Sonora Power

Ahora que está tan de moda apostar en contra de México y su economía en los medios de comunicación tradicionales es muy importante fijar posiciones fuertes y firmes, en el aspecto económico, que tiene al final del cuentas un trasfondo político, la fuerza de México resulta ser esencialmente la política patentada por Andrés Manuel López Obrador de que “por el bien de todos primero los pobres”.

Dialogué con la presidenta electa Claudia Sheinbaum sobre el tema, en especifico la parte en donde calificadoras y medio de comunicaciones de la Ciudad de México y del extranjero comienzan a hablar mal del país como destino de inversión y comienzan a divulgar la narrativa de que como en México nos gobernará una comunista (Claudia Sheinbaum) y el gobierno se ha convertido en una dictadura (a partir de la mayoría obtenida por su movimiento en ambas cámaras) pues ya no conviene invertir en México.

Lo que me dijo fue muy claro: “Los empresarios tanto nacionales e internacionales ya nos conocen, gobernamos la Ciudad de México y no hay ningún riesgo para sus inversiones, al contrario, la capital del país es el epicentro del desarrollo industrial de México, es el lugar que más inversiones capta y algo que hemos demostrado es certeza y seriedad”.

Esto se lo pregunté el pasado lunes 26 de agosto, al calor de la andanada de descalificaciones que se comenzaron a poblar en ese tipo de medios, apostando contra el peso, contra México y tratando ahora de espantar (así se lo dije) con el petate del muerto de una crisis artificial, a los inversionistas.

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Vamos, incluso en The Wall Street Journal pretendieron fustigar a la presidenta electa y al proceso del socrático en México, cuestionado el Plan C y la iniciativa de reforma al poder judicial, acto seguido intervinieron los embajadores de Estados Unidos y Canadá, con los resultados ya conocidos de que el presidente López Obrador los puso en la congeladora, poniendo pausa a la relación con ellos como diplomáticos.

El enfoque que persiste es maquiavélico, se trata de inducir en los inversionistas la idea de que es mucho el riesgo de invertir en México, porque ahora es el pueblo el que ha hablado y se ha instaurado una verdadera democracia en México.

El hecho es que en efecto, el Movimiento de Regeneración Nacional, que ahora lidera la Dra. Sheinbaum, se ha consolidado y se convirtió en un trabuco político-electoral, al que la oposición no le causa ni rasguños.

Fue en su momento muy impactante ver como la presidenta electa triunfó con casi 36 millones de votos, 20 millones más que su más cercana competidora y me acordé de la visión que tuve sobre lo que sería la contienda, cuando decía que Claudia Sheinbaum era el equivalente a una fuerza de la naturaleza, en este caso una avalancha que arrasaría todo a su paso.

La realidad me dio la razón y una montaña de votos enterró al PRIAN, llevando incluso al PRD a su extinción.

Ahora más impactante es ver como se han construido las mayorías en las cámaras que integran en Congreso de la Unión.

En la Cámara de Diputados Morena ganó por sí solo 31 distritos federales y la coalición Sigamos Haciendo Historia (Morena-PVEM-PT) 225 para un total de 256 posiciones de elección directa de 300 en disputa, es decir el 85% de lo peleado fue para el movimiento que postuló a Sheinbaum.

Pero en la elección al Senado la proporción fue mayor, de 32 elecciones a senador en disputa, Sigamos Haciendo Historia triunfó en 30 de 32 casos, esto es el 93.75% de los casos.

Fueron, repito, 36 millones de votos, una verdadera avalancha, una hecatombe política, en la que la oposición en lugar de estar en un a posición rijosa, debería de estar intentando entender por qué todo lo que hicieron les salió mal.

Hoy el mandato ciudadano, pone a Claudia Sheinbaum y su futuro gobierno a solo 1 voto en el Senado de tener los votos que le permitan construir el segundo piso de la 4T y yo no veo como las minúsculas bancadas del PRI, el MC y el PAN se lo vayan a impedir.

Ese fue el mandato del voto ciudadano, la voz del pueblo expresada en las urnas.

Ante esa realidad, quienes buscan con la especulación y la siembra del miedo en los mercados meter ruido en el proceso económico de México, no tienen nada que hacer.

Al contrario, con el refrendo del mandato ciudadano y la consolidación de la democracia en México, quienes salen ganando son los empresarios y los inversionistas.

Cambiar al corrupto poder judicial y hacerlo uno más transparente y equilibrado, dará mayor certidumbre a quienes sí apuestan por México.

A los que apuestan en contra, no los queremos.

Correspondencia: demiandu1@me.com | X: @Demiandu

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