En Nexos, uno de los dos estrategas principales de Xóchitl Gálvez, Jorge El Güero Castañeda, ha pedido “no distraerse con pendejadas”.

Tan filosófica petición El Güero la ha hecho a quienes mandan en el frente PRI, PAN PRD: el empresario Claudio X. González, de una familia de potentados muy cercana a Carlos Salinas de Gortari; el dueño del diario Reforma, Alejandro Junco de la Vega; el dirigente del PRI, Alejandro Alito Moreno; el del PAN, Marko Cortés, y el otro estratega relevante de Xóchitl, Jorge Suárez Vélez.

Como bien sabemos, la palabra pendejada tiene varios significados; los más conocidos son dos:

  • 1. Algo de poco valor o importancia.
  • 2. Acción ruin propia de un pendejo.

¿Sinónimos de pendejada? Ruindad, villanía, vileza, necedad, tontería.

Me ha sorprendido que alguien tan inteligente como El Güero Castañeda —en el artículo en el que exige a la oposición no distraerse con pendejadas— recomiende una acción absolutamente inútil y decididamente ruin como “saturar los medios locales, pagando lo que haya que pagar (prácticamente todos son venales)” para difundir “la historia personal de Xóchitl”, enfatizando que ella de joven vendía gelatinas.

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Eso es ruin porque, en primer lugar, se trata de una conducta ilegal, y en segundo término fomenta la corrupción periodística. Y es inútil porque los medios de comunicación en México —los locales tanto como los nacionales— en general carecen de credibilidad.

Castañeda se nota desesperado por dos hechos relacionados con Xóchitl que él subraya en su artículo de Nexos:

1.- El bajo nivel de conocimiento de la candidata de la derecha en los sectores populares:

  • “En promedio, a nivel nacional, anda entre 45 y 50 %”.
  • “Pero en los segmentos E+, D y C-, o entre los deciles 2 a 6, se ha de ubicar en mucho menos: alrededor de 20 %”.

2.- El éxito que tuvo AMLO al incrementar los negativos de la senadora Gálvez por la vía de difundir los contratos con el gobierno que han beneficiado a las empresas de esta mujer y su familia.

A Jorge Castañeda le parece urgente “utilizar los spots (de TV) actuales de los partidos para promover su imagen (la de Xóchitl), ya sea como senadora, ya sea como coordinadora del FAM, ya sea como se les ocurra, para esquivar las restricciones de la normatividad electoral, sin violarla”.

Pero como los comerciales de televisión a los que tienen derecho los partidos de oposición no serán suficientes para llegar a la mayoría de la gente, entonces El Güero recomienda lo ya comentado aquí: comprar a la prensa de todas las regiones de México. “Para eso es el dinero de Claudio X., chingao”, habrá pensado don Jorge.

Y es que, sugiere el señor Castañeda, muy pronto algo eficaz y hasta milagroso deberá hacer el Frente Amplio por México para tratar de reducir la ventaja de Claudia Sheinbaum sobre Xóchitl Gálvez en las encuestas —de más de 30 puntos en el estudio demoscópico que considero más confiable, el de MetricsMx que publica SDPNoticias—.

Como dice El Güero, “si los números no se mueven, Houston we have a problem.

Es bien sabido: en México la gente que habla inglés, para aparentar inteligencia superior en el diagnóstico, usa eso de Houston we have a problem cuando le cae el veinte de que alguno de sus proyectos valió gorro.

Ni duda cabe: el proyecto Xóchitl, gelatinas incluidas, no servirá ni siquiera para darle un poquito de pelea a Claudia en las elecciones presidenciales de 2024.