La iniciativa de Reforma Eléctrica enviada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) está diseñada para el fracaso de la industria eléctrica y lo peor es que quienes pagarán este engrudo mal hecho, serán las clases más bajas, los más pobres.
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El oro negro
El problema inicia desde el diseño de la iniciativa, que explicó en su artículo del sábado en Milenio, Liébano Sáenz, titulado “Estado o Gobierno”, donde muestra que en la iniciativa “persiste una idea inexacta y confusa: asimilar la idea de Estado a la del gobierno federal”, y aclara que “la propuesta no es estatista sino burocrática gubernamental... La diferenciación es necesaria porque la propuesta presidencial propone desaparecer el control del Estado para trasladarlo a la CFE y al gobierno”.
Es una iniciativa que no se discute ni en el Congreso ni en los sectores económicos y sociales, simplemente se impone y el gobierno de AMLO no admite ni considera propuestas.
Uno de los motores que mueven esta iniciativa es la refinación del petróleo. La idea de voltear al petróleo y refinar la mezcla mexicana es uno de los peores negocios. La mezcla mexicana es muy pesada y genera altas cantidades de combustóleo, del cual pretenden que sea el principal combustible para la generación eléctrica por CFE ya que este producto (desperdicio) en ninguna parte del mundo lo compran.
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La quema de combustóleo para generar electricidad impacta terriblemente al medio ambiente, ya que genera emisiones de gas de efecto invernadero, produce partículas de dióxido de azufre que afectan al ser humano en su sistema circulatorio y las vías respiratorias.
Pero, por si eso no fuera suficiente, el generar electricidad con combustóleo sale mucho más caro que cualquier otra fuente. Con datos de SENER, en 2019 la producción de un megawatt hora con combustóleo costaba 138 dólares, mientras que el mismo megawatt generado con solar costó 67 dólares y la eólica 66, en tanto que con gas natural representa el 35 a 45% el costo y se requiere entre el 60 a 70% más de combustóleo para generar electricidad.
Es decir, producir energía eléctrica con combustóleo sale en más del doble y es un atentado al medio ambiente.
Para bajar el costo de la electricidad al consumidor, debe tenerse una combinación de distintas fuentes de generación que sean de bajo costo, menos contaminantes y van desde las renovables (eólicas, solares), hasta el ciclo combinado (gas natural) y las hidroeléctricas. Todo lo contrario a lo que se impone en la iniciativa de AMLO, que en su diseño primero va el combustóleo y el carbón y si acaso van las hidroeléctricas y las de ciclo combinado, olvidando las renovables.
¿Quién va a pagar los sobrecostos de producción de energía eléctrica? Los consumidores finales, en otras palabras, el pueblo que dice defender. No habrá accesibilidad a otras fuentes, dependerán de un monopolio gubernamental que tendrá solamente una oferta: combustóleo y carbón.
Otro ejemplo del impacto que tendrá la reforma eléctrica, será en el costo del combustible que llega a los hogares.
Eliminar contrapesos
La iniciativa contempla, entre otras cosas, eliminar a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH). Al desaparecer estas dos instituciones del Estado, la CFE y Pemex se convierten en las empresas del gobierno que determinarán los precios de los combustibles a su libre albedrío, es decir a lo que se les antoje.
¡El gaaaasssssss!
Un ejemplo de ello es el tema del gas LP, donde el gobierno pretende asumir el control de la proveeduría de este combustible con su famoso “Gas Bienestar”. La posición del gobierno es inhibir otras fuentes accesibles, seguras y nobles con el medio ambiente como el gas natural, para como con el combustóleo hacer un falso mercado del gas LP que salga de las refinerías de AMLO.
En pocos municipios de la República existe accesibilidad al gas natural doméstico como una alternativa al gas LP.
AMLO y Morena lo saben muy bien, ya que el mayor consumo de gas natural en casas está en la CDMX y en la zona conurbada del Estado de México, en alcaldías y municipios donde gobierna Morena.
Solo como ejemplo en la zona centro la diferencia entre gas natural y gas LP, es prácticamente del 60%. Por ejemplo, un habitante de Ecatepec que consume gas natural paga al menos 60% menos de quién utiliza Gas Bienestar.
De aprobarse la iniciativa de Ley y la desaparición de la CRE, Pemex elevará los precios del gas natural arbitrariamente para favorecer el consumo del gas LP que saldrá en menor medida de las refinerías y la mayor parte de la importación. Nuevamente quienes terminarán pagando serán el “pueblo bueno”.
México importa poco más del 70% del gas natural a Estados Unidos y en la misma proporción es con el gas LP, pero existe una gran diferencia de precios entre uno y otro, tanto en el mercado nacional, como en el internacional.
El gas LP, que es un derivado del petróleo en el mercado de importación, tuvo un alza promedio del 132% en tanto que el precio del gas natural que compra México a Estados Unidos sigue siendo el más barato del mundo, el precio promedio en el mercado Henry Hub, que es la referencia, es de 3.25 dólares por millón de BTU.
Es lamentable cómo los gobiernos municipales, sobre todo de Morena impiden el desarrollo de nuevas fuentes de energía, como el gas natural. Una de las diferencias en el desarrollo entre los estados del norte del país frente a los del sur, es la accesibilidad a nuevas fuentes de energía. Ejemplo es Monterrey que tiene gas natural desde principios del siglo XX y ahí fue donde se desarrolló la industria que es altamente competitiva a nivel internacional.
Esto es tan sólo uno de los inconvenientes del fracaso que será si se aprueba la iniciativa de reforma de AMLO.
Manuel Díaz en Twitter: @diaz_manuel