Para nadie es un secreto que el presidente López Obrador ha maximizado los recursos del Estado al máximo, quizás en ocasiones más allá de ciertos límites, ya que no son pocos los fideicomisos extintos, los fondos financieros reencausados, los organismos autónomos descentralizados y no liquidados, los impuestos ilegalmente condonados a los grandes consorcios qué se recuperaron, la utilización del ejército con nobles fines de naturaleza civil, de todo eso y más se ha echado mano para sacar para adelante grandes obras y políticas públicas el primer gobierno de la 4T, eso sí, sin duda alguna, benéficas para la nación, máxime si se considera que se atravesó la primer pandemia en más de un siglo y que el mundo entero todavía sufre (y sufrirá) sus consecuencias económicas y sociales.
Por todo lo anterior, no es ninguna novedad además, qué el próximo presidente tendrá que ‘echarse el trompo a la uña’ de impulsar una reforma fiscal a fondo, una qué tal vez tenga que romper con tabúes construidos al paso de los años, y el principal, es una homologación total del IVA, con cero exenciones, como alimentos, medicinas y libros, por ejemplo, quizás con una tasa menor al 15% actual, pero insisto, sin exenciones ya, con los costos sociales y sobre todo políticos qué eso supondría.
De ahí los dichos recientes (algo velados) del presidente Andrés Manuel respecto a una muy posible crisis económica ‘por factores externos, sobre todo derivados de una muy probable crisis en los Estados Unidos, pero que por cuestiones electorales del vecino del norte, esta se vería hasta el 2025′, pero al final del día, una posible crisis para México se avizoraría en el horizonte.
Y es que simplemente para nadie es un secreto que la recaudación en México es bajísima, por ejemplo respecto a los países miembros de la OCDE; la cobija es estrecha y el frío no es poco, y no habrá más forma de seguirla estirando, sino que el único camino será ya, el hacerla más grande, y la única senda es un marco impositivo con mayor vigor qué el actual, qué no estaría libre de enormes retos, añejos también algunos, cómo el intentar ir sumando a agentes de la economía informal a la formal.
La visión a futuro de AMLO de una potencial crisis económica, no es imposible, y puede ser una suerte de ‘vacuna’ destinada a su sucesor en Palacio Nacional, para tratar de justificar la iniciativa e implementación de una ya añejamente urgente, reforma tributaria integral en México.