 días antes de que se hiciera oficial la candidatura de Donaldo, que el sonorense ya tenía asegurada.

4.- Pero, dijo Zedillo en su carta a Colosio, todo cambió y “en los hechos y atendiendo a la situación política, esta será la contienda presidencial de mayor dificultad en varias décadas”.

5.- Las cosas empezaron a cambiar para mal cuando Manuel Camacho —entonces jefe de Marcelo Ebrard— no aceptó en noviembre de 1993 su derrota frente a Luis Donaldo Colosio. Camacho sí había aceptado las reglas, pero las desconoció porque el resultado no lo favoreció. Igualito que Ebrard.

6.- Todo empeoró el 1 de enero de 1994 con el levantamiento zapatista en Chiapas.

7.- Las cosas de plano se complicaron “más señaladamente” el 10 de enero de 1994, día del arranque formal de la campaña de Colosio, pero también el momento seleccionado por el entonces presidente Carlos Salinas para nombrar a Camacho comisionado para la paz en Chiapas. Esto generó enorme inestabilidad no solo en la campaña de Donaldo, sino en todo lo relacionado con la política nacional. El desenlace trágico lo conocemos y en su momento fue terrible para México: si el levantamiento zapatista no provocó condiciones para una crisis financiera, el asesinato de Colosio sí fue determinante para en la bancarrota de la economía al finalizar aquel año.

8.- ¿La historia de 1993-1994 se repite en 2023-2024?

  • Claudia Sheinbaum ganó la candidatura por todas leyes: las políticas y las estadísticas, ya que en un proceso interno con reglas claras arrasó en cinco encuestas, una aplicada por el partido Morena y cuatro de empresas contratadas para darle certidumbre a la contienda.
  • Pero, como en 1993 —cuando Camacho no aceptó la derrota frente a Colosio—, un camachista, priista entonces y reconvertido en morenista, Marcelo Ebrard, no ha tenido la decencia de admitir su derrota, lo que es quizá el principal problema de Morena.
  • ¿Habrá ahora un alzamiento guerrillero? Seguramente no, pero eventos tan o más dañinos para la sociedad sin duda pueden presentarse, sobre todo en la forma de catástrofes causadas por la naturaleza, como el huracán Otis en Acapulco. En la época del calentamiento global nada puede descartarse.
  • El gobierno de AMLO está atendiendo correctamente el desastre en Acapulco, e inclusive desde los límites de sus posiciones partidistas, Sheinbaum y la militancia de Morena han contribuido bastante a aligerar la carga de la gente que tanto sufre en el ahora destruido paraíso vacacional.
  • Pero, ni hablar, pueden pasar más cosas que exijan la atención del presidente López Obrador y lo alejen de la elección presidencial. No es pesimismo, sino simple sentido común expresado en la frase tan gastada, pero tan cierta: “Espera lo mejor, prepárate para lo peor y administra lo que venga”.

9.- Creo que la carta de Zedillo a Colosio era una invitación a cambiar la lógica de una campaña que se había diseñado para tiempos en los que no había razones para pronosticar que las cosas iban a llegar a la inestabilidad en que desembocaron. Dijo Zedillo dos verdades:

  • “La mayor dificultad obliga a asumir una actitud rigurosamente crítica”.
  • “A riesgo de incurrir en exageraciones, es conveniente perfilar el escenario menos favorable, ya que es este el que debe guiar cualquier estrategia de campaña”.

Sugerencias de Zedillo a Colosio sobre Salinas

Ernesto Zedillo planteó lo siguiente a Luis Donaldo Colosio.

1.- En marzo de 1994 la prioridad del presidente Carlos Salinas era “concluir satisfactoriamente su mandato”. Pero, para Salinas, el cuidado de la sucesión presidencial “tuvo hasta el 10 de enero la más alta prioridad”. Dejó de ocuparse de la sucesión como su máxima prioridad porque el proceso se le complicó de más a un Salinas que había perdido la concentración y, por lo tanto, la capacidad de controlarlo todo, lo que ocurrió con el nombramiento de Camacho en Chiapas, que lamentablemente se interpretó como un plan para quitarle la candidatura a Colosio y entregarla al entonces jefe de Ebrard.

2.- Zedillo dijo que las circunstancias, “auténticas o inducidas”, variaron esa jerarquía. “Ahora el mantenimiento de la paz social y la estabilidad financiera son propósitos que aparecen de mucha mayor importancia que el cuidado de una sucesión, digamos ortodoxa”.

3.- Pero evidentemente Zedillo reconocía que no era del todo necesario prestarle tanta atención al “mantenimiento de la paz social y la estabilidad financiera”, que no estaban excesivamente en riesgo. Salinas eso pensaba porque “personas mal intencionadas en el ánimo del presidente” habían influido para que el gobernante dejara de ver la sucesión como prioridad, lo que facilitaba el plan perverso de buscar un cambio de candidato.

4.- Las siguientes palabras de Ernesto Zedillo deben ser analizadas con toda seriedad por toda la gente que ahora participa en la campaña presidencial de Morena e inclusive deben leerlas con detenimiento la candidata Claudia Sheinbaum y el presidente Andrés Manuel López Obrador:

  • “La combinación de la soledad del sexto año, la pérdida, anulación o distanciamiento de hombres de confianza y la tarea calculada y deliberada de algunos, dan una mezcla sumamente propicia para que vaya perdiendo importancia en el ánimo presidencial el cuidado de la sucesión”.
  • “Después de todo, él debe pensar que su parte más importante —la de, en su oportunidad, apoyar tu candidatura— ya la cumplió, y que con ese impulso inicial la tarea por cumplir es esencialmente tuya”.
  • “Es de esperar que se esté dando una influencia muy tenaz para desacreditar el valor de tus capacidades y de tu lealtad”.
  • “Por otra parte, es un hecho que a pesar de los acontecimientos de Chiapas, el presidente conserva una enorme popularidad, que él valora y tratará de preservar frente al riesgo de otros acontecimientos negativos inesperados”.

5.- “Dado lo anterior, Camacho propuso a Colosio “una alianza política con el señor presidente”.

6.- “Debes ofrecer toda tu lealtad y apoyo para que él concluya con gran dignidad su mandato”. Zedillo recomendaba a Colosio:

  • Solo pedirle a Salinas su confianza en la capacidad y la lealtad del candidato nacido en Sonora.
  • Que Donaldo externara su convicción de que Salinas ya había cumplido con la parte más importante de la sucesión y que era hora de que Colosio hiciera lo que le correspondía.
  • Convencer a aquel gobernante de que, “como parte de la estrategia de campaña se requiere un candidato que la gente sepa que no será manipulado por el presidente Salinas, pero que goza de su confianza y aprecio”.
  • “Un acuerdo explícito” sobre cómo manejar la percepción que sacudiría a la opinión pública en cuanto Colosio diera a conocer que no iba a dejarse manipular por Salinas.
  • Renovar el pacto existente entre Luis Donaldo Colosio y Carlos Salinas de Gortari era para Ernesto Zedillo “una recomendación elemental, yo diría de libro de texto, de estrategia política”.

7.- Zedillo habla de la relación Salinas-Colosio. ¿Son reflexiones aplicables a la sucesión 2023-2024 en Morena? El y la protagonista principales lo sabrán. Sea como fuere, reflexionar nunca estorba. Desde luego, partamos de un hecho: Sheinbaum no necesita renovar sus pactos con AMLO, pero quizá debe pedir al presidente que, en lo relacionado con la campaña, la única interlocutora sea ella. Siempre estorban las personas cercanas a los hombres del poder que no tienen información, pero sí opiniones sobre temas tan delicados, particularmente cuando se trata de gente con intereses en la política.

Sugerencias de Zedillo a Colosio sobre Camacho

1.- “Manuel Camacho —el hombre que formó políticamente a Marcelo Ebrard— decidió continuar jugando un papel protagónico en la política nacional y ha actuado con un plan muy preciso para cumplir con ese objetivo, aprovechando y cultivando en todo momento las nuevas prioridades del señor presidente”.

2.- “Para tener ese papel protagónico”, Camacho ha visualizado diversas opciones:

  • “La sustitución directa del candidato del PRI”.
  • “Convertirse a partir de 1995 en el líder de una fuerza opositora importante y decisiva en el curso del país”.
  • “Ser candidato de un partido distinto al PRI”.
  • “Es obvio que de acuerdo a las ambiciones de Camacho, cualquiera de esas opciones es superior a la de esperar que el próximo presidente, si acaso, lo llame a algún puesto de su gabinete”.
  • “Desde su perspectiva no tiene absolutamente nada que perder”, ya que en el peor de los casos Camacho “se contempla a sí mismo como un fuerte líder de la oposición”.

3.- Ernesto Zedillo estaba absolutamente convencido de que Luis Donaldo Colosio debía asumir “plenamente la oposición de Manuel Camacho”.

4.- Para Zedillo no era conveniente que Camacho siguiera siendo oposición activa “sin tener los riesgos y dificultades de una oposición declarada y formal”.

5.- Preocupaba a Zedillo que continuara ganando puntos con Salinas alguien como Camacho, “que durante muchos años lo ha engañado y abusado de su confianza”. Igualito que Ebrard.

6.- Zedillo recomendaba a Colosio empujar a Camacho, “a la brevedad, a ser candidato de un partido de la oposición”.

7.- Zedillo estaba convencido de que Camacho en la oposición daría menos problemas que permaneciendo en el partido en el poder.

El problema llamado Ebrard, imitador de Camacho

Ahora, en 2023, antes de las presidenciales de 2024, Marcelo Ebrard está remedando lo que su mentor Manuel Camacho hizo en 1993 y 1994.

Creo que lo mejor para Claudia Sheinbaum —y por supuesto también para Andrés Manuel López Obrador— habría sido una candidatura presidencial de oposición para Ebrard. Pero este ya la rechazó y no podrá cambiar de opinión: se cerraron los espacios tanto en Movimiento Ciudadano como en el frente PRI, PAN, PRD.

Entonces, seguramente Marcelo se quedará en Morena. Y esto es lo peor que podría pasarle a la candidatura presidencial del partido de izquierda.

Como dijo Jorge Luis Borges en un diálogo con Ernesto Sabato —o eso creo haber leído—, la ventaja de los políticos es que no necesitan ser coherentes. Entonces, a Ebrard no le costará mucho trabajo simular lealtad a un partido al que tanto daño ya le ha hecho, e inclusive aceptará retratarse con la candidata Sheinbaum, lo que hará solo para acercarse de nuevo al presidente López Obrador.

Ebrard no tendría ninguna oportunidad de influir con un AMLO menos ocupado de lo que ahora está. Pero, al final de su gobierno, el presidente dedica la mayor parte de su tiempo y esfuerzo a la terminación de sus grandes obras de infraestructura, sin descuidar la tarea gigantesca de la reconstrucción de Acapulco, que si se hiciera en forma indebida podría provocar una crisis nacional.

En la última etapa del gobierno, el presidente López Obrador podría no estar tan atento a la sucesión presidencial como debería estarlo, lo que aprovecharía Ebrard si se le abrieran de nuevo las puertas de Palacio Nacional.

En efecto, si volviera a dialogar con AMLO, Ebrard haría lo que hizo Camacho con Salinas: insistir en cada oportunidad en inventar debilidades y aun deslealtades de la candidata presidencial de izquierda. O como dijo Zedillo a Colosio: Ejercer “una influencia muy tenaz para desacreditar el valor de las capacidades y de la lealtad” de la abanderada de Morena.

Ahora mismo, Ebrard podría aprovechar las descalificaciones brutales contra Sheinbaum en las columnas políticas, donde se le señala como la perdedora en un enfrentamiento contra Andrés Manuel por la candidatura a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México. No hubo tal, sino inclusive ha sido exactamente lo opuesto —Claudia ha ganado con la popularidad que Omar García Harfuch exhibió—, pero en política las calumnias fácilmente se convierten en verdades para quienes se dejan convencer, ya sea por intereses o por descuido. Tales verdades suelen influir en las personas de poder, normalmente no para bien.