“Gente que audaz persigue lucro mezquino que en altos ideales su afán escuda; que siembra odios eternos en su camino que de climas remotos hambrienta vino pobre y desnuda, y hoy que sus ricas tiendas aquí levanta del colono pretende mofarse impía; contemplar en el tajo nuestra garganta y hacer que en nuestra tierra fije su planta la tiranía”.
Luis Muñoz Rivera
“La desinformación es un elemento que separa, disuelve, en vez de construir. Sobre todo la desinformación cuando tiene objetivos, no cuando es casual”.
Marcelo Bielsa
Casi ocho años. Cuestionamientos en todos los rubros pero, como en muchas otras cosas de la vida nacional, las prioridades no están siendo las correctas. En este caso pareciera que lo importante no es identificar los restos óseos que fueron hallados en aquel infame lugar desde entonces, sino demostrar que la “verdad histórica” no es tal. Eso y desacreditar al régimen peñista. En otras palabras, continuar lucrando con la desinformación y alargar el dolor de los familiares de los asesinados en 2014.
Esta semana, los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa lamentaron que en la actual administración —al igual que en la pasada— no se haya establecido el paradero de sus hijos. Dijeron sentirse enojados y que este gobierno les vio la cara. “Las instituciones jugaron con nosotros, nos hicieron firmar un decreto presidencial que no se ha cumplido”.
Y ello en razón de que el grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) presentó su 3er informe sobre la desaparición de los 43 normalistas, dando a conocer videos —que aparentemente les entregó la propia Marina— donde se exhibe la presencia en ese entonces de marinos en el basurero de Cocula. El grupo culpa a la Marina, incluyendo a los titulares y al hoy secretario, el almirante José Rafael Ojeda Durán, de la tragedia. (Él era, en el momento de la desaparición de los jóvenes, el jefe de la 8ª región naval en los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, asentado en Acapulco, Guerrero).
Total, que el GIEI volvió a denunciar como una simulación la investigación de la PGR (hoy FGR).
No es la primera vez. Lo viene haciendo desde el sexenio pasado, pero sin ofrecer pruebas sólidas. De llamar la atención esto último, cuando ellos mismos aceptan que con la manipulación de pruebas todo se ha complicado para la reconstrucción de los hechos…
Lo cierto es que hasta ahora solo han negado parte de la investigación de la entonces PGR sin ofrecer datos concretos ni nombres y apellidos de quienes pudieron haber sido los criminales.
No sorprende que el “pueblo bueno” y los cuatroteístas tomen por cierto, sin chistar, este nuevo informe del GIEI.
Pareciera que el GIEI está muy cómodo en nuestro país, parafraseándose a sí mismos, pero sin dar información que ayude a dilucidar dónde se asesinó a los chicos y dónde quedaron sus restos.
Para quienes escucharon al señor Cox (uno de los expertos que conforman dicho grupo) explicando el contenido del referido informe, a lo anterior se suma una duda: ¿sabrán lo que dicen? No quiero pensar que mienten y manipulan con tal de continuar usufructuando con la tragedia.
No dudo que hubo malos procedimientos en la investigación que llevó a cabo la PGR, máxime con el desaseo en los tres niveles de gobierno. Mas la conclusión principal a la que se arribó entonces sigue siendo válida.
También llama la atención que López Obrador, ‘cuyo pecho no es bodega’, conoció el 3er informe del GIEI hace un mes, pero hasta ahora se da a conocer. Él dice que los jefes de la Marina estuvieron en el basurero de Cocula 30 días después de la agresión a los estudiantes y pidió que algunos elementos declararán ante la Fiscalía General de la República.
Me preguntó: ¿que los videos no contienen fecha y hora, entonces?
No se sabe si el actual secretario de Marina también declaró. Al parecer, para fines prácticos poco importa porque el Ejecutivo federal ya dijo que dicho funcionario no tuvo nada que ver…
Insisto, lo que realmente importa es que no se termina de identificar los cuerpos de una vez por todas ni se da los asesinos intelectuales y materiales.
O, como señala Amnistía Internacional, en México prevalece la impunidad en torno a las personas desaparecidas. En su informe 2021-2022 destaca que en el país hay más de 52 mil cuerpos no identificados y más de 7 mil desaparecidos, pero ¡solo 35 sentencias condenatorias por desaparición forzada!
¿Apoyar a las familias? Más allá del antimonumento en la Ciudad de México y el uso político que les dieron, ¿qué apoyo real se les ha brindado? No importando el sexenio, ¿quién les ha ayudado?
Quienes dicen buscar a los desaparecidos y velar por los familiares poco han hecho para adentrarse más en su historia y encontrar posibilidades reales que lleven a la tranquilidad de estos últimos. Pareciera, en cambio, que desean alargar el sufrimiento.
Se usufructa la tragedia y se tuerce la realidad. ¿Alguien de entre ellos se ha volcado en mejorar la normal de Ayotzinapa?, ¿hay psicólogos que atiendan o atendieran a los familiares? ¿Quién vela y da seguimiento a los nuevos normalistas?, ¿algo sustancial?, ¿nuevas aulas?, ¿tecnología de punta para su enseñanza? Conocemos la respuesta, una hecha de atole y de promesas les han llenado el plato y nada más.
Toda esta desgracia ha mostrado la hipocresía con mayúsculas. Lucrar con la desinformación, eso ha sido y sigue siendo Ayotzinapa. Nada más.
Verónica Malo en Twitter: @maloguzmanvero