Uno llegar e incorporarse al día
dos respirar para subir la cuesta
tres no jugarse en una sola apuesta
cuatro escapar de la melancolía
cinco aprender la nueva geografía
seis no quedarse nunca sin la siesta
siete el futuro no será una fiesta
y ocho no amilanarse todavía
nueve vaya a saber quién es el fuerte
diez no dejar que la paciencia ceda
once cuidarse de la buena suerte
doce guardar la última moneda
trece no tutearse con la muerte
catorce disfrutar mientras se pueda

Mario Bennedetti

La apuesta es una arriesgada propuesta. Dos consejeros del Instituto Nacional Electoral (apoyados por una apretada mayoría de sus colegas) han propuesto un planteamiento jurídicamente impecable: aplazar (“retrasar el momento de realizar algo”, RAE) —que no suspender— la consulta de revocación de mandato presidencial hasta que la SCJN se pronuncie por cuanto a la controversia que el Instituto ha interpuesto hace unos días (la Corte estableció que dicha controversia no será admitida hasta que no exista el sujeto de discusión; esto es, las 2.7 millones de firmas debidamente validadas que se requieren como requisito para solicitar el proceso de consulta de revocación en abril del año próximo). Una controversia relativa a la dificultad —imposibilidad dirían algunos— de llevar a cabo dicho ejercicio sin el presupuesto asignado y otorgado para dicho propósito.

Ya en otras contribuciones he planteado el porqué es imposible —y también sujeto a sanciones legales penales además de administrativas para los funcionarios del Institutro— que el Consejo General del INE recorte de otras partidas a las que está obligado para financiar el ejercicio de revocación (sueldos, prestaciones, prerrogativas de partidos, credencialización, padrón, elecciones, etcétera).

El caso es que, Lorenzo Córdova y Ciro Murayama analizaron opciones (dentro del marco legal, repito) y copiaron el modus operandi morenista de buscar los resquicios normativos e impulsar una salida que les “compraría” algo de tiempo.

Así, más allá de la discusión y decisiones de corte jurídico a las que se tiene que arribar, aquí hay mucho del eterno golpeteo y grilla política. La mayor parte asestado por Andrés Manuel y Morena al INE y, por lo mismo, una apuesta como respuesta de los consejeros que encabezan el Instituto.

Lo primero que hay que decir es que de la votación de dicha propuesta en el seno del Consejo dependía el futuro de su consejero presidente, Córdova Vianello. Si la perdía, iba a ser un adiós a cualquier futuro político, ya no se digna la dirección y la conducción del órgano. Pero Córdova ganó en el seno del INE, lo que le catapultará como el adalid de la democracia y también como alguien que cuida los dineros de la nación. Repito, esto, para bien y para mal, poco o nada tiene que ver con la parte jurídica. Es una medición de fuerzas en la arena político-electoral.

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Mención aparte merece la injusta descalificación surgida en Palacio Nacional; eso de decir que esta propuesta se trata de “chicanadas” y acusar a los consejeros electorales de no ser auténticos demócratas, solo demuestra el enojo matinal, máxime cuando los lopezobradoristas se destacan por hacer que las cosas tarden mucho en suceder... ¿verdad INSABI?

Es parte de la democracia que el mismo INE vela, el hacer pública su propuesta y establecer los riesgos de la consulta si no tiene los recursos suficientes.

En Palacio Nacional nunca aceptarán que parte de este revuelo se debe a la negativa tajante de dar el presupuesto solicitado, no solo eso, harán ver que las víctimas de esta propuesta son ellos, cuando en realidad ese dinero, más allá de dárselo al INE para una consulta que no cumplirá con el número mínimo a votación, se podría dedicar a tantas necesidades que le duelen a México.

Andrés Manuel cayó en señalar que en caso de suspensión (es posposición, pero bueno), acudirá al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Graciosamente, al acusar de no cumplir la Constitución omite señalar que el gobierno federal hace lo mismo: al igual que las medicinas llegarán algún día, la consulta también…

Con la votación en el INE las implicaciones podrán ser:

a) Un INE fortalecido y un López Obrador emberrinchado.

b) Una 4T haciéndose la víctima con el apoyo de los consejeros y consejeras que no votaron a favor de la propuesta de Córdova.

c) Un Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación fortalecido y siendo el héroe de este zipizape al decidir que la consulta se lleve a cabo (lo dicho en el proyecto) pero que se tienen que esperar a juntar las firmas. Esto es, el proyecto sujeto a validación. Pero como ya no lo dice el INE, la 4T aplaudirá la sapiencia del Tribunal…

AMLO tiene razón al decir que se va a establecer el precedente histórico. Seguramente no como él se lo imagina. La percepción es que celebrar esta consulta es un gasto innecesario y un continuo golpeteo al INE; así pasará esto a la historia: como uno de los caprichos más caros e innecesarios de la vida democrática del país.

El realizar la consulta con lo que se tenga y como se pueda, aunque no sea lo que quiere el INE (estándares y presupuesto y esas cosas), no servirá para victimizarlo, tan solo para mostrar que las prioridades del gobierno son lejanas a las de la población.

La apuesta del INE como la de la Cuarta Transformación son elevadas. Tristemente el costo de una y otra los sufragan los contribuyentes y la democracia de nuestro país.