Queda claro que México aún cree que las cosas pueden estar mejor. Veo a un México que reconoce que su democracia es producto de una lucha de muchos años.
Veo a un México donde todos los sectores sociales participan y cuestionan y, aunque no se entienda a plenitud qué motiva a este ataque, entendemos que es un ataque a lo más valioso de la institución democrática.
Veo un México nuevamente sediento de democracia, una sed que se había saciado a través de los años de lucha de hombres y mujeres determinadas que dieron su vida, que dieron todo, para que en pudiésemos decidir.
¿Así responden?
En respuesta nos quieren atacar, pero, ¿Por qué nos atacan? Lo hacen porque tienen miedo al que piensa diferente. Le temen a quienes exigen que se acaten las reglas del juego democrático y se respeten las instituciones y los contrapesos, a quienes pedimos un irrestricto apego al Estado de Derecho.
Le tienen pavor a quienes se atreven a decir la verdad. Ayer fue un día de emoción, un día que espero contagie a lo más profundo de nuestros seres, un día para recordar.
Les falló su falsa retórica tratando de “narcotizar” una marcha legítima. Trataron de minimizarla de cargarle prejuicios y supuestos privilegios, pero en realidad fue un día para México. Fue un día histórico, ¡escucha Andrés!
La jornada cívica
Cientos de miles de personas que anhelamos un México libre de un régimen populista mesiánico y autoritario que intenta secuestrar nuestra democracia salimos a exigir: #MiVotoNoSeToca.
Fue un acto cívico en defensa de la democracia, la libertad, el voto libre y secreto, las instituciones democráticas, la legalidad y la Constitución.
Alzamos la voz para respaldar a los magistrados de la Suprema Corte de Justicia, que tendrán la alta responsabilidad de velar que la Constitución no sea ultrajada por intereses mezquinos. La Corte tiene la más importante decisión del México independiente, la respetar y hacer valer la Constitución y que las leyes sean el marco de la civilidad que garanticen que el pueblo de México pueda elegir a través del voto libre y secreto a sus gobernantes.
La concentración rebasó las expectativas
A AMLO y los suyos los domina su ambición por el dinero y el poder. Nadie puede tener más poder que el presidente, nadie, puede estar ni igual ni por encima de él, nadie puede ganar más y nadie puede saber más que él.
AMLO en su ambición ha buscado por todos lados la forma de aniquilar a los Poderes de la Unión, de destruir las instituciones del Estado mexicano y a los organismos autónomos, exige que no se mueva “ni una coma” a sus propuestas, declara “traidores a la patria” a los legisladores que rechazan sus iniciativas y acusa de corruptos y apátridas a los Ministros de la Corte que, en apego a su encomienda, han actuado con total rectitud y respeto a la Constitución.
El principio de su aberrante Plan B es totalitario, populista y autocrático y, para justificarlo, asegura que el INE sale muy caro y que los Consejeros ganan mucho dinero.
AMLO busca dejar al INE como un cascarón hueco, pretende destruir a la Corte y dejar sin autonomía al Poder Judicial, porque quiere cortesanos a su servicio.
Pero Andrés no podrá hacer oídos sordos a quienes nos manifestamos, somos el pueblo de México que abarrotamos el Zócalo y más de cien ciudades de la República y hasta en el extranjero, en las representaciones diplomáticas de las más importantes ciudades
México clama justicia, legalidad, respeto y libertad. ¿Tendrá AMLO la capacidad de escuchar cientos de miles de voces que gritan lo que millones de mexicanos queremos? ¿Tendrá los tamaños para entender? ¿Tendrá la capacidad de atender el reclamo del pueblo de México, que somos todos y que somos más grandes que sus intentos por dividirnos?
AMLO: ¡Escucha!
Twitter: @diaz_manuel