Cada día que pasa se vuelve más importante el combustible sostenible (SAF, por sus siglas en inglés) dentro de la operación aeronáutica. No es solamente para hacer un “greenwashing” a las aerolíneas, que tienen el objetivo de lograr la meta de cero emisiones de CO2 para el 2050, sino que es una realidad cada día más palmaria.
Y de esto que está pasando en el mundo, en México debemos tomar nota. Primero hablemos de la producción de SAF; sí, sin duda es mucho más barato refinar combustibles fósiles, como la turbosina que se utiliza en la industria aeronáutica, sin embargo con el SAF el ahorro en emisiones contaminantes suele ser hasta de un 80%, además de que no se consigue con un recurso no renovable, sino que se elabora a partir de residuos vegetales, materias primas renovables, aceites de cocina y residuos agrícolas.
Para ello se requiere del apoyo de los gobiernos, y pongo el caso de España, quienes están muy interesados en desarrollar dicha industria, ya que además de los beneficios que obtengan las líneas aéreas españolas al ir migrando paulatinamente al uso del SAF, para el año 2050 será un importante detonante de empleos; se calcula que se pueden generar hasta 270 mil nuevos puestos de trabajo, todos relacionados con la producción de SAF.
En internet podemos encontrar el informe llamado “¿Cómo hacer de España el líder europeo de SAF? Hoja de ruta para acelerar la descarbonización del transporte aéreo”. En él hallaremos una serie de medidas muy interesantes que el gobierno de España está pensando realizar para la producción, pero también el almacenamiento y la distribución del SAF.
Para que este proyecto sea una realidad, se tiene que hacer una fuerte inversión en términos económicos; los españoles tienen planeado que sea de alrededor de 22 mil millones de euros para crear la infraestructura necesaria para la fabricación, almacenaje y distribución del SAF en la península Ibérica.
Por supuesto también se requiere que el sector privado colabore con el gobierno, para invertir en desarrollar nuevas tecnologías. El reto más grande, sin duda, es que además se implementen atractivos incentivos, de tipo económico y fiscal, con miras cerrar los altos costos de su producción.
Así las cosas en España, quienes además quieren sumarle un “plus” a la ventaja de fabricar SAF, y es hacer un tipo de turismo más “sostenible” y por ende más amigable con el medio ambiente.
Ahora veamos ¿qué pasa en Estados Unidos con el tema del SAF? La aerolínea Delta anunció en semanas pasadas una interesante alianza entre ellos y el Hub del Aeropuerto de Minnesota para la producción de SAF. Esto será posible gracias a un oleoducto, en el segundo Hub más grande que tiene Delta, en donde reportan ellos que gastan cerca de 250 millones de galones de combustible al año.
Uno de los puntos que hacen atractivo a Minnesota es que es uno de los estados de la unión americana con atractivos estímulos fiscales para incentivar la producción de SAF. Eso sin contar con la experiencia que ya tienen en la producción de combustibles fósiles y biocombustibles.
Por eso no es de extrañar que actores ajenos a la aviación se estén sumando a la utilización del SAF. El caso más reciente es el del equipo de la NFL, los 49′s de San Francisco, quienes con el apoyo de United Airlines han hecho público que en los vuelos para transportar al equipo de fútbol americano, lo harán utilizando SAF.
También tenemos el caso de una empresa en el estado de California que recientemente patentó el “E-Jet® SAF”, este tipo de SAF reduce hasta en un 90% las emisiones de CO2 a la atmósfera. Twelve, la empresa responsable, incluso ha obtenido el respaldo de grandes líneas aéreas como British Airways, con quien ha firmado incluso un acuerdo muy interesante, el cual consistente en adquirir 785 mil toneladas de E-JET SAF durante los próximos 14 años, con el objetivo de ir descarbonizando las operaciones aéreas.
Evidentemente también países como India o Brasil están interesados en la utilización del SAF en sus aeronaves, y para ello ambos países realizaron una declaración conjunta, derivada de la reunión que tuvieron tanto el ministro de petróleo y gas natural de la India HS Puri y el ministro de minas y energía de Brasil Alexandre Silveira.
No olvidemos que además Brasil es fabricante de aviones, a través de su empresa Embraer, y resulta muy curioso que este acuerdo sea justamente con India, donde se manufactura mucho para la industria aérea.
En su declaración en conjunto afirmaron que buscan “… Promover el intercambio de tecnología, la investigación conjunta y las iniciativas de desarrollo, con el fin de optimizar los procesos de producción de SAF, así como compartir experiencias regulatorias y políticas, con miras a crear marcos que incentiven la inversión en la producción de SAF”.
Otras dos aerolíneas que se han sumado a este tipo de iniciativas de cambiar o ir mutando de los combustibles fósiles al SAF, son precisamente Air France y KLM, gracias a un acuerdo firmado en fechas recientes con la empresa Total Energies que les suministrará a ambas hasta 1,5 millones de toneladas de SAF. Con esta medida ambas líneas aéreas proyectan que por lo menos para el año 2030 el 10% de su operación sea únicamente con SAF.
Por su parte China, el gigante asiático no se podía quedar fuera con tres de sus líneas aéreas, Air China, China Eastern Airlines y China Southern Airlines; así lo anunció la Administración de Aviación Civil de China (CAAC), abundando en que el SAF será de producción nacional gracias a la empresa del estado China National Aviation Fuel (CNAF).
Para este país de los pandas (bicolores y rojos) el pasado 19 de septiembre se marcó un hito dentro de su aviación: el avión de fabricación china, el C919, operado por China Eastern Airlines que salió de Beijing con destino a Shanghái, utilizó en su totalidad SAF. De ello fueron testigos los 129 pasajeros del vuelo MU9192.
Una vez habiendo recorrido el mundo, es momento de decirle a la próxima mandataria que la apuesta por el SAF, tanto su producción, almacenamiento y distribución es lo mejor que puede hacer para tener una industria aeronáutica además de fuerte, sostenible y amigable con el medio ambiente.
En México podemos tener una gran industria, sería de verdad un gran acierto, así que espero que esta propuesta trascienda de estas líneas y llegue a las manos indicadas, pues tenemos frente a nosotros una gran oportunidad que no podemos dejar escapar.