Fernando Hernández es todo un caso. El árbitro que agredió con un rodillazo a Lucas Romero, jugador del León, fue el que grilló a toda la Comisión de Arbitraje hace seis años para exigir castigos ejemplares en contra de Enrique Triverio y Paul Aguilar, tras suscitarse goles de estos futbolistas a silbantes en partidos de CopaMX.
Hernández, apodado el “Curro”, fue quien recibió un cabezazo de Pablo Aguilar y cuando la Comisión Disciplinaria actuó y puso el castigo de 10 partidos, algo que consideró el hoy agresor, como injusto, por lo que le daban un año al jugador del América o bien, se irían a huelga.
Pues lo hicieron, la aplicaron gracias a la grilla del Curro y lograron, tras el apoyo de la hoy desaparecida AMA (Asociación Mexicana de Árbitros), no pitar un partido en Veracruz, algo que conmocionó a los dueños, incluso haciendo cambios inmediatos en la Comisión de Arbitraje, ya que esto no podía suceder.
Hoy, este grillo, agresor de Lucas Romero, debe aguardar por un castigo como el que esperó se aplicara a un jugador. Hoy, Fernando Hernández de ser victima se ha convertido en victimario. Eso sí, el Club León que ya no quiere más enemigo en el futbol mexicano, lo ha perdonado públicamente, hecho que no garantiza que se aplique el castigo que merece.