Apenas hace una semana la violencia en: Jalisco, Guanajuato, Chihuahua, Sonora y Baja California convulsionó al país. En apenas unos días se verificaron enfrentamientos entre bandas criminales que afectaron a la población civil y dejaron decenas de heridos y muertos y millones de pesos en pérdidas económicas.
Como de costumbre, la respuesta del presidente fue colocarse como víctima, sin importarle las verdaderas víctimas, los muertos, la sensación de inseguridad que priva entre los ciudadanos, el dolor, ni los comercios afectados.
Para él, el problema es la prensa “amarillista” que coludida con sus opositores “conservadores” y “neoliberales” pretenden ”descarrilar” su gobierno.
Comprando armamento ¿negocio?
Pero hay algo que no “cuadra” con la estrategia de “abrazos no balazos”, la excesiva compra de armamento y equipo militar para el Ejército y la Marina que se ha realizado a lo largo de esta administración, armas que al parecer no se han utilizado para combatir el crimen organizado.
Al respecto, David Pérez Esparza, director del Centro Nacional de Información (CNI), del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), explicó que el objetivo es que las corporaciones cuenten con mejor armamento y equipo táctico para las tareas de seguridad en su territorio.
Entre otras compras, destaca la que se realizó a Sig Sauerpor 5,5 millones de dólares, por cierto, la empresa fue recomendada por Donald Trump.
La Marina por su parte, adquirió en enero de 2022 armas y equipo por 537 millones de pesos (alrededor de 26 millones de dólares).
Estrategia o amnistía
Habrá que buscar mayores explicaciones sobre este tema porque las Fuerzas Armadas han comprado muchísimas armas, lo que resulta contrario a la estrategia de “abrazos no balazos” y también a la demanda que se interpuso en una corte de Nueva york contra el tráfico de armas.
Por otra parte, ante la andanada de cuestionamientos por la inseguridad que no puede justificarse con la narrativa mañanera, el presidente se vio obligado a tomar otro camino, disparar otra de sus “bolas de humo” comprometiendo aún más a su gobierno y a él mismo.
AMLO reafirma su estrategia de “abrazos no balazos” a pesar de considerarse como una amnistía a los grupos criminales.
Lo que se confirma con la reunión que sostuvo con la madre y abogado del Chapo Guzmán, la liberación de Ovidio a quien ya ni lo persiguen aun sabiendo donde se encuentra o dar un salvo conducto a la esposa del narcotraficante.
Recientemente se documentó la relación de quien fuera secretario de Seguridad y actual gobernador de Sonora, Alfonso Durazo con la familia del Chapo Guzmán. Su suegro, Jorge Chávez victimado en 2003 estaba acusado por su relación con el cartel de Sinaloa. Luego se supo por una investigación de la periodista Lourdes Mendoza, que el hijo de Durazo y Ovidio eran compañeros de escuela.
En el reporte de la DEA, “Mexico: Organized Crime and Drug Trafficking Organizations” hace evidente que Morena es el brazo político del crimen organizado y que el crimen organizado es el brazo armado de Morena.
El exgobernador y actual senador de Morena, Jaime Bonilla acusó a su sucesora, la gobernadora morenista Marina del Pilar Ávila Olmeda de tener pacto con el cartel Jalisco Nueva Generación.
¿Nos faltan 43?
Ante los hechos, AMLO lanzó otra bola de humo, revivió el tema de Ayotzinapa, del que tanto lucró con el dolor de los padres de los estudiantes.
El subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, el mismo que escondió en la cajuela de su auto a César Godoy (medio hermano del senador de Morena, Leonel Godoy) para evitar que se ejerciera acción penal por su relación con el narcotráfico, dio el informe de Ayotzinapa, dando el mismo argumento que en su momento ofreció Jesús Murillo con su verdad histórica.
Seguramente Epigmenio Ibarra, autor de la narrativa de AMLO, no consideró que muchos allegados a la 4T son más que responsables, empezando por Félix Salgado Macedonio, René Bejarano, Secretario de Marina, Almirante José Rafael Ojeda Durán, Secretario de Seguridad pública de la CDMX, Omar García Harfuch;
El propio AMLO quien palomeo la candidatura de José Luis Abarca y en la campaña dijo que “hay que apoyar”, aunque después de los sucesos de Ayotzinapa, a pesar de fotos abrazándose, AMLO dijo que no conocía al presidente municipal.
Las dudas
¿Para qué requieren el armamento, municiones y equipo bélico que han comprado y hasta ahora no han utilizado las Fuerzas Armadas? ¿Dónde pretenden utilizar este equipo?
¿Cuál es la verdadera intención de AMLO al pretender militarizar al país?
¿Será que detrás de todo esconde la intención de reventar las elecciones de 2024 y provocar un Estado de excepción para crear un bloque hegemónico y dictatorial?
Ya lo dijo Porfirio Muñoz Ledo:
“Están colocando al Ejército por todos los instrumentos legales e ilegales, civiles, militares, económicos para un mismo fin desde la Presidencia; y se pretende violentar el estado de Derecho y quedarse en el poder”.
Porfirio Muñoz Ledo