No sé quién sea el dueño del hotel Presidente Intercontinental. Pregunté a un amigo que siempre ha presumido de saberlo todo y me dijo que el propietario de ese hotel es Ángel Losada Moreno, así que doy por buena su información.

El problema es que en internet leí que el mero mero patrón de ese negocio es otro hombre, Braulio Antonio Arsuaga Losada. Igual los dos son socios: ambos se apellidan Losada. Para el caso, no importa.

Haré en lo que sigue una atenta petición a la persona que verdaderamente mande en el hotel Presidente: registrar también —si no lo han hecho en el pasado— la marca Presidenta. Porque en México es tiempo de mujeres y una de tres aspirantes gobernará nuestro país a partir de 2024.

Como cualquiera sabe, la pelea está entre Claudia Sheinbaum, del partido Morena; Beatriz Paredes, del PRI, y Xóchitl Gálvez, del PAN. Desde luego, con muchas más posibilidades de ganar la primera que las otras dos.

Anoche me ponía de acuerdo con un amigo para tomar un café y tratar cierto asunto muy importante para mí. Como su oficina está muy lejos de donde vivo —yo ya no tengo oficina de ningún tipo: me jubilé— buscamos un lugar cercano a ambos para reunirnos. Elegimos uno de los más socorridos en la Ciudad de México: el hotel Presidente, es decir, una de sus cafeterías.

Las columnas más leídas de hoy

Cuando por WhatsApp confirmé el lugar, el corrector de esa aplicación borró la e de la mencionada marca comercial y la cambió por una a. No me di cuenta y mi mensaje fue este: “A las 12 en el Presidenta”.

Tantas veces he discutido con amigos y amigas de todos los partidos acerca de la próxima presidenta de México, que al menos mi WhatsApp considera esa palabra, en femenino, más correcta que presidente.

  • Presidenta, sí, como en el libro del Arturo Cano, Claudia Sheinbaum: presidenta.
  • Presidenta, en efecto, como el grito que sobre todo las mujeres que apoyan a Claudia lograron imponer: “¡Presidenta, presidenta, presidenta!”.
  • Presidenta, voz distinta por una letra a la de presidente y que llevó a la oposición unida a buscar una mujer candidata, Xóchitl, que cuando resultó menos fuerte de lo que pensaban sus promotores, fue rebasada en el frente PRI, PAN, PRD no por un hombre, sino por otra mujer, Beatriz, la priista a la que si no le hacen trampa los estrategas de la derecha empresarial terminará por vencer a la panista que ha obsesionado a Claudio X. González y a sus socios en la empresa política que han armado.

Presidenta habrá. Desde luego, no faltarán mamones que insistan en que lo correcto será hablar de la presidente en vez de la presidenta. Pero esa es una disputa inútil, por cierto ya superada en los terrenos de la Real Academia Española.

Entonces, como tendremos presidenta, lo adecuado será que el hotel más famoso de la Ciudad de México, durante por lo menos seis años, se llame Presidenta. Sí, hotel Presidenta.

Los señores Losada y Arsuaga tienen recursos —se nota que les va bien—, entonces no sufrirán para poner el dinero necesario en el proceso de quitar la e de las fachadas, de los sitios de internet, de la publicidad, de la papelería, etcétera, para cambiar esa letra por una a.

Actualizarse en lógica femenina no le vendrá mal al hotel Presidente, que en tiempos de mujeres empieza a verse, con esa marca, un poquito machito. Así que mejor hotel Presidenta.