En un kilométrico artículo publicado en su sitio de substack, el laureado periodista Seymour Harsh, ganador de varios premios Pulitzer durante su larga carrera en donde ha destapado las cloacas del gobierno norteamericano desde la guerra de Vietnam hasta la de Irak, ha llegado a la conclusión de que la destrucción de los gasoductos rusos Nord Stream 1 y 2 fue una operación conjunta entre los gobiernos de Estados Unidos y Noruega.
Las fuentes gubernamentales de Hersh, las cuales ha cultivado cuidadosamente a lo largo de más de 5 décadas, señalaron que el acto, en caso de poder atribuirse directamente a los Estados Unidos, constituiría “un acto de guerra”.
El operativo, que habría sido llevado a cabo colocando explosivos plásticos disfrazados dentro de material de construcción, tuvo fuerte oposición por parte de elementos del propio gobierno de los Estados Unidos, específicamente dentro de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Departamento de Estado, señalando que era una acción “estúpida” que podría convertirse en una “pesadilla política” en caso de que se revelara el origen del ataque.
(Y posible causa de una Tercera Guerra Mundial, en la opinión de quien esto escribe).
La “pistola humeante” serían las propias palabras de Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, quién el 7 de febrero, días antes del inicio de la “operación militar especial” de Rusia en Ucrania señaló frente al propio canciller alemán Olaf Scholz: “Sí Rusia invade (...) ya no habrá un Nord Stream 2. Le daremos fin”.
Cabe destacar la participación del gobierno de Noruega en el operativo, país que comparte frontera con Rusia y que habría participado en la detonación de las cargas explosivas desde uno de sus aviones de vigilancia.
La información ha sido negada por voceros de la Casa Blanca, así como en su momento negaron, en un inicio, otras historias investigadas por Hersh, en específico, la Matanza de Mỹ Lai y la Tortura y abuso de prisioneros en Abu Ghraib.
Este “desmentido” del gobierno de EU a la información de Hersh me recuerda la cita del periodista inglés Francis Cockburn: “Nunca creas en nada hasta que haya sido oficialmente negado por el gobierno”.