Estimado Andrés Manuel, escribo a partir de tu respuesta al reportero Hans Salazar, quien en La Mañanera te preguntó por el caso de Mexicana de Aviación; necesito decirte varias cosas, pues en tu afán de defender a Luisa María Alcalde Luján, hija del abogado Arturo Alcalde Justiniani y Bertha Lujan, tu ex Secretaría del Trabajo del Gobierno Legítimo, estás dándole la espalda a más de 8,500 trabajadores y más de 600 jubilados de trabajaron en dicha aerolínea.

Comienzo aclarando que no hubo ningún “despido injustificado” como lo mencionaste; decir eso es mentir, o de plano es desconocimiento del caso, pues los trabajadores de Compañía Mexicana de Aviación, Aerovías Caribe y Mexicana Inter, seguimos estando “activos” dentro de las diferentes empresas que engloban a Grupo Mexicana, pues la quiebra -aunque decretada- no ha causado estado, así que no puede hablarse de ningún despido “injustificado”. Lo que sí puede y debe gritarse a los cuatro vientos es una “quiebra fraudulenta” en la que el responsable sigue libre y sin pagar.

Disiento de tu dicho. Esto no pasó hace 22 años como mencionas, fue en 2010 y se cumplieron ya 12 años de la bajada ilegal de Mexicana de Aviación, realizada a través de las Secretarías del Trabajo, a cargo de Javier Lozano, y la de Comunicaciones y Transportes, con Juan Molinar Horcasitas.

Si lo prefieres, vayamos más atrás, ya que vuelves a tocar el tema de la venta de ambas aerolíneas; lo digo con pleno respeto por tu investidura, pero tus declaraciones son más que desafortunadas, son tremendamente ignorantes. Lo digo sin medias tintas, pues miembros muy cercanos a ti estuvieron todo el tiempo involucrados en la desincorporación de Cintra. Como lo es justamente Arturo Alcalde Justiniani, abogado de los sindicatos de pilotos y sobrecargos la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) y la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA), respectivamente.

En el año de 2004 se llevaron a cabo varios Foros en la Cámara de Diputados con la presencia de Arturo Alcalde, y ahí se dijo que cada empresa valía por separado poco más de mil millones de dólares (guarden esta cifra para más adelante). Y fue en el año de 2005 que Arturo Alcalde Justiniani, asesorando al entonces Secretario General de ASSA Francisco Villareal, le propone deshacerse del pasivo laboral que representaban las jubilaciones de los sobrecargos contratados después de 1989.

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En 1989, Mexicana de Aviación no quiso arriesgarse a quebrar como Aeroméxico -en 1988 Aeronaves de México quebró y se convirtió en Aerovías de México-, por ello se decidió que todo aquel sobrecargo que se contratara después de 1989 no tendría derecho a jubilarse; fue hasta el año 2001 que se “recuperó” ese derecho para los sobrecargos, y quedó plasmado en el Contrato Colectivo de Trabajo.

Sin embargo, con el afán de hacer “más atractiva la venta de Mexicana de Aviación”, Arturo Alcalde tuvo la brillante idea de poner en la mesa nuestras recientes jubilaciones y crear un tipo de Afore para nuestro retiro, la famosamente llamada “Contribución Definida”. Esto fue aprobado en septiembre del 2005, a través de una asamblea que por cierto fue ilegal, pues no cumplió con la figura de celebrar previamente “Juntas Particulares”, como lo marcaba el estatuto sindical.

Para diciembre de ese mismo año, ya sin el pasivo laboral de las jubilaciones de los sobrecargos contratados después de 1989, se vende la empresa a Gastón Azcárraga, presidente de Grupo Posadas, y a otros accionistas minoritarios como Ángel Lozada, de Grupo Gigante, por mencionar a alguno.

No creo, compañero López Obrador, que no sepas todo esto. Tú escribiste Fobaproa, expediente abierto; sabes perfectamente que no fue la primera vez que Gastón adquiría a Mexicana, ya lo había hecho en el pasado, cuando Carlos Salinas de Gortari privatizó toda la aviación, aunque después tuvo que ser rescatada por el Fobaproa, que mutó en IPAB.

En 2005 se realizó la venta de Mexicana por 135 millones de dólares - ¿Recuerdan la cifra que les dije que guardarán?-, pero en realidad ni siquiera pagó eso; seis meses después de adquirida, Gastón comenzó a solicitar “Convenios de Ahorro” a los trabajadores. Con pilotos firmó un convenio para ahorrar 50 millones de dólares; con el personal de tierra uno por 25 millones de dólares; por la venta del edificio conocido como “La torre de Mexicana” recibió 40 millones de dólares y pretendía un convenio para ahorrar 30 millones de dólares con los sobrecargos. Hagan la resta, y obtendrán la verdadera cantidad en que Azcárraga adquirió la aerolínea Mexicana de Aviación.

Pero con los sobrecargos se topó con pared, pues nos negamos a firmar el convenio. No por intransigencia pura, sino porque sabíamos que éramos el único grupo que había “cooperado” antes de que la empresa fuera adquirida. Y es que “ceder” el derecho a jubilación no es “pecata minuta”. Ante nuestra negativa, en febrero del 2007 nos demandó a los sobrecargos a través de un juicio llamado Conflicto Colectivo de Naturaleza Económica, y aquí entra el papel perverso de Arturo Alcalde.

Ante la demanda que Gastón Azcárraga nos dejaba caer encima, nuestro asesor legal se negó a realizar el amparo, aduciendo que nos iban a cobrar una fianza desorbitada, imposible de que el sindicato pudiera pagar. Nuestra desesperación nos hizo tocar diferentes puertas, y acudimos a Jesús González Schmal, quien nos apoyó amparándonos de manera individual, en forma de coaliciones.

Al ver que no íbamos a quedarnos con los brazos cruzados, nuestro Secretario General Francisco Villarreal buscó al Lic. Héctor Barba García, abogado del Sindicato de Telefonistas, y fue él quien elaboró la demanda de amparo, ante la negativa tajante de Arturo Alcalde Justiniani, quien decía que cediéramos y firmáramos el convenio de ahorros propuesto por la empresa.

En ese mismo 2007, Fausto Guerrero, entonces Presidente de la Comisión de Vigilancia de ASSA, junto con una servidora -recién nombrada Secretaria de Actas del sindicato-, solicitamos a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes una “Verificación mayor” para saber el estado financiero de la aerolínea, que argumentaba que estaba al borde de la quiebra.

¿Saben cuál fue la repuesta de la SCT? Que la aerolínea gozaba de cabal salud financiera. ¿Entonces qué sucedió con Mexicana?, pues que Gastón Azcárraga triangulando las ganancias de la aerolínea, se fueron a su grupo hotelero y las pérdidas de Grupo Posadas fueron cargadas a la aerolínea, además de ir desmembrando o atomizando a Mexicana para crear varias “empresitas”.

Es información pública, y se puede verificar el crecimiento que tuvo Grupo Posadas a raíz de la adquisición de “Grupo Mexicana”; en 2005 tenía un total de 92 hoteles, en 2006 ya siendo dueño de la aerolínea tenía 93 hoteles. Pero en 2007, una vez que logró que los trabajadores firmaran sendos convenios de ahorro, alcanzó la cifra de 104 hoteles operando, y aun así nos demandó a los sobrecargos. No son cifras inventadas, ahí están para ser corroboradas, en 2010, cuando bajaron a Mexicana, Grupo Posabas tenía ya tenía 112 hoteles en su haber.

Señor Presidente Andrés Manuel, hablas de un “líder sindical” que entonces estaba con el PAN. Dilo con todas sus letras, te refieres a Lizette Clavel Sánchez, que efectivamente era blanquiazul, pero entonces también di palmariamente que ella misma estuvo apoyándote en la campaña presidencial de 2018, como diputada de la bancada del PT.

¿Por qué obvias al actual Secretario General Ricardo Del Valle?; él tiene en sus manos el conflicto desde agosto del 2011, y hoy es muy amigo (así lo presume en sus redes sociales) de Luisa Alcalde. Curiosamente nadie se acuerda de que este líder sindical convirtió la sede sindical de ASSA en la segunda casa de Campaña de Alejandra Barrales y Ricardo Anaya, obligando a los sobrecargos a votar por ellos en 2018. Es el mismo dirigente que, al más puro estilo priísta, corre a tomarse la fotografía contigo, para hacerle creer a sus agremiados que lo respaldas.

Y no, el tema no está vedado, ni enlatado, ni es parte de la “censura sutil”, como lo expresaste en la mañanera. Al contrario, ha habido una amplia difusión del caso, incluso hay un libro del Licenciado Joaquín Ortega sobre “el fraude maquinado de Mexicana de Aviación”.

No puede taparse el sol con un dedo, el único abogado que ha estado metido desde la venta de Aeroméxico y Mexicana ha sido Arturo Alcalde Justiniani, y aunque su hija se desgañite promoviendo como un logro suyo la reforma laboral de 2019, los “líderes” no han cambiado mucho que digamos desde la bajada de vuelo: al frente de los trabajadores de tierra sigue Miguel Ángel Yúdico; Ricardo Del Valle como líder de sobrecargos desde el 2011. Sólo en el caso de ASPA han pasado varios Secretarios Generales, desde Fernando Perfecto hasta ahora Humberto Gual; ellos sólo están tres años en el cargo y no existe la reelección, pero su abogado, ese sigue siendo el mismo: Arturo Alcalde Justiniani.

Considero que solamente la libertad es digna de defenderse de manera dogmática. No así la ineptitud y el conflicto de interés que a todas luces existe con la titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social Luisa María Alcalde Luján. Dices que el caso será remitido al Secretario de Gobernación Adán Augusto López. Estimado Andrés Manuel, esa película ya la vimos, y la protagonista fue la Dra. Olga Sánchez Cordero. El guion dicta que el Secretario establecerá mesas de diálogo, nos pedirá que le acerquemos toda la información posible (lo que resulta insultante porque la información la tienen completita), y pasaremos de una oficina a otra, una vez más.

Compañero Presidente, el problema de Mexicana no son los litigios, es la falta de justicia a los trabajadores, pues los responsables del quebranto de la aerolínea siguen libres y tan campantes sin ser mínimamente molestados… y por supuesto sin pagar.

Nuestra exigencia no es que el dinero del erario público se vaya al rescate de Mexicana, no Andrés Manuel; trae a Gastón a México y que él junto con su familia paguen por la quiebra ficticia de Mexicana de Aviación.

Con todo respeto Andrés Manuel, celebro que hasta la fecha nadie haya encontrado ningún acto de corrupción en tu contra. Coincido en que tu honorabilidad no se ha visto manchada, aplaudo que sigas pensando en que el dinero del erario es sagrado, y que el gobierno es del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

Pero justamente como integrante del pueblo tengo que decirte que no sabes nada de aviación, eso de que “no cuesta nada porque tenemos los aeropuertos, contamos con la experiencia de la fuerza aérea de hace mucho tiempo, hay talleres, hay pilotos, hay mecánicos, o sea ya tenemos lo fundamental, es rentar 10 aviones, ya se está haciendo en análisis sobre costo-beneficio y resulta que la empresa logra su punto de equilibrio o empieza a tener utilidades a poco más de un año”, es una declaración temeraria. Ojalá puedas leer mi columna de ayer, pues el plan que te están vendiendo, es el original plan de arranque de Mexicana de Aviación.

Andrés Manuel, no defiendas dogmáticamente a Luisa Alcalde, no la coloques por encima de la clase obrera, que no te está pidiendo algo imposible; no te pierdas, solo exigimos justicia de parte de gobierno, y no con el dinero del pueblo. Pregunta a tus allegados por la hora que marca el reloj, y si te responden “la que Usted diga, Señor Presidente”, entonces estamos en serios problemas.