Por Juan E. Rubio Gualito
Por un lado, ha sido blanco de ataques por parte de la derecha, que ha raíz del fracaso de su proceso de elección, que solamente evidencio la imposición de Xóchitl Gálvez por parte de Claudio X. González, de manera sistemática y a través de sus conocidos voceros, se ha encargado un día sí y otro de también de inferir ataques al proceso de elección del Movimiento, tratando de esta manera de incrustar en el imaginario colectivo que los procesos fueron iguales, aunque de ninguna manera lograrán borrar su teatro, ya que su proceso fue claramente un fraude.
Lo novedoso, es que dentro del propio Movimiento, se ha logrado desenmascarar la verdadera naturaleza de los personajes que lograron infiltrarse en el proceso de elección de la Coordinación de la Cuarta Transformación, ya que estos han impulsado una agresiva campaña de desprestigio de la encuesta, tanto en medios de comunicación tradicionales, como en las redes sociales, para muestra hay que darle un vistazo a X (antes Twitter).
En este escenario, es necesario señalar que a pesar de las mentiras de las “dos tendencias”, ambas de derecha, el proceso de elección del Movimiento es un ejercicio democrático inédito. Donde a diferencia de lo hecho por el PRIAN, aquí no hubo dedazo, ni imposición. Por el contrario ha sido una competencia real con resultado abierto.
El levantamiento de las 5 encuestas ha sido un desafío logístico, se realizaron doce mil quinientas de estas bajo un esquema de reproducción de voto. En cada levantamiento estuvieron un representante del Movimiento, un responsable de la Casa Encuestadora electa por Morena y observadores de cada uno de los aspirantes.
Tenemos que recordar que en este ejercicio, al momento de ser emitido el voto por el encuestado, su respuesta era depositada de manera secreta en una boleta que era doblada y depositada en una urna especial con diferentes distintivos de seguridad. Cada boleta tenía un único folio con el que se registraba y una vez que acababa el levantamiento, la urna mencionada se cerraba y se firmaba por los observadores.
Esta complicada dinámica hace muy difícil que se lleve un registro de cómo se votó. Ningún equipo sabe con certeza que hay en esas urnas. Los que anduvieron cantando resultados (la mayoría del equipo de Marcelo Ebrard) mienten y lo saben.
El conteo final se realiza desde la tarde del martes 05 de septiembre, en un lugar público (ajeno a las instalaciones partidarias), recopilando previamente el total de las urnas en una empresa de seguridad privada, ya que la llegada de las mismas a la Ciudad de México fue diferenciada, por obvias razones geográficas. Cabe mencionar que la apertura de las cajas electorales se realizó bajo la mirada de observadores.
No podemos obviar que existieron problemas logísticos. Casos en los que falló la coordinación entre representante de Partido, de la encuestadora y observadores. Estos casos se registraron y se reportaron oportunamente, su análisis permitió saber si hubo o no algún tipo de sistematicidad o sesgo.
Otro tipo de problemas se derivaron de que la muestra fuera compartida a todos los equipos por transparencia. En algunos casos esto generó la tentación de operar, pero en tales casos se hizo lo mismo, todo quedó debidamente registrado. Pero a pesar de estas situaciones extraordinarias, las mismas no alcanzan para desestimar el proceso.
Pese a estas situaciones, las metas del levantamiento se cumplieron y la buena voluntad propició que al avanzar los días la coordinación fuera mejorando.
Lamentablemente la dolosa campaña de desinformación de ciertos personajes totalmente derechistas, que mostraron su agresiva animadversión sobre la única postulante del proceso, no tienen ningún sentido: esto no va a alterar el voto de los encuestados. Preocupa porque, sabiendo esto, parecería que su finalidad es ensuciar el proceso para legitimar conductas posteriores.
Aun así, nadie, ninguna persona, grupo o interés ajeno al pueblo, está por encima de su propia voluntad. Ya que es más que claro que ninguna situación extraordinaria, por más mediática que parezca, deja de ser eso: extraordinaria. Por lo que lo expresado por los mexicanos no puede ser soslayado, ni mucho menos violentado.
La unidad es fundamental para la continuidad del proyecto de la Cuarta Transformación de la vida Pública del país. Ojalá todos estemos a la altura del momento histórico.
Juan E. Rubio Gualito: @juanrubiog
Colaboración especial para SDPnoticias de agendapropia.mx, portal especializado en asuntos sindicales