Las puertas del ex asesor jurídico de la presidencia, Julio Scherer, siempre estaban a abiertas. Por ahí pasaron exgobernadores, gobernadores, empresarios, candidatos y aspirantes a candidatos. Ahí, en esa oficina, se decidía todo. O al menos eso pensaban los que iban a ver a Julio.

El secretario de gobernación en su etapa de senador era considerado tímido por sus colegas. Prácticamente nunca subió a tribuna y no le gustaban los enfrentamientos. Por eso sorprendió cuando tuvo que ir a dejar el informe de gobierno del presidente y que se tomara más de una hora para llegar a la tribuna de la Cámara, por los saludos y fotos que se tomó con todos. ¡Irreconocible!

Ahora Adán Augusto es el de las puertas abiertas. Recibe a todos. Se cree, que por ahí tienes que pasar si quieres arreglar algún tema, o si quieres ser candidato.

¿Mario Delgado lo va a combatir como lo hizo con Julio o va a ceder ante el secretario irreconocible?

Julio acabó mal, no se podía acabar bien al decidirlo todo y estar en todo. Era demasiado poder el de una sola persona.

Adán Augusto, el que nadie reconoce, el que dejó de ser el niño tímido de la escuela para convertirse en el “macho alfa” quiere decidirlo todo.

Si le sale y si lo dejan, agárrense, porque el calladito de la escuela rápidamente se puede convertir en el bully.