IRREVERENTE

Les platico:

Exactamente hace dos años le pregunté al mejor primer bailarín del mundo, César Corrales, que le había gustado más del Ballet de Monterrey, cuando escenificó aquí “El Corsario”.

“Me gusta que todos son estrellas y tratados como tales”, me respondió.

El director del BdM en septiembre de 2022 era Thiago Soarez, quien fue el motor que logró traer a Monterrey a Corrales, en una presentación que atrajo las miradas de todo México e incluso del extranjero.

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Esta percepción de Corrales se sigue viendo en las actuaciones del BdM.

Desde los primeros bailarines hasta el cuerpo de baile se mueven en el escenario como estrellas.

Es que -como dice Corrales- son tratados como tales.

Cada uno representa su papel con una dignidad que llama la atención de expertos y diletantes.

Fue un acierto enorme del Patronato del BdM haberle pedido a Marcelo Gomes que se hiciera cargo de la escenografía de este bello ballet, porque bella es la historia en la cual se inspira.

Al final de cuentas, todas las historias de amor son bellas, aún las trágicas.

La escenografía fue otro de los aciertos.

No sé si Marco Reyna ha estado en el pequeño teatro donde se escenifica muy seguido este ballet, en la ciudad italiana de Verona, pero logró darle ese sello.

Enorme experiencia la que viví con la irreverente de mi Gaby, cuando haciendo en tren el trayecto desde los viñedos de La Albereta rumbo a Milán, al ver que una de las paradas era en Verona, nos volteamos a ver y sin mediar palabra, de prisa para tomamos nuestro equipaje y nos bajamos en ese lugar donde tiene lugar la entrañable historia del bardo inglés.

Marco, lograste que me sintiera en Verona. Es el mejor elogio que puedo hacer para tu labor como escenógrafo.

Matrimonios por conveniencia

Este el fondo de la obra de Shakespeare. Todo lo demás que ocurre alrededor de los integrantes de dos familias rivales (Montesco y Capuleto) es anecdótico y podría suceder en cualquier época.

Todas las escenificaciones de este ballet trascienden la simple narrativa romántica.

La obra explora el triunfo del amor sobre las diferencias socioeconómicas, culturales e ideológicas, abarcando una amplia gama de relaciones humanas.

Además de los matrimonios por conveniencia, donde las alianzas estratégicas afectan la autenticidad de las relaciones, están presentes también:

Amores No Correspondidos: Profundiza en la complejidad de los sentimientos no recíprocos y su impacto emocional

Celos Intrafamiliares: Representa las tensiones y conflictos dentro del núcleo familiar.

Vínculos entre Criados y Amos: Explora las dinámicas de poder y la conexión emocional que surge en estas relaciones.

Amistad y Lealtad: Destaca la importancia de los lazos de amistad y la fidelidad en tiempos de adversidad.

Religión y ciencia: Contrapone creencias espirituales con avances científicos, reflejando la lucha interna entre tradición y modernidad.

Traición, transformación (pero no la de la 4T) y revolución: Muestra cómo las traiciones personales y sociales desencadenan movimientos revolucionarios, simbolizando el enfrentamiento entre la burguesía y una nobleza arcaica que da origen al movimiento renacentista.

Si los fanáticos de AMLO leen esto encontrarán un acicate a sus afanes y podrían decir que esta obra es un reflejo de la decadencia del conservadurismo y la preeminencia del pueblo. Yo diría, del populismo.

Este kaleidoscopio de temas no solo entretiene, sino que también provoca una reflexión profunda sobre nuestras conductas cotidianas y creencias arraigadas, que se repiten cíclicamente en la historia, hasta los días actuales.

Elementos artísticos:

Música: La imponente banda sonora del ruso Prokofiev, aporta una profundidad emocional y una intensidad dramática demoledoras. La orquesta a cargo del maestro Felipe Tristán está sensacional.

Vestuario y utilería: Ya lo dije: si cerramos los ojos y los abrimos de improviso, nos vemos en Verona.

Escenografía e iluminación: Envuelven a bailarines, músicos y transporta al público al corazón de la obra.

Código de vestimenta y el prietito en el arroz:

Fui “advertido” por mi amiga Gretchen Backhoff -Tesorera del Patronato- que los jeans no serían bienvenidos.

A lo mejor se refería a la cena que hubo al final de la función, en el Casino de Monterrey. Al fin y al cabo ni quería ir.

Llegué al teatro con mis inseparables jeans y pensé que me impedirían la entrada. No pasó nada.

A propósito, ¡Ah, cómo me gusta la canción de Neil Diamond con ese tema!

Al final, bentleys, rolls royce, mercedes y los más fregados, audis, estacionados en lugares prohibidos e incluso trepados en la banqueta a un costado del teatro.

Al lado de cada auto, los drivers y guaruras esperando a sus patrones, muchos de ellos, santones de la I.P., que terminarían la noche en la opípara cena servida en el Casino de Monterrey.

Inevitablemente pensé que muchos de ellos se rasgan de día las vestiduras contra la corrupción y las malas artes de la política, pero de noche, al menos los que estaban en el teatro y sus autos estacionados en lugares prohibidos, se hacen weyes.

Cajón de Sartre:

Mañana, cambio completo de programa, no sin antes recordar de nuevo, el silencio cómplice de Samuel García, Miguel Treviño de Hoyos y los cuerpos consulares, ante el terror vivido por un técnico extranjero de los Jonas Brothers, durante su estancia en un hotel de postín -el Live Aqua- de San Pedro Garza García.
Por supuesto, todo esto sin faltar el Incomparable Iván.