Hay gente sinceramente ofendida porque ha corrido la versión de que el presidente López Obrador contestó con una broma a la pregunta que le hicieron sobre la tragedia de cinco jóvenes en Lagos de Moreno, Jalisco.
Conozco a Andrés Manuel y sé que es un hombre esencialmente bueno que jamás se burlaría de la desgracia de ningún ser humano. Si bromeaba al terminar su conferencia de prensa mañanera de ayer miércoles 16 de agosto se debe, nada más, a que suele hacerlo al final de cada encuentro con los representantes de los medios de comunicación.
Es decir, AMLO no escuchó la pregunta que se le hizo acerca de los hechos terribles de Lagos de Moreno. Así lo aclaró el vocero de Palacio Nacional, Jesús Ramírez: “Es mentira que el presidente López Obrador se negó a contestar una pregunta sobre los jóvenes desaparecidos en Lagos de Moreno, Jalisco. La sensibilidad y la solidaridad siempre han identificado al mandatario. No somos iguales. Esa versión forma parte de una estrategia de desinformación”.
Detrás de las numerosas críticas que AMLO ha recibido seguramente hay una estrategia de desinformación diseñada y ejecutada por sus rivales ideológicos y políticos. Pero, aceptémoslo, también hay gente honestamente indignada ante lo que pareció una burla del mandatario.
El video de la parte final de la mañanera de ayer se presta a interpretaciones indebidas. Por tal motivo, en su conferencia de prensa de hoy jueves 16 de agosto, lo mejor que podrá hacer el presidente será disculparse con las familias de las víctimas por el hecho de que sus palabras no hayan sido debidamente comprendidas porque AMLO simple y sencillamente no escuchó una pregunta.
Después de la disculpa, sí, que Andrés Manuel cuestione a quienes de mala fe —muchísimas personas— aprovecharon la situación para una campaña mediática más contra el presidente de México.
Por cierto, hay algo de karma en esto. El pasado sexenio el entonces procurador general, Jesús Murillo Karam, no se burló de los jóvenes desaparecidos en Iguala cuando dijo en una conferencia de prensa “ya me cansé”. Se trató de una metida de pata de Murillo, pero nada más.
La izquierda en aquel tiempo no quiso ser comprensiva con Murillo Karan e hizo del “ya me cansé”, en redes sociales, la falta más grave que alguien podía cometer. El exprocurador fue linchado por un error con el que no pretendía ofender a nadie. Sí, muy similar a lo que hoy hace la derecha con AMLO por no haber escuchado una pregunta mientras se despedía.
Así es la política y no va a cambiar.